Neumólogos alertan del riesgo de vapear, que ya provoca una nueva enfermedad

Cigarrillos electrónicos, vapeadores, calentadores de tabaco... La industria tabacalera busca nuevas fórmulas para llegar a la gente y, en especial, a los jóvenes. Además de ser más modernos, de diseños atractivos, con sabores y discretos –sin humos ni olores–, venden estos productos como menos perniciosos para la salud que el tabaco tradicional. “Contiene niveles significativamente inferiores de sustancias químicas dañinas”, señalan en la web de uno de ellos. Un mensaje que se repite en otras. Sin embargo, los especialistas son claros: “No sabemos que sea menos perjudicial, no ha pasado el tiempo suficiente para averiguarlo, y lo que sí sabemos es que no es inocuo”.

El que habla es el neumólogo Rafael Vázquez Gallardo, que dirige la Unidad de Deshabituación Tabáquica el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). Explica que a su consulta aún no están llegando consumidores de estos productos, ya que el aumento se está percibiendo especialmente en la gente joven, “que todavía no está en la mentalidad de dejar de fumar”. Señala que aún es pronto para conocer los daños que producirán con un consumo prolongado, pero sí a corto plazo.

La adicción psicológica detrás del vapeador

“Sabemos, porque ya está estudiado, que el aerosol que producen los vapeadores y otras formas de consumir el tabaco contiene sustancias tóxicas, algunas cancerígenas o que lesionan el pulmón y producen enfermedades”.

Rafael Vázquez Gallardo- Unidad de Deshabituación Tabáquica el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi)

De hecho, destaca que hay ya una patología que se vincula en exclusiva al uso de vapeadores: evali –siglas que corresponden a su nombre en inglés, e-cigarette, or vaping, product use associated lung injury–. La definición de la enfermedad es de 2019 y en el área sanitaria de Vigo no se ha registrado hasta el momento ningún caso, pero el doctor Vázquez Gallardo explica que “cada vez se diagnostican más” y ya hay “varios miles”

Es una lesión en el pulmón, “una especie de neumonía no infecciosa” que se diagnostica “por exclusión” y para lo que es “imprescindible” que el paciente haya utilizado alguno de estos dispositivos en los 90 días anteriores, según explica el neumólogo. “Hay formas más leves, pero la mayoría de los enfermos tienen que ingresar unos cuantos días. Aproximadamente una cuarta parte llegan a unidades de cuidados intensivos y requieren ventilación mecánica, porque es una enfermedad grave e, incluso, mortal”. Cuenta que hay fallecimientos descritos sobre todo en Estados Unidos, pero también en Europa.

Aún no está confirmado, pero “se relaciona con una sustancia que se encuentra habitualmente en el aerosol de los vapeadores, el acetato de vitamina E, pero también con productos de THC –tetrahidrocannabinol–”, que el consumidor incluye a sabiendas o no. Porque ahí hay otro problema. “No está muy bien regulada su comercialización y hay muchas sustancias en algunos de ellos que desconocemos”, alerta el doctor y explica que esto dificulta la realización de estudios sobre sus efectos en la salud. Vaticina que aparecerán más enfermedades relacionadas.

Vázquez Gallardo advierte de que la lucha está en los jóvenes, a los que la industria tabacalera quiere acercarse con estos dispositivos, ya sea con o sin nicotina, para engancharlos a ellos o “muy frecuentemente, como puente para iniciarlos en el tabaco tradicional”. “Cuando uno empieza a fumar, el problema es dejarlo. Si pasa la adolescencia y la primera juventud sin probarlo, es muy probable que ya no fume”, añade.

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