El adiós de Salasón | Recuerdo de las noches de música en directo en Cangas

Las mil y una noches de la segunda edad de oro de la música en Cangas

Salasón celebra hoy su último concierto tras programar más de 1.200 eventos desde su apertura

“Es solo rock’n’roll, pero me gusta” (M.Jagger/K.Richards, The Rolling Stones)

Salasón abrió sus puertas un 12 de agosto de 2006 como el sueño de cinco amigos –todos músicos y vinculados a la docencia– que aspiraban a crear un gran espacio y referente cultural para O Morrazo, en el que la música fuese la gran protagonista junto a otras expresiones artísticas. Ahora ese gran proyecto está a punto de bajar el volumen y de apagarse. Parece que de manera definitiva. A lo largo de estos más de 17 años hubo muchos cambios en este inmueble situado en pleno centro histórico de Cangas, que debe su nombre a que allí había una antigua salazón.Varios relevos en la gerencia, reorientaciones del modelo de negocio para intentar que la sala pudiese generar suficientes ingresos para seguir abierta y programando espectáculos, el impacto de sucesivas crisis económicas...

El camino de Salasón no fue fácil y aquel sueño, al menos para sus cinco promotores, derivó en algo muy parecido a una pesadilla. Todo a pesar de que era una iniciativa cuidada al detalle y que contó con el apoyo de la Fundación Comarcal do Morrazo y con fondos europeos Proder. Pero a veces ni todo el cariño, empeño, pasión y buena voluntad son suficientes para hacer frente a todos los elementos. Pero como escribía el gran José Ignacio Lapido en unas de las canciones de sus 091: “Faltan soñadores,/ no intérpretes de sueños” ["Huellas”].

La sala llena de público para uno de los conciertos en Salasón.

La sala llena de público para uno de los conciertos en Salasón. / Gonzalo Núñez

A pesar de todas las dificultades y cambios durante este tiempo la música no ha dejado de sonar en Salasón y la cifra de conciertos y eventos culturales supera los 1.200. Una media de más de 70 por año, algo de lo que no muchas salas y recintos culturales pueden presumir.

Por ello el cierre de Salasón no es el final de un local cualquiera. Su clausura simboliza el fin de la segunda edad de oro de la música en directo en Cangas. La primera fue desde mediados de la década de 1980 hasta principios de la de 1990. Donde hoy se levanta el Auditorio estaba una sala mítica conocida popularmente como “Chichao”, que tuvo varios nombres como Saturno 3 o Disconcierto. Por allí pasaron grandes grupos nacionales de la época (Barricada, Muro, Los Suaves....) y potentes artistas internacionales, como Uriah Heep, Saxon, Dr.Feelgood o Wilko Johnson. Luego, nada o casi nada.

Desde su apertura en el verano de 2006 Salasón apostó por dar voz y volumen a todos los géneros musicales. Ofrecer un espacio no solo a grupos o proyectos consolidados, sino dar la alternativa a los que empezaban a dar sus primeras notas. Durante esos primeros años destacó la presencia en Cangas de Miguel Costas (Siniestro Total) o de unos ya famosos Vetusta Morla, que agotaron entradas. E incluso hubo una oportunidad para que llegase un todavía casi desconocido Pablo Alborán, aunque finalmente aquel concierto no se llegó a concretar.

Una feria del disco de vinilo en Salasón.

Una feria del disco de vinilo en Salasón. / Gonzalo Núñez

Si hay una fecha especial en la historia de la sala es el 17 de agosto de 2010. Aquella noche tocó por primera vez en Cangas el rockero estadounidense Willie Nile, con un “sold out” absoluto y un ambiente especial. Un ambiente en el que era palpable que había ganas de música en directo en Cangas. De alguna manera marcó un antes y un después. Allá por 2011 Kangas City Producións, con Henry Pérez y Alberto Torres “Berto Roros”, asumió la gestión de la sala y la programación musical se multiplicó. “Revisando las fechas contamos hasta 1.168 conciertos, pero seguro que se quedan algunos atrás”, cuenta Berto Roros.

