Un bautismo de mar en agua dulce

El Club Buceo Ons ofreció una inmersión solidaria a 30 personas en la piscina

Los monitores del Club Buceo Ons dan instrucciones a algunos de los participantes antes de entrar en el agua.

Los monitores del Club Buceo Ons dan instrucciones a algunos de los participantes antes de entrar en el agua. / Javier Teniente

Comprobar la presión de una botella, colocar el equipo, conocer el funcionamiento de un regulador y, por supuesto, desplazarse bajo del agua. A todo ello aprendieron ayer los 30 afortunados que participaron en el bautismo de mar solidario que el Club Buceo Ons organizó en la piscina municipal dentro de la programación de Nadal del concello.

 La apuesta por ofrecer una primera inmersión dentro de la iniciativa “Ningún niño sin juguetes” –por la cual cada inscrito aportaba juguetes nuevos o usados pero en buen estado– superó todas las expectativas del Club Buceo Ons, que la puso en marcha con la colaboración del concello. Los promotores contaban inicialmente con solo 20 plazas pero tuvieron que incrementar la cifra por la elevada demanda.

Arriba, los monitores del Club Buceo Ons dan instrucciones a los participantes. A la izquierda, una niña buceando.  | // JAVIER TENIENTE

Una niña bucea acompañada por el instructor del Club Buceo Ons. / Javier Teniente

“La acogida ha sido muy buena, e incluso se ha quedado gente fuera, pero hemos preferido abarcar menos y hacerlo con total seguridad”, afirma Juan José Rodríguez, directivo del club buenense. Cinco instructores –él mismo incluido– y personal de apoyo fuera del agua se encargaron de enseñar a los participantes los rudimentos del buceo. Así, recibieron nociones básicas acerca del equipo necesario para practicar esta actividad, además del funcionamiento de aspectos como la presión. Pero también el modo de aletear o cómo desmontar el equipo.

Un momento de la celebración de la actividad en la piscina municipal de Bueu.

Un momento de la celebración de la actividad en la piscina municipal de Bueu. / Javier Teniente

Más allá de las imprescindibles nociones teóricas llegó la parte práctica, la inmersión, en la que cada participante estuvo acompañado por un monitor para ir dando sus primeros pasos en esta disciplina. Fueron 15 minutos en los que ir adaptándose al medio, aprendiendo a respirar y a moverse. “La respiración siempre es acelerada la primera vez que entran en el agua, pero una vez comprueban que la botella les da aire a la misma velocidad que respiran se relajan bastante”, explica Rodríguez, que añade asimismo que “los chicos son los más receptivos, los adultos son algo más aprensivos”.

Juguetes donados por los participantes en el Mergullo Solidario del Club Buceo Ons.

Juguetes donados por los participantes en el Mergullo Solidario del Club Buceo Ons. / FDV

La elección de la piscina en lugar del mar es atípica, pero tiene sus ventajas. “Te da confianza porque la profundidad es menor y es un espacio conocido. Y en el mar tiene que haber unas condiciones de claridad”, señala. Más allá del aspecto solidario –saldado con numerosos juguetes que ahora serán distribuidos por el concello– el directivo del Club Buceo Ons destaca que “se trata de crear un poco de afición, que la gente que vea que es un deporte para todo el mundo y se anime a probar otro bautismo, pero ya en el mar”.

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