Renfe refuerza su apuesta portuguesa con un tren directo a Lisboa en menos de cinco horas

El plan de internacionalización está dotado de 15 millones y llegaría hasta A Coruña, eliminando transbordos y paradas en Oporto o Guixar

La ofensiva deja en el aire el Tren Celta operado en colaboración con Comboios

Dos automotores de Comboios de Portugal y Renfe en la estación de Guixar.

Dos automotores de Comboios de Portugal y Renfe en la estación de Guixar. / MARTA G. BREA

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Nuevos tiempos para el tren en la Península Ibérica. La lucha entre empresas tras la liberalización y el relevo en la presidencia de Renfe ha provocado que ésta se prepare para lanzarse en solitario al mercado luso a medio plazo, rompiendo así la tradicional cooperación con Comboios de Portugal. Para ello, la compañía ha reservado 15 millones de euros para adaptarse a los requerimientos técnicos y confía en poder operar dos trenes diarios de Alta Velocidad directos entre A Coruña y Lisboa a medio plazo. Este nuevo servicio dejaría Vigo a algo más de 4 horas y media de la capital vecina al eliminar transbordos y paradas intermedias para los viajeros gallegos en Oporto o Guixar.

Con este cambio de rumbo, Raül Blanco confía en recuperar el volumen de negocio perdido dentro de España después de la llegada de Ouigo (filial low cost de la francesa SNCF) e Iryo, participada por Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia. Esta última cuenta además con el apoyo de la Comisión Europea para poner en marcha este servicio antes del año 2029. Este documento, que fue adelantado por el diario La Información, apunta a que se trata de un plan integral que comenzaría con la llegada de los trenes españoles a la estación fronteriza de Elvas, donde el próximo año se inaugurará la primera línea de Alta Velocidad del país vecino. Para vertebrar el Eje Atlántico más allá de Vigo Renfe apuesta por dos servicios diarios por sentido con paradas en Santiago, Pontevedra, Vigo y Oporto. El objetivo es posicionarse en una situación de ventaja para el año 2030, cuando el gobierno de Costa tiene previsto tener en servicio la nueva línea entre las dos mayores ciudades del país.

Tren de Renfe de la Serie 120 en una imagen de archivo en la estación de Urzáiz

Tren de Renfe de la Serie 120 en una imagen de archivo en la estación de Urzáiz / V.C.

Según detallan fuentes de la compañía estos trayectos se realizarían con los S-120 que ya operaron entre Vigo y Barcelona hasta 2011. Estos trenes, con una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora y 238 plazas, son “mellizos” de los S-121 que circulan por el Eje Atlántico. De esta manera mejorarían notablemente las prestaciones de los “camellos” de la serie 592 que alquila a Comboios después de varias décadas de servicio y apenas llegan a 140 kilómetros por hora. Esta estrategia de internacionalización sigue la senda estrenada en Francia este verano, donde ha comenzado a operar en las rutas Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon. En mayo ya solicitó los permisos pertinentes para poder circular en solitario en las vías portuguesas, aunque por el momento no ha solicitado los surcos necesarios.

Según señala La Información también iniciaría un nuevo servicio diario entre Madrid y Oporto con paso por Medina del Campo y Salamanca, cuyos tiempos de viaje serían muy superiores a los que tardaría por Galicia. Para la ruta que unirá las dos capitales ibéricas a través de Extremadura se aprovecharían los trenes S-730 con capacidad para circular en diésel y eléctrico.

  • 1- Una línea con potencial

    Renfe pretende adelantarse a sus competidores en la próxima década y afianzar su cuota antes de que llegue la Alta Velocidad todo el Eje Atlántico.

    2- Problemas técnicos

    La falta de sistemas de seguridad y la necesidad de electrificar algunos tramos condicionan la puesta de largo.

    3- Cambio de rumbo

    La ruptura de la colaboración con Comboios se enmarca en la nueva estrategia internacional, pero podría suponer el fin del Tren Celta actual.

Problemas técnicos

No obstante, este cambio de rumbo en Renfe respecto a los deseos del expresidente Isaías Táboas podría traer consecuencias negativas para el ferrocarril en Vigo. Si bien estos nuevos trenes rápidos permitirían llegar a Lisboa sin transbordos, la ruptura de la colaboración entre ambas operadoras públicas podría llevar a la desaparición del Tren Celta que operan conjuntamente desde hace una década. Este itinerario, con dos frecuencias al día, logró batir el año pasado su récord de pasajeros y fue definido por The Guardian como “una de las mejores rutas transfronterizas de Europa”. La altísima movilidad a ambos lados del Miño ha abierto la puerta a ampliar estos servicios en número, destinos o prestaciones. El exministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, apostó por utilizar los trