“Hijos, ahí está vuestro tatarabuelo”

La fuente monumental de la Gran Vía "O Viticultor" pierde su anonimato

Sus descendientes ponen nombre y apellidos al hombre retratado por el cantero vigués Raúl Comesaña

Abraham Rodríguez Abalde, con sus hijos Oliver Daniel (izq) y Mateo (dcha) ante la fuente escultórica de Gran Vía que retrata a su bisabuelo y tatarabuelo.

Abraham Rodríguez Abalde, con sus hijos Oliver Daniel (izq) y Mateo (dcha) ante la fuente escultórica de Gran Vía que retrata a su bisabuelo y tatarabuelo. / Ricardo Grobas

“Ahí está vuestro tatarabuelo”, muestra Abraham Rodríguez Abalde a sus hijos ante la fuente escultórica de la Gran Vía. Mateo y Oliver Daniel se detienen ante este gran panel, labrado en granito, en el que la figura de un hombre apoyado en un bastón sostiene un cántaro del que emana agua. Sobre un paisaje conformado por árboles, una iglesia y unas casas, destaca una robusta viña con grandes racimos de uvas que bautizan la obra como “O Viticultor”

Esta hermosa fuente monumental pasa prácticamente desapercibida para el viandante. Su entorno tampoco le favorece: en el tramo final de calle, sobre la alambrada de un aparcamiento y sin ningún panel interpretativo que revele su autor, año o significado. La soledad y el anonimato que habitualmente acompañan a “O Viticultor” se disipan en este reencuentro familiar, con un salto de varias generaciones.  

Siempre supe que mi bisabuelo estaba aquí. Es algo que se conoce en mi familia: mi madre y mis tíos nos lo transmitieron a mí y a mis primos, y yo ahora a mis hijos”, revela Abraham, que pone nombre y apellidos al protagonista del relieve, hasta ahora anónimo

Fuente monumental "O Viticultor" en la Gran Vía de Vigo.

Fuente monumental "O Viticultor" en la Gran Vía de Vigo. / Ricardo Grobas

Más que viñas, cupones

Pocas veces se puede poner nombre y apellidos a las personas retratadas en las obras de arte. Pero esta los tiene: Perfecto Comesaña, un vendedor de cupones de Matamá. El autor de la escultura, el vigués Raúl Comesaña, ya lo había usado como modelo antes, en un busto de escayola que bautizó como “El Aldeano” y que además era su obra preferida, ya que con ella ganó tres premios. Quizá por eso, y por la relación personal que los unía, el artista decidió inmortalizarlo en piedra.

“Sabemos que se conocían. Mi bisabuelo repartía lotería por la zona de Matamá y Castrelos, y era muy conocido. Raúl Comesaña tenía su taller de cantería en Pereiró, por donde Perfecto también vendía cupones. A pesar de que lleven el mismo apellido, estamos seguros de que no eran familia”, detalla. 

El escultor vigués Raúl Comesaña con "El Aldeano" en 1960.

El escultor vigués Raúl Comesaña con "El Aldeano" en 1960. / El Pueblo Gallego

El escultor, también natural de Matamá aunque con su taller frente el cementerio de Pereiró, moldeó ese primer busto de “El Aldeano” en torno a 1960, cuando aun no llegaba a los 30 años. En unas declaraciones a la prensa de la época, el joven artista describe que se inspiraba en las “gentes de la tierra”y “personajes peculiares” y que realizaba bustos por “pura afición”. Entre ellos, este “aldeano” al que se refiere como “El Borrallas”, apodo de Perfecto Comesaña y que conservan sus descendientes. 

Era muy sociable y llamaba la atención por su peculiar forma de vestir, con gabardina, gorra y botas. Como no hay fotografías de la época, poco más sabemos”, explica Abraham Rodríguez. 

Los pequeños Mateo (@amatizza para sus seguidores en Youtube) y Oliver Daniel curiosean los elementos del panel escultórico y escrutan la figura del tatarabuelo en busca de algún parecido que el paso de las generaciones ha difuminado. 