El rock, en el sentido más amplio del género, ganó presencia, pero sin olvidarse de la música tradicional y de las foliadas, música vocal, teatro, monólogos, baile, danza y múltiples cursos... Enumerar la lista de grupos que pasaron desde entonces por Salasón sería interminable y cada uno de los asistentes podría elaborar múltiples podios o tops con sus conciertos o grupos favoritos.

Por citar a algunos, conviene recordar que en Cangas estuvieron hasta dos veces los históricos The Pretty Things, encabezados por Phil May (fallecido en mayo de 2020) y Richard “Dick” Taylor, que fue uno de los miembros originales de The Rolling Stones. Como contó a FARO en su segunda visita a Cangas, dejó los Stones porque él quería tocar la guitarra [en la banda original era el bajista] y eso era difícil con unos compañeros de viaje como Brian Jones y Keith Richards.

También merecen la consideración de históricos The Dictators NYC con Dick Manitoba y Ross “The Boss” [Manowar], The Fleshtones, The Meteors, Code Blue (en la primera vez que tocaron en Europa), Sid Griffin (The Long Ryders), The Ruts o la presencia por separado de dos miembros de Radio Birdman como Deniz Tek y Chris Masuak (acompañado por Los Eternos). Y una larguísima fila de nombres que dejaron un maravilloso recuerdo en la noche canguesa como la “reina del acorde menor” Eileen Jewell [cuya oficina de management es la de Tom Overby, marido de Lucinda Williams], The Steepwater Band [que afinzaron en Cangas su actual idilio con Galicia y Vigo], Last Vegas, The Delta Saints, Sven Hammond [su primer concierto en Salasón está en lo más alto para muchos los fieles de la sala], Slam & Howie & The Reserve Men [estos editaron en 2014 un disco en directo llamado “Live All Over Europe” en el que se incluía un tema grabado en una de sus visitas a Cangas], The Brew, Ha Ha Tonka, DeWolff, Marc Ford [guitarrista que formó parte de los mejores The Black Crowes], Dan Baird, una nueva visita de Willie Nile, Stacie Collins, Lydia Loveless, Radio Moscow, Jawbone con Marcus Bonfanti...

Y a nivel nacional y gallego se puede recordar las numerosas veces que pasó por el escenario de Salasón Hendrik Röver, con o sin Los Deltonos, Arizona Baby, Ángel Stanich cuando empezaba a despuntar, Óscar Avendaño, The Klejoos Band, la formación original de Aerolíneas Federales, Última Experiencia [con El Gran Wyoming entre el público porque es la banda que le acompaña cuando saca su faceta musical], un tremendo y sudoroso concierto de Guadalupe Plata en una noche de agosto, el ya desaparecido Fran Pérez Narf, Terbutalina, Querido Extraño, Flip Corale... Y hasta Tanxugueiras, que estuvieron en diciembre de 2018, cuando aún no habían explotado como el fenómeno actual. Y por supuesto el gran referente cangués y gallego del rock: Astarot.

Una mención especial merecen dos reconocidas bandas gallegas: Los Eternos, que estuvieron con varios formatos y proyectos, y The Soul Jacket. Los vigueses son uno de los grupos más importantes y exitosos del panorama nacional y nunca dejaron de cruzar la ría para tocar en Salasón. La última vez este mismo domingo, con un concierto bautizado como “El último brindis”, una alusión al mítico concierto de despedida de The Band, titulado “The Last Waltz”.

A lo largo de estos años Salasón fue forjando alianzas y amistades con distintas promotoras y productoras nacionales e internacionales, como Teenage Head Music o los ourensanos Lestrato Rock. Gracias a ello llegaron a Cangas gran parte de esas bandas internacionales. Fueron muchas las que dejaron huella en el público, pero también los músicos se fueron emocionados por la actitud y la entrega de la audiencia. No fueron pocos los artistas las que en sus siguientes visitas a Europa y a España exigían que Cangas y Salasón formasen parte del itinerario.

