Matamá, rincón de resistencia rural

Los vecinos consideran prioritario mejorar la seguridad vial, ejecutar el proyecto de la Alameda y modificar la ampliación del polígono de Balaídos recogida en el PXOM

De izquierda a derecha, José Fernández, José Ángel de Anta, Jesús Pérez, Carmen Posada y Serxio Alonso.

De izquierda a derecha, José Fernández, José Ángel de Anta, Jesús Pérez, Carmen Posada y Serxio Alonso. / MARTA G. BREA

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Las laderas de sus montes fueron ricas en su momento por la extracción de piedra y, de hecho, Matamá puede presumir de que algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad hayan tenido origen en sus canteras. Aquel oficio marcó la historia de la parroquia viguesa y es por esto que, con el paso del tiempo, tras la popularización del granito en O Porriño, los vecinos se ocuparon de recuperar aquel pasado perdido en reconocimiento a los maestros canteros, llegando incluso a celebrar en la década de los 80 varias fiestas en su memoria. Fue en la segunda mitad del siglo XX cuando la zona experimentó un importante crecimiento demográfico vinculado al desarrollo industrial de la ciudad olívica y especial repercusión para Matamá tuvo la instalación de la de la factoría de Citroën en su territorio.

Festa da Sementeira do Milloen Matamá.   | // RICARDO GROBAS

Festa da Sementeira do Millo en Matamá. | // RICARDO GROBAS / Carolina Sertal

Con vistas al polígono industrial de Balaídos, el presidente de la Asociación de Veciños da Unión de Matamá, Serxio Alonso, asegura que la parroquia puede definirse con dos palabras: “Resistencia rural”. Y es que si hay algo que, en su opinión, caracteriza el estilo de vida de los residentes en la zona es que “seguimos mantendo a ruralidade dunha sociedade eminentemente labrega. Mantemos a esencia das nosas orixes, aquela forma de vida, e tamén gardamos un grandísimo patrimonio arqueolóxico”.

Con el final de la dictadura franquista, en torno al año 1976, los vecinos de la zona crearon una gestora y de ahí surgió la Asociación de Veciños da Unión de Matamá, una entidad que en la actualidad aglutina y da voz a representantes de todos los colectivos que desarrollan su actividad en la parroquia, además de ofrecer diferentes cursos de música tradicional y teatro, entre otros, porque tal y como aseguran los portavoces de la asociación, “aquí non nos faltan as festas”. En este sentido, no pueden evitar hacer referencia a la gran fiesta labrega del concello vigués: la Sementeira do Millo, que se retomará el próximo 30 de abril tras la pandemia, y en la que se recrean aquellos tiempos en los que los vecinos de Matamá sumaban fuerzas para trabajar en el campo y sembrar el maíz echando mano de bueyes y métodos rústicos y tradicionales.

Deudas pendientes

A la hora de analizar las necesidades más inmediatas para la parroquia, tanto Serxio Alonso como el tesorero de la asociación vecinal, Jesús Pérez, y los vocales José Fernández, José Ángel de Anta y Carmen Posada, coinciden en que la mejora de la seguridad en la vía principal que atraviesa Matamá es “o que máis nos preocupa”. El presidente de la Asociación de Veciños da Unión de Matamá explica que “agora mesmo temos unha situación bastante incomprensible porque temos un aparcadoiro que se está empregando para tratamento de asfalto e acumulación de pedra para as obras que se están facendo na Avenida de Castrelos e só na entrada da parroquia xa atopamos unha montaña de escombro incomprensible”, a lo que añade que, por otra parte, “a rúa de Canteiros, que comeza na fonte de Alvite e remata na praza de San Amaro, está nun estado lamentable, porque a beirarrúa está desnivelada; leva moitos anos sen matemento e na parte esquerda as cunetas están abertas. Ademais, na rúa Leonardo Alonso non hai beirarrúas e nas curvas danse situacións perigosas. Estas son as grandes prioridades para mellorar o noso día a día”.

Representantes de la entidad vecinal en los terrenos en los que está proyectada la construcción del pabellón.

Representantes de la entidad vecinal en los terrenos en los que está proyectada la construcción del pabellón. / MARTA G. BREA

Asimismo, la convivencia de Matamá con el polígono industrial de Balaídos es para la entidad la “gran reivindicación histórica”. Jesús Pérez indica que “varias veces foi proxectada unha ampliación, a última no PXOM de 2008 que non se levou a cabo, e agora hai un novo proxecto co que nós estamos totalmente disconformes porque, actualmente, nese polígono estanse producindo cheiros, ruídos, os coches aparecen con manchas de pinturas, co cal hai partículas en suspensión e os veciños viven ao lado e respiran iso. Antigamente, o polígono tiña unha zona verde, pero co paso do tempo creáronse máis naves e chegaron a carón do muro, a carón dos veciños, e comezaron a producirse situacións medioambientais que non son óptimas”.

Desde la asociación vecinal reivindican que se desarrolle un proyecto “respectuoso coa parroquia e realista. Nós non estamos en contra de Citroën, somos conscientes de que é unha empresa importantísima para a comarca de Vigo, pero nós o que queremos é convivir de forma sostible con ese polígono e queremos que se teña en conta a Matamá como débeda histórica, porque está instalado en terreos da nosa parroquia. Vai levarse a cabo unha ronda para rodear ao polígono, hai unha zona verde con petróglifos, pero que vai quedar entre esa ronda e o muro de Citroën, cando o normal sería que fose muro, estrada e zona verde, para así mitigar os efectos da contaminación industrial. Nós queremos que a empresa quede aquí, pero que se cumpran as leis e haxa zona verde que ille aos veciños”.

Por último, losresidentes en Matamá ponen en valor la adquisición de unos terrenos de la parroquia por parte del Concello para la construcción de un pabellón y un aparcamiento en la zona de la Alameda. Consideran que esto ha sido un acierto por parte de la Administración local, pero lamentan que, después de 12 años, todavía no se haya iniciado su ejecución. En este sentido, desde la entidad comentan que “somos unhas das poucas parroquias de Vigo que non teñen pavillón de deportes e isto tamén sería moi positivo, porque o colexio non ten patio cuberto e cando chove os rapaces teñen que estar no ximnasio. Pensamos que as parroquias merecemos moito máis, porque tamén somos Vigo”.

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