El conductor todavía no declaró un año después del accidente mortal de la A-52

Los forenses consideran que el investigado aún no está en condiciones por sus secuelas

La Audiencia dictaminará cómo canalizar la denuncia presentada contra la Administración

Imagen actual del lugar donde se produjo el fatídico accidente de circulación: se puso una barrera de cemento y el guardarraíl, pero aún no se ejecutaron las obras de drenaje del vial.

Imagen actual del lugar donde se produjo el fatídico accidente de circulación: se puso una barrera de cemento y el guardarraíl, pero aún no se ejecutaron las obras de drenaje del vial. / Ricardo Grobas

Marta Fontán

Marta Fontán

Una de las primeras diligencias que se realizan en toda instrucción judicial es la de tomar declaración al investigado. Es una prueba básica. Pero este interrogatorio aún no se pudo hacer en el marco del procedimiento abierto por el accidente de tráfico mortal ocurrido la lluviosa mañana del 7 de enero de 2023 en la A-52 a su paso por Salvaterra de Miño. Hace justo un año. En ese fatídico siniestro falleció el abogado vigués Juan Blanco Gutiérrez, que, acompañado por su familia, conducía en dirección Ourense el Renault Arkana contra el que impactó el BMW 116D que guiaba el conductor hoy investigado tras salirse de la vía en el kilómetro 289.8 sentido Vigo, cruzar la mediana e invadir los carriles contrarios de circulación: se coló por un concreto punto de la autovía que solo estaba protegido por barreras separadoras de plástico incapaces de frenar un vehículo. Este joven, que tras el siniestro estuvo en la UCI, todavía no compareció en el juzgado y no parece que lo vaya a hacer a corto plazo. Los forenses del Imelga determinaron recientemente que aún no está en condiciones de declarar dadas las secuelas físicas y psíquicas que presenta: sufrió la amputación de una pierna, está pendiente de una intervención quirúrgica y padece depresión.

Fue este domingo cuando se cumplió el primer aniversario de un accidente que se produjo en un punto de la autovía con un alto índice de siniestralidad, como lo evidencian los 18 accidentes ocurridos en un solo año. La investigación que lleva el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Ponteareas abrió diligencias al joven, que aquella mañana iba a entrenar con su equipo, por la presunta autoría de delitos de homicidio imprudente y contra la seguridad vial: dio positivo en ketamina, si bien finalmente se determinó que dicha sustancia se la administraron los sanitarios de la ambulancia que lo asistieron tras el siniestro, y en THC –principal compuesto psicoactivo del cannabis–, al respecto del cual su equipo de abogados combate que fue una concentración “ínfima” compatible con una “exposición” de días antes que no le afectaba en la conducción. El informe del equipo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil de Tráfico concluyó que circulaba a 109 km/h, velocidad que determinó que era inadecuada. Aquella fue una jornada de fuertes lluvias.

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R. V.

La defensa considera que el joven no tiene responsabilidad penal alguna. De hecho, formalizó una denuncia contra la Administración –Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana– al sostener que la ausencia de una barrera de hormigón en la mediana que separase los dos sentidos de circulación fue determinante en las fatales consecuencias que tuvo el siniestro. El informe pericial que presentaron, explica el letrado Felipe García, del despacho HTO Abogados, expone por un lado que por un defecto constructivo en dicho vial favorece el “aquaplanning” y, por otro, que la “causa final y eficiente” del accidente, “lo que agravó el resultado”, fue que aquel día no hubiese esa valla de contención. En su lugar solo había piezas rectangulares de plástico de colores blanco y rojo denominadas new jersey “sin lastrar” que se habían puesto como solución temporal tras los daños sufridos en el guardarraíl precisamente por otros choques en el mismo punto.

Recurso de apelación

Dicha denuncia contra la Administración por “desatención y falta de seguridad en la vía” se intentó al principio canalizar en la causa principal, sin que se admitiese en dicho momento y, tras presentarse de forma independiente, el juzgado, recientemente, la archivó al considerar, tras informar en este sentido la Fiscalía, que debe ser en el procedimiento ya abierto donde deben investigarse “todas las circunstancias relativas al siniestro”. La defensa presentará un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra para que determine cómo pueden ejercer esta acción en la que quieren actuar como acusación particular. 

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El 8 de enero de 2023, solo un día después del accidente mortal, una unidad de trabajo del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se trasladaba hasta el punto de la colisión para retirar los separadores de plástico blancos y rojos que había cuando ocurrió el siniestro y sustituirlos por un método de contención más eficaz: una barrera de cemento. Y cuando se cumplieron los seis meses desde el accidente que le costó la vida al abogado vigués y en el que su mujer y su bebé resultaron heridas graves se repuso el guardarraíl. Esto ocurrió en junio, época en la que en el lugar seguía el refuerzo con barreras de cemento en el lado por donde circulan los coches en sentido Vigo, mientras que en el lado lindante con el sentido Ourense había cubos blancos y rojos de plástico junto a conos y otros elementos típicos de las obras junto con señales rojas y amarillas con velocidad limitada a 80 km/h.

La situación a día de hoy es muy parecida. Fue el 13 de junio de 2023 cuando el Consejo de Ministro acordó “la declaración de emergencia de las obras de reparación del drenaje bajo la plataforma y mejora de la capacidad de desagüe y estado del firme de la autovía A-52, puntos kilométricos 281+800 al 297+250 [entre Ponteareas y A Cañiza], subsanando la situación de grave peligro existente”. Fuentes del Ministerio de Transportes consultadas ahora indican que “la señalización, balizamiento y defensas actualmente dispuestas en el punto kilométrico 289 –el del accidente– corresponden a la señalización y sistemas de contención” de las obras y que “los trabajos se reactivarán cuando las condiciones meteorológicas lo permitan, al ser una obra en la que hay que asfaltar”. Por ahora, no se concretan fechas.

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