El concierto de Dictatords NYC fue uno de los que reunió a más público en Salasón, en octubre de 2013

El concierto de Dictatords NYC fue uno de los que reunió a más público en Salasón, en octubre de 2013 / Gonzalo Núñez

A ese cariño también ayudó la costumbre de la sala de aprovechar alguna pausa de los conciertos para subir a los músicos unos chupitos de licor café y brindar con los asistentes. En las mejores noches los artistas bajaban a tocar en medio de ese público entregado, como pasó con The Hackensaw Boys, Dictators NYC, The Fleshtones o Slam & Howie, entre otros. O se subían directamente a la barra del bar, como los australianos Deep End o Stacie Collins.

Muchos nombres, muchas noches de buena música, grandes recuerdos... pero pese a ello la historia de Salasón no es un relato de éxito. Se combinaron noches espectaculares en las que la sala registraba una gran entrada con otras muchas en las que la afluencia era irrisoria. “Nunca conseguimos que la sala fuese profeta en su tierra. Nos conocían en Radio 3, donde en el programa ‘El Sótano’ se refieren a nosotros como ese reducto galo donde ponen rock’n’roll. A los conciertos muchas veces acude más gente de fuera que de Cangas o la comarca. Estamos hablando de amigos que se vienen a mitad de semana desde Ourense, Santiago o A Coruña, que al acabar se volvían a sus lugares y hacían más de 100 o 200 kilómetros solo por venir aquí”, cuenta Berto Roros.

De alguna manera se echó en falta apoyo institucional, a pesar de que Salasón y sus conciertos ayudaron a situar a Cangas en el mapa. Gente que venía, consumía y gastaba en el resto del tejido comercial y hostelero. Y otros que apovechaban para pasar parte de sus vacaciones en la localidad. También se lamenta la falta de respaldo de algunos grandes patrocinadores, a cuya puerta se llamó en más de una ocasión pero que no mostraron especial interés porque Cangas “no es una ciudad” como Vigo, Santiago, A Coruña u Ourense. A pesar de que en algunas de estas ciudades no hay un espacio comparable a Salasón, sobre todo acústicamente.

Los responsables de Salasón, ayer en la puerta de la sala. De izquierda a derecha, Henry Pérez, Nuria González y Alberto Torres.

Los responsables de Salasón, ayer en la puerta de la sala. De izquierda a derecha, Henry Pérez, Nuria González y Alberto Torres. / Gonzalo Núñez

Todo ello, pese al apoyo incondicional de ese grupo de fieles que acuden habitualmente a la sala, fue haciendo mella en sus responsables, junto a otros problemas de índole personal. “Duele tomar esta decisión, pero estamos agotados”, confiesan. Berto Roros es uno de los veteranos, que desde las cabinas de la Competensia (ya desaparecida), el antiguo Roros (hoy Sister Ray) o A Fonte do Galo nos educó musicalmente a varias generaciones de cangueses y a quienes quisiesen tener las orejas abiertas.

¿Y ahora qué? Hoy será el último concierto con Quintana Dead Blues Experience, a partir de las 22.00 horas. A partir de la semana próxima comenzará el desmontaje de la sala. Los actuales responsables entablaron conversaciones con varios interesados en coger el relevo y mantener abiertas las puertas de Salasón. No obstante, recientemente la propiedad comunicó que en principio tiene otros planes para el inmueble.

El interior de Salasón, con las mesas que se retiraban para los conciertos y al fondo su escenario.

El interior de Salasón, con las mesas que se retiraban para los conciertos y al fondo su escenario. / Gonzalo Núñez

Con el cierre de Salasón parece acabarse esa segunda etapa mágica de la música en directo en Cangas y o mucho cambian las cosas o no se vislumbra continuidad. “Es una pena, pero no lo veo. No hay un relevo y con nosotros también cierra A Fonte do Galo Rock’n’Roll Bar. Es un bajón total: la gente de más de 40 años, incluso diría que la de 30, pierden dos sitios en los que se ponía rock en la acepción más amplia del género”, concluye Berto Roros.

“Cuando se acabe la música/ apaga las luces./ La música es tu amiga especial/ baila sobre el fuego si quiere./ La música es tu única amiga/ hasta el final” (Jim Morrison/The Doors)

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