La fuente, datada en 1967, revela un hombre alto y delgado, apoyado sobre un bastón, con un abrigo grueso, botas altas y la cabeza cubierta por una gorra. Poco se puede adivinar de su rostro, al que le falta la nariz, aunque se aprecia un poblado bigote y un rostro surcado por las arrugas. 

Lo que no sabemos es de dónde salió eso de ‘O Viticultor’. Suponemos que será por el conjunto de la fuente porque, según lo que sabemos, no tenía viñas”, añade el bisnieto de “El Borrallas”, que bromea confesando que el nombre que le dan en la familia es “la escultura del (bis)abuelo”.

Raúl Comesaña (dcha), entrevistado por el periodista de FARO Carlos Rúa en 1981.

Raúl Comesaña (dcha), entrevistado por el periodista de FARO Carlos Rúa en 1981. / Llanos

Raúl Comesaña, un escultor con obra diseminada por todo Vigo

Su nombre no suena especialmente a pesar de haber sido uno de los escultores más prolíficos y demandados de Vigo durante casi 30 años. Suyas son obras tan populares como la Virgen del Carmen con el Niño Jesús que corona la iglesia de López Mora, el homenaje al trovador Martín Códax en el auditorio de Castrelos, los treinta escudos que decoran los jardines del Pazo Quiñones de León, la fuente “A Leiteira” en Marqués de Alcedo, el busto de Carlos Gardel en la calle Buenos Aires, o la figura “Manantío” en el Colegio Doctor Fleming. 

Nacido en 1933 Matamá, tierra de canteros, Raúl Comesaña empezó de niño -con 12 años- a tallar ramas con una navaja cuando pastoreaba vacas. “Mi familia, que no tenía fe en mis posibilidades y en mi talento artístico, se opuso enérgicamente a la llamada de mi vocación”, confesaba el artista que inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios -en la que luego sería profesor- para continuar en Madrid, en la Casa Granda y en la Academia de Bellas Artes.

Fue un artista muy prolífico, con una extensísima producción que abarcó desde encargos privados (piezas funerarias, bustos, cruceiros, hórreos, escudos heráldicos…) a concursos públicos. Principalmente trabajó el granito y el mármol, pero también el bronce y el hierro. También destacó, aunque en menor medida, como pintor. 

Realizó multitud de exposiciones -muchas en la extinta Caja de Ahorros Municipal- y ganó otros tantos premios, entre ellos el título de Artesano Ejemplar en 1970, otorgado por la Obra Sindical de Artesanía. “Soy un hombre humilde y me gusta cumplir con mis obligaciones familiares y para ello he de seguir trabajando incansablemente en la única cosa que sé hacer: escultura y pintura”, se definió en una entrevista.

A la derecha, bloques de piedra ante el taller del escultor Raúl Comesaña en Pereiró, en 1975.

A la derecha, bloques de piedra ante el taller del escultor Raúl Comesaña en Pereiró, en 1975. / Siorty

Acompañado por su inseparable boina, que lo protegía del polvo y las astillas de la piedra, trabajaba sin horario en su taller de Pereiró, que cerró tras su muerte en 1999 por falta de relevo

Sus obras más destacadas

Escultura de la Virgen del Carmen y el Niño Jesús que corona la iglesia de López Mora.

Talla de la Virgen del Carmen y el Niño Jesús que corona la iglesia de López Mora. / Ricardo Grobas

Virgen del Carmen, en López Mora

En cinco meses y medio, Raúl y otros seis canteros transformaron granito de Castrelos en la figura de la Virgen del Carmen y el Niño Jesús que corona la iglesia de López Mora. Su boceto fue el ganador del concurso convocado por los Padres Carmelitas de As Travesas. La talla mide casi 7 metros de alto y otros 3 de ancho, y lleva 18 toneladas de piedra, siete de hormigón y 500 kilos de mármol de Almería, para las manos y las caras, esculpidas siguiendo la inspiración de Comesaña: “Es una idea moderna de mostrar a la Virgen su ofrecimiento al Niño Jesús al pueblo, concretamente a los marineros, ya que la imagen mira al mar”. Se inauguró el mismo día de la festividad, el 16 de julio de 1963.

