Familias desalojadas por el corrimiento de tierras del Barrio do Cura: “Fue una pesadilla”

“Las lluvias torrenciales se filtran en un terreno hueco, es fácil que se anegue”, han señalado los vecinos

“Una noche toledana” bien podría resumir la madrugada que los vecinos de la calle San Francisco, en pleno corazón histórico de Vigo, vivieron por la intensa lluvia caída la madrugada del jueves. Fue tal la tromba que provocó un corrimiento de tierras procedentes de la parcela del Barrio do Cura (que da a las ventanas interiores de los inmuebles de San Francisco). Así, una mezcla de barro, maleza y agua entró a tropel en la galería del número 33 y en el patio de luces del número 35, donde el agua fue acumulándose hasta un metro de altura.

Algo que a los más mayores de la zona no les ha extrañado porque las obras se realizan en un terreno donde “siempre hubo regatos que fueron soterrados”. “Las viviendas antiguas demolidas contenían y conducían el agua”, subrayan. Y añaden que “las lluvias torrenciales se filtran en un terreno hueco, es fácil que se anegue”, comentan sin sorpresa ninguna con lo que ha pasado.

“Eran las 22.00 horas cuando oí un estruendo enorme; parte del talud se cayó y la tierra chocó contra las ventanas. Llamamos a la Policía Local y vinieron con los Bomberos, inspeccionaron y se fueron. Hacía una noche horrible y sobre las 03.00 horas de la madrugada fue apoteósico. El agua embarrada reventó dos ventanas de la galería que da a la habitación de mi hija de 3 años. Menos mal que dormía conmigo, porque pensé que se había derrumbado la galería”, rememora con angustia Alba. Residente del primer piso del número 33 de la popular calle, es una de las desalojadas. La otra, su hermana, vive en el duplex superior.

Familias desalojadas por el corrimiento de tierra del Barrio do Cura: “Fue apoteósico”

Edificios afectados por el corrimiento. / José Lores

“Yo avisé el año pasado al Concello y a Gestilar, la promotora de la obra del Barrio do Cura, de que no había muro de contención por esta parte. También avisé sobre la maleza que se acumula en verano y puede provocar un incendio”, afirma Alba. Los técnicos del Concello pasaron a revisar los daños –asegura– y la estructura, así como un equipo de la promotora, pero de momento, Alba y su hermana están en manos de su seguro.

“Recibí una llamada de la Policía Local cuando estaba profundamente dormido, cogí un taxi y vine. Fue entonces cuando vi lo que había pasado”, narra Emilio Sánchez, presidente de la comunidad de vecinos del número 35 y director comercial de Correduría Atlántica, sita en la tercera planta del mismo edificio. “Vino la Policía Local, los Bomberos y esta mañana peritos del Concello que han estado inspeccionando el muro de las obras que sí da a nuestro patio y debería haber contenido el corrimiento”, continúa Sánchez.

El agua taponó los tres desagües con los que cuenta su patio para achicar los días lluviosos y cuando la presión pudo más que las ventanas, la corriente encontró salida a través del primero A, provocando una auténtica riada escaleras abajo hasta alcanzar la puerta del portal por donde salía a borbotones. “Al tratarse de lluvias torrenciales hemos presentado una reclamación al Consorcio de Seguros”, dice conocedor de que no será una tramitación corta. “Nos despertamos por un golpe tremendo. Era el agua chocando contra la pared de la primera planta”, recuerda Gabriela Romano. Vive, junto a sus hijas y su perra, en el ático del mismo inmueble. Los otros tres pisos están destinados a oficinas y el taller de un pintor.

A mediodía de ayer aún caía a chorro una corriente de agua embarrada desde la primera planta hacia la calle. Mientras, operarios de DFR Construcción intentaban frenar la entrada del agua en el edificio. Además de la ciudad, el temporal afectó también al tráfico aéreo, obligando a un avión de Iberia procedente de Madrid a abortar el aterrizaje en Peinador por seguridad.

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