Roban la escultura de Yosi Fervenza para el Endurrazo tras arrancarla con un coche
La pieza de madera de 1,20 metros de altura fue sustraída la madrugada del martes
Había sido instalada en 2021 y el club recaudará fondos para encargar otra obra
El club ciclista THC Bike se llevó esta semana un buen disgusto: alguien robó, presumiblemente durante la madrugada del lunes para el martes, la escultura de madera que instalaron en el Outeiro do Aviador en el año 2021 para conmemorar la prueba de enduro que organizan cada año en el monte de Moaña y que lleva el nombre de Endurrazo.
La escultura había sido elaborada por el artista moañés José Antonio Fervenza “Yosi”, conocido por las estatuas que realiza en madera y con una motosierra. Consistía en un joven piloto a lomos de su bicicleta de mountain bike y contenía un texto con las palabras 'Endurrazo 2021'.
La pieza, elaborada también con motosierra y con mucho detalle, sobre todo en elementos como el casco o las ruedas, fue instalada en la explanada que sirve de base de operaciones a cada edición de esta prueba de enduro, además de ser el punto de salida y de meta.
La obra de madera mide 1,20 metros y desde THC Bike explicaron ayer que “el lunes por la tarde ya estaba y el martes por la mañana había desaparecido”. Las huellas de ruedas en la explanada hacen prever que alguien acudió a esta zona de monte alejada de las casas, de madrugada, ató la pieza a su coche y al arrancar el vehículo sacó de su soporte la escultura para después llevársela. Desde el club no tienen sospechas de quién pudo cometer este robo.
La pieza se encontraba atornillada con cuatro tornillos a una base de piedra, además de sellada en su parte baja con un pegamento especial para madera que utiliza el escultor. Fue arrancada, pues parte de los tornillos siguen en la base.
La intención del club es, en la próxima prueba del Endurrazo, poner en marcha un crowdfunding para volver a encargar a Yosi Fervenza una nueva escultura.
El artista cuenta con obras muy conocidas en la comarca como la niña a hombros de su padre gigante en la que transformó un tronco en los Xardíns do Concello de Moaña, o las sillas en forma de manos gigantes giratorias que engalanan el mirador del Monte Faro de Domaio, la montaña más alta de la comarca.
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