La lluvia aborta la “Defensa da Vila” en la calle, pero brilla en el Auditorio

La borrasca impide la representación exterior del desembarco berberisco de 1617, pero el espectáculo brilla puertas adentro

El estruendo causado por los invasores no fue mayor que la heroica defensa de la villa que ofrecieron los cangueses y canguesas, representados por más de un centenar de miembros de distintos colectivos culturales bajo la disciplina de Teatro de Ningures para poner en escena un espectáculo que se ha convertido en clásico de estas fechas. Y lo hicieron con una equilibrada mezcla de trabajo de ensayo y capacidad de improvisación, con un plan B para responder a los vaivenes de la meteorología y dejando constancia de profesionalidad y buen hacer. El resultado se puede medir en aplausos del público –no menos sonoros que la pólvora de los invasores– que abarrotó un Auditorio Municipal que lleva el nombre de Xosé Manuel Pazos Varela, precisamente el autor de los textos en los que se basa el espectáculo del desembarco y el drama posterior de María Soliña, también merecedora de los versos de Celso Emilio Ferreiro.

María Soliña, sometida a juicio por la Santa Inquisición.   | // G.NÚÑEZ

María Soliña, sometida a juicio por la Santa Inquisición. / Gonzalo Núñez

“Está concebido para las calles del Casco Vello, donde recrear los sucesos históricos” acontecidos hace 406 años, en 1617, reconocían al principio del acto de ayer Carmen y Pepa, fieles a una cita “que ya no hay temporal que pueda con ella”. Hubo cambio de escenario, al igual que sucedió en 2017 obligado por la borrasca “Ana”, pero no de guion, aunque adaptado para la ocasión.

Más de cien personas participantes en el espectáculo reciben los aplausos del público.   | // G.NÚÑEZ

Pedro Barba yace muerto a manos de los invasores. / Gonzalo Núñez

A las seis en punto entraron las hordas enemigas en el patio de butacas a grito pelado y ritmo de bombo desde el escenario, donde poco antes las gentes del pueblo se habían reunido para alertar de la llegada de las naves piratas, fondeadas frente a la playa de Rodeira, y arengar para hacerles frente. No había más remedio que intentarlo con mucho coraje y las escasas y rudimentarias armas disponibles, herramientas de labranza y aperos de otros oficios tradicionales frente a las bombas y sables del invasor, con determinación de usarlas.

Pedro Barba yace muerto a manos de los invasores.   | // G.NÚÑEZ

Más de cien personas participantes en el espectáculo reciben los aplausos del público. / Gonzalo Núñez

La batalla fue desigual y terminó en drama y saqueo, con muchos hombres muertos y mujeres viudas que fueron vejadas por los piratas, primero, y por la sociedad inquisitorial después. Una de ellas fue María Soliño, que perdió a manos enemigas a su marido, Pedro Barba, y luego su juicio –con la Inquisición, su hacienda y su vida, rodeada de fantasmas oportunistas. A uno y otro le dan vida y crédito Mónica Camaño y Lois Soaxe, que pasean su sambenito entre el público expectante, condenados al infierno por el inquisidor Juan Luis Pérez y de cuyo relato da testimonio el cantar del ciego Fran Paredes, apoyado en el hombro y la zanfona de Sara Malvido, entre la numerosa comitiva que hace posible, por obra y gracia de Teatro de Ningures, el anual milagro de su resurrección.

Apariciones en forma de macho cabrío.   | // G.NÚÑEZ

Apariciones en forma de macho cabrío. | // G.NÚÑEZ / Gonzalo Martínez

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La lluvia no invitaba ayer a salir de casa, pero en la penumbra del Auditorio de Cangas no se vislumbraban butacas libres y sí gente de pie en los pasillos, lo que denota el interés popular y su empatía con ese episodio histórico y el relato que de él hace Ningures y una comunidad nómada que convierte la cultura en punto de encuentro. Pocos eventos habrá, si hay alguno, que generen tal simbiosis como el de la representación de “A defensa da vila. María Soliña”, con una veintena de asociaciones aportando lo que tienen y lo que saben –interpretar, cantar, bailar– para que el espectáculo salga bien y se perpetúe como cita obligada en el calendario cangués.

Acostumbrado ya a luchar contra los elementos, y a salir airoso, el espectáculo está concebido para ser representado en las calles del casco histórico y la organización no renuncia a ese emplazamiento siempre que la meteorología no lo impida. Tampoco a las actividades complementarias al espectáculo teatral, como el mercadillo de época, la oferta gastronómica o las charlas y debates que aporten luz sobre el evento.

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