Escultura en homenaje al trovador Martín Códax en el Parque de Castrelos.

Escultura en homenaje al trovador Martín Códax en el Parque de Castrelos. / Ricardo Grobas

Martín Códax, en Castrelos

La rivalidad entre Raúl Comesaña y el escultor cangués Xoán Piñeiro marcó el devenir de este homenaje al trovador medieval. Ambos presentaron sus bocetos al concurso convocado en 1958 por la Asociación de la Prensa. “Su obra no me dice nada”, criticó el de Matamá sobre el barco de vela que presentó el de O Hío. “Debe adivinarse la persona de Martín Códax envuelta en aguas. También la música debe aparecer por alguna parte”, censuró. Y esa fue su idea. Sin embargo, ninguna de las dos propuestas fue la escogida para engalanar el Monte de O Castro. En 1966 envió su creación a la Exposición Nacional. El alcalde entonces, Rafael Portanet, le ofreció 80.000 pesetas (unos 500 euros). “Si no la compra, me tiene sin cuidado. La conservaré en el estudio. No come”, zanjó. 

La obra "Manantío", en la entrada del Colegio Doctor Fleming de Vigo.

La obra "Manantío", en la entrada del Colegio Doctor Fleming de Vigo. / Marta G. Brea

Manantío, en el Colegio Doctor Fleming

Esta sinuosa talla en granito también es una fontana monumental, aunque ha perdido su función como manantial. En una mano, sobredimensionada, sostiene un ánfora ahora vacía, y en la otra un libro. La escultura se encuentra en el recinto del Colegio Doctor Fleming, que hace poco la trasladó desde el patio inferior a la entrada del centro para resaltar su presencia.

Poco conocidos son también los treinta escudos heráldicos de distintas familias viguesas que el Concello le encargó a Raúl Comesaña para los jardines de Castrelos. Otros blasones suyos cruzaron el Atlántico bajo encargo de la emigración: el escudo del Val Miñor en el Centro Social Valle Miñor de Buenos Aires y Uruguay. 

Fuente monumental "A Leiteira" en Marqués de Alcedo.

Fuente monumental "A Leiteira" en Marqués de Alcedo. / Ricardo Grobas

A Leiteira, en Marqués de Alcedo

Esta fuente monumental plasma a una mujer que porta en su cabeza un gran recipiente de madera en el que porta leche. De ahí su nombre. Bajo sus brazos, dos niñas de pelo trenzado que sostienen cántaros de los que brota el agua. Son la madre y las dos hermanas del escultor de niñas, Helena y María, confirma a FARO el nieto de Raúl Comesaña. La escultura está datada en 1967, el mismo año que la fontana de la Gran Vía. 

Busto de Carlos Cardel en la Avenida Buenos Aires de Vigo.

Busto de Carlos Cardel en la Avenida Buenos Aires de Vigo. / Ricardo Grobas

Carlos Gardel, en la avenida Buenos Aires

El busto en piedra se inauguró en 1990 con motivo del centenario del nacimiento del cantante de tangos más famoso del mundo. Encargo del Concello, al acto acudieron el entonces alcalde, Carlos Príncipe, el edil Agustín Arca y el cónsul de Argentina en Vigo, Faustino Pleguezuelo. El de Gardel quizá sea el más conocido de todos los retratos realizados por Comesaña, que tanto inmortalizó a personalidades como su amigo el pintor Urbano Lugrís (con una máscara mortuoria), como a gente del pueblo, como el párroco Don Camilo de San Andrés de Comesaña; Antonio Goldar, maestro que le dio clase en el colegio que hoy en día lleva su nombre; Pepe Castro, presidente del Club Turista, segundo equipo de fútbol de Vigo por detrás del Celta.   

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