El Gran Hermano de la pesca europea

La EFCA controla desde Vigo las áreas vetadas a la actividad con una aplicación que alerta a los países cuando los barcos entran

Lanza un nuevo sistema de seguimiento este año

Los patrulleros "Ocean Sentinel", "Ocean Protector" y "Ocean Guardian" de la EFCA en la ría de Vigo.

Los patrulleros "Ocean Sentinel", "Ocean Protector" y "Ocean Guardian" de la EFCA en la ría de Vigo. / Alba Villar

El 9 de octubre de 2022 entró en vigor el veto a la pesca de fondo implantado por la Comisión Europea. Un reglamento confuso desde sus inicios, ya que afecta a 87 áreas del Atlántico Norte con profundidades que superan los 400 metros pero en 41 de ellas son inferiores. La medida ha dado –y sigue dando– mucho que hablar en el sector del mar, que la ha tildado de “desproporcionada” por carecer de un estudio de impacto socioeconómico previo y alejarse de la realidad científica al regirse por datos “desactualizados”. Su efecto se ha sentido con fuerza en Galicia, fundamentalmente en especies de Gran Sol como la merluza, el gallo o el rape, aunque eso no ha evitado que también desde la comunidad autónoma –en concreto desde Vigo– se haya desplegado todo un Gran Hermano que custodia los polígonos prohibidos.

La Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA), con sede en la ciudad olívica, es el organismo que se ha encargado de coordinar la supervisión de los espacios restringidos en el primer ejercicio completo desde su clausura, a través de un Sistema de Seguimiento Automático del Comportamiento (Automated Behaviour Monitoring, ABM). El mecanismo se emplea ampliamente en el Mar Mediterráneo y ahora también en aguas occidentales, y proporciona alertas instantáneas “utilizando algoritmos avanzados aplicados a los datos de posición de los buques entrantes”.

“En ambos casos, los Estados miembros recibieron notificaciones cuando los buques, a una determinada velocidad de pesca o sujetos a restricciones específicas, entraron en las zonas afectadas”, recoge la entidad en su memoria anual de 2023, que acaba de publicar íntegramente tras avanzar sus principales conclusiones a finales del pasado mes de abril. El año estuvo marcado por la “consolidación” del uso de esta tecnología en el seguimiento de “zonas de pesca restringidas”, añade. Se activó 669 veces.

La EFCA deja claro que es “uno de los principales impulsores” de la implementación del ABM, un recurso que se integra en la aplicación IMS del organismo junto al Copernicus, el servicio de Vigilancia Marítima de la Agencia Europea para la Seguridad Marítima (EMSA). Esta aplicación permite rastrear embarcaciones en tiempo real, integrando las ubicaciones proporcionadas por los VMS, los Sistemas de Identificación Automática (AIS) o de Identificación y Seguimiento de Largo Alcance (LRIT). El número de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad de los Veintisiete que utilizan el IMS como apoyo al control de la pesca y las actividades contra la ilegal, no declarada y no reglamentada (INDR) no para de crecer. A finales del pasado ejercicio se habían validado más de 1.400 credenciales para usuarios pertenecientes a las autoridades de control pesquero de los Estados miembros, la Comisión Europea y la EFCA.

Lejos de estancarse en esta tecnología, la Agencia Europea de Control de la Pesca continuará potenciando desde Vigo nuevos desarrollos. Ya lo está haciendo, de hecho, habiendo culminado en 2023 el diseño de un nuevo Sistema de Seguimiento de Buques con el objetivo de mejorar el tiempo de respuesta en la recuperación del rastro de los barcos. Este instrumento estará disponible a lo largo del actual 2024, una vez que el nuevo servicio integrado de seguimiento esté “completamente implementado”. En paralelo, el Sistema de Seguimiento Automático del Comportamiento seguirá siendo “una herramienta clave en el monitoreo de los polígonos de EMV (ecosistemas marinos vulnerables) en las aguas occidentales”.

Un balance de récord

La EFCA presentó a finales de abril en su sede de García Barbón, blindada por el Gobierno hasta 2027 en este emplazamiento, la memoria relativa al pasado año, en el que el despliegue conjunto por primera vez de los tres nuevos patrulleros de la entidad disparó la eficacia de sus intervenciones. Efectuó un total de 44.993 inspecciones coordinadas, casi un 5,5% menos frente a las 47.592 del año anterior pese a saldarse con un 2,3% más de presuntas infracciones localizadas, pero las cifras mejoran sustancialmente si se analizan únicamente las operaciones del Ocean Sentinel, el Ocean Protector y el Ocean Guardian. Realizaron 523 registros y detectaron 199 faltas, una tasa de eficacia cercana al 38% frente al 11% que arroja el balance general.

El que mejores datos registra de los tres buques es el Ocean Sentinel (284 días en el mar, 23 misiones, 256 inspecciones y 145 infracciones detectadas), seguido casi a la misma distancia por el Ocean Protector (262 días en el mar, 16 misiones, 122 inspecciones y 24 infracciones detectadas) y el Ocean Guardian (290 días en el mar, 14 misiones, 145 inspecciones y 31 infracciones detectadas). La directora ejecutiva de la EFCA, Susan Steele, hizo hincapié en que los seis planes de despliegue conjunto, con los que se organizan las inspecciones y el control, contribuyeron a fomentar la competencia leal, “preservando la biodiversidad y asegurando un futuro para la industria”. En esta tarea también se empleó tecnología satelital, con más de un millar de imágenes.

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