Bruselas tiene 10 días para un acuerdo con Londres que evite fijar cuotas provisionales

Un barco francés en el bloqueo de Calais en protesta por las licencias que niega Londres. | PASCAL ROSSIGNOL

Un barco francés en el bloqueo de Calais en protesta por las licencias que niega Londres. | PASCAL ROSSIGNOL / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Al igual que sucedió el año pasado por estas fechas, habrá acuerdo sobre la bocina... o no habrá. Reino Unido y la Unión Europea vuelven a intentar encontrar un acuerdo para las cuotas del próximo año y el tiempo se echa encima. Ayer finalizó el plazo marcado en el pacto firmado en las pasadas navidades para que ambas partes acordasen y dividiesen aquellas cuotas de los stocks compartidos, es decir, de las especies que ocupan las aguas territoriales de una y otra parte, como son las de Gran Sol. Aquella entente ratificada entre Londres y Bruselas tras unas largas negociaciones incluía un período de prórroga de otros diez días, que es el tiempo del que ahora dispone el bloque comunitario para encontrar un acuerdo. El objetivo era poder acudir con un papel firmado a la tradicional reunión anual del Consejo para definir los totales admisibles de capturas (TAC), que comienza mañana. Ante la práctica imposibilidad de que esto suceda, Bruselas busca ahora evitar el establecimiento de unas cuotas unilaterales y provisionales para, al menos, el primer trimestre de 2022. De ser así, solo se tendría en cuenta la recomendación de los científicos, que en el caso de la merluza supondría una reducción del 20%.

Poco o nada se sabe de esta vital negociación. Al contrario que el año pasado, la industria apenas tiene noticias sobre qué pasa en las conversaciones, empañadas por el duro conflicto pesquero que viven Londres y París a costa de las licencias en las islas británicas de Jersey y Guernsey. De hecho, el Gobierno galo avisó que pedirá a la Comisión Europea que abra procedimientos contra Reino Unido si no respeta la fecha límite para que les otorguen las licencias solicitadas, fijada para ayer.

La seria disputa en el Canal de la Mancha (con movilizaciones de los pescadores franceses) demuestra el enrocamiento del Gobierno de Boris Johnson en torno al Brexit. “Es una situación muy preocupante”, reconoce el gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Edelmiro Ulloa, “sobre todo por el perfil bajo que se está manteniendo”.

"Es una situación muy preocupante", dicen desde ARVI

El acuerdo comercial ratificado entre ambas partes fijaba que la UE y Reino Unido acordarían las cuotas de los stocks compartidos de forma anual antes del Consejo de diciembre. Ya entonces el sector alertaba de una situación en la que esta negociación sería prácticamente a puerta cerrada, con lo que la posibilidad de defensa de sus intereses sería muy limitada. Además, el propio acuerdo entre ambas partes incorporaba una cesión paulatina de algunas posibilidades de pesca hacia las islas.

De esta forma, y salvo noticia de última hora (o durante el fin de semana), la reunión del Consejo se centrará casi exclusivamente en las cuotas de aguas ibéricas (no afectadas por la relación pesquera con Londres) y las del Mediterráneo, así como la ratificación de los acuerdos fuera de aguas comunitarias.

Noruega

Por el momento, el único acuerdo al que han llegado las partes es en el Mar del Norte, sin efectos para Galicia. Bruselas, Londres y Oslo acordaron ayer los límites de capturas de seis poblaciones de peces (bacalao, el eglefino, la solla, el merlán, el arenque y el carbonero) de cara a 2022. Según Reino Unido, el pacto trilateral les otorga cuotas por un valor estimado de 190 millones de libras (220 millones de euros al cambio actual).

El otro escenario que sí afecta a barcos gallegos es el que tiene que ver con el futuro del archipiélago de Svalbard. Gestionado por Noruega, fue motivo de disputas este año por el recorte unilateral de la cuota de bacalao comunitaria por parte de Oslo, que derivó en una demanda de la flota. Fuentes del sector explican que desconocen qué pasará de cara a 2022, aunque sí saben que es una materia que se tratará en el Consejo que culminará, presumiblemente, el martes. “La UE mantiene una postura amistosa con Noruega y no se toman decisiones de verdad”, critica la industria.

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