La rebelión del teatro invisible

La dramaturga Ana Vallés inaugura el curso académico en la ESAD, que este año cumple la mayoría de edad y se convertirá en la primera escuela española de erasmus procedentes de África

Actuación del alumnado de la ESAD en el acto de apertura del curso académico.

Actuación del alumnado de la ESAD en el acto de apertura del curso académico. / Alba Villar

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Silencio en la sala y una luz tenue iluminando a una mujer joven estática, sin rostro. Entran en escena algunos maestros de la escuela y ella continúa inmóvil, ausente, tétrica. Desde las últimas filas del auditorio, el alumnado se levanta y se sube a las tablas para participar en la actuación interpretando a coro diversas composiciones musicales hasta que la joven, olvidada al fondo, despierta y cautiva las miradas con su expresión corporal, en una liviana danza junto a otra compañera que finalmente logra que reaccione y tome conciencia de sí misma. Los aplausos inundan la sala y da comienzo el acto formal de inauguración de un nuevo curso académico en la Escola Superior de Arte Dramática (ESAD) de Galicia.

Representación del alumnado de la ESAD.

Representación del alumnado de la ESAD. / Alba Villar

La sala Pedra Seixa de la escuela viguesa fue ayer testigo del inicio de un curso que sin duda será uno de los más especiales para la ESAD, puesto que además de celebrar la mayoría de edad, a lo largo de los próximos meses se transformará en el primer centro español de artes escénicas que recibirá a erasmus procedentes de África, posibilitando a su vez la proyección internacional de su alumnado, que se desplazará al continente africano.

El director del centro, Roberto Relova, fue el encargado de iniciar la tanda de discursos antes de que se produjera uno de los momentos más esperados de la jornada, la lección inaugural impartida por la directora de escena y dramaturga ferrolana, Ana Vallés, creadora querida, admirada y estudiada en la escuela de artes escénicas viguesa. Tras una breve presentación, Relova dio paso a la delegada territorial de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz, quien puso en valor el protagonismo internacional que ha adquirido la ESAD, indicando que “a chegada por primeira vez a unha escola española de erasmus africanos de fala portuguesa é sen dúbida un exemplo máis do bo traballo que se realiza e dunha proxección internacional que tamén neste 2023 alcanzou un fito especial coa participación na exposición da Cuatrienal de Praga”.

Ana Vallés puxo en cuestión o teatro institucionalizado e dominado por homes, aludindo ao feito de ser directora, pero muller; de ser autora, pero non escritora

El acto también contó con la presencia del subdirector xeral de Aprendizaxe Permanente, Ensinanzas Artísticas, Idiomas e Deportivas, Rubén Vázquez, y fue el docente Dani Salgado el responsable de ceder la palabra a Ana Vallés, haciendo referencia a que “ela comezou a empregar o termo do teatro invisible poñendo en cuestión o teatro institucionalizado e dominado por homes, aludindo ao feito de ser directora, pero muller; de ser autora, pero non escritora. Quince anos pasaron xa dende que ela converteu a súa invisibilidade nalgo escénico e segue sendo referente para ese teatro invisible nomeadamente de mulleres, fóra do discurso hexemónico, sen cargos, mais con cargas”.

El profesor aseguró que, con el objetivo de dar visibilidad a toda esa estirpe de creadoras gallegas de las artes escénicas, era impensable que Ana Vallés no tuviera una sala con su nombre en la escuela viguesa, apuntando que “a súa obra ten sido estudada, analizada e mesmo imitada e ese espazo supón facer evidente o noso agradecemento e admiración a case catro décadas de traxectoria”, concluyó.

La directora fue ovacionada en cuanto dio un paso al frente y empezó dirigiéndose a la sala afirmando que “el teatro invisible suponía hacer una declaración de amor al teatro y, al final de cada representación, confesar mi fracaso. Pretendo convertirme en maestra ignorante procurando hablar de teatro, pero para mí es un misterio”. Vallés instó al alumnado de la ESAD a no querer, a no permitir interpretar ni el arte ni el único reducto de libertad que existe: el mundo de los sueños, y evocando una tarde con su amigo Evaristo Calvo, en la que filosofaron acerca de la mediación de los maestros y el aprendizaje, la artista deseó a los estudiantes “no delegar la comprensión en la explicación del maestro, practicar sus capacidades y sensibilidades, aprender por su cuenta” y, a continuación, dio paso a la rebelión del teatro invisible con Iggy Pop a todo volumen y poniendo a la sala en pie.

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