Verdear extiende sus raíces desde Cotogrande hasta el Lérez

La colaboración de ENCE permite al programa de agricultura ecológica de Alborada incluir a personas con adicción de la ría pontevedresa

Marco Garrido, usuario de Verdear, con su perro y la desbrozadora

Marco Garrido, usuario de Verdear, con su perro y la desbrozadora / Javier Teniente

En la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga Alborada, hace doce años, decidieron unir dos realidades que es necesario “restaurar”: la naturaleza y las personas con conductas adictivas. En una finca de 5.000 metros cuadrados en el entorno del parque forestal de Cotogrande, las pusieron en contacto. Desde entonces, más de 200 personas han pasado por estas instalaciones en las que se promueve el conocimiento en técnicas de agricultura ecológica como medio para mejorar la calidad de vida y la incorporación social. Ahora, sus raíces terapéuticas se expanden y abarcan más territorio de las Rías Baixas, gracias a la colaboración de ENCE.

Alberto Balbuena y Rberto Fervenza, con la nueva biotrituradora.

Alberto Balbuena y Rberto Fervenza, con la nueva biotrituradora. / Javier Teniente

Con la aportación económica de la papelera al programa Restaurar –solo uno de los que se desarrollan en esta finca–, Alborada puede llegar también a usuarios de los municipios de Bueu, Marín, Pontevedra o Poio. Entre otras cosas, han invertido la ayuda en adquirir un remolque, una biotrituradora –con la que pueden hacer compost– y dos desbrozadoras.

José Antonio Viqueira, con una de las lechugas que han cosechado.

José Antonio Viqueira, con una de las lechugas que han cosechado. / Javier Teniente

“Cuida a túa natureza” es el lema que han escogido en Verdear. Juegan con su doble sentido: animan a proteger el medioambiente, pero también la naturaleza de cada persona. A uno mismo. “Nosotros podemos acompañarles, pero los pasos los tienen que dar ellos”, explica Manuel Rodríguez, educador social y responsable de esta escuela. Más allá de dotar a estas personas de habilidades que les puedan venir bien para acceder al mundo laboral, Restaurar busca que se reencuentren y se sientan bien con ellos mismos y, desde esa posición, vuelvan a interactuar con la comunidad.

Todos a la mesa, con la comida preparada por el voluntario Mario Huanosto.

Todos a la mesa, con la comida preparada por el voluntario Mario Huanosto. / Javier Teniente

Y, para ello, les quiere proporcionar un hogar. Es lo que están construyendo poco a poco en Cotogrande. Allí trabajan en la huerta creada al amparo del invernadero que les donó la Diputación de Pontevedra –quieren conseguir otro– y mantienen arreglada la finca, pero también se alimentan –en 2022, sirvieron 1.500 desayunos y 3.000 comidas–. Al acceder al espacio en el que cocinan y comparten la mesa, se siente el calor de la calefacción que alimentan con las ramas que les entrega la comunidad de montes. Los olores que lo inundaban ayer eran los de comida mexicana, la del país del voluntario Mario Huanosto, que llenó los estómagos con tacos y otras delicias. “Desayunan, comen y se ocupan, creando una rutina saludable”, destaca Manuel.

Paula Marques, con uno de los  perros recogidos por Verdear.

Paula Marques, con uno de los perros recogidos por Verdear. / Javier Teniente

Ellos mismos, también han habilitado unas duchas, una lavandería y una oficina o sala de actividades. La idea, cuenta Manuel, es que en algún momento logren cerrar el círculo ofreciéndoles también una solución residencial en la finca. Con ello quieren evitar que algunos regresen cada noche a pisos patera o casas donde el ambiente no es el más adecuado para ellos y sus adicciones. “Tenemos la cadena sin terminar”, lamenta.

Manolo González, junto a la chimenea.

Manolo González, junto a la chimenea. / Javier Teniente

“Aquí suceden cosas muy mágicas”, añade. Y es que reciben muy a menudo visitas de colegios, de asociaciones de vecinos o de otras entidades, como el cercano centro de mujeres con discapacidad de las Esclavas de la Virgen de la Dolorosa, de Mos. Y es que el programa hace hincapié en la restauración de su conducta, pero también en la integración activa, abriéndose a la comunidad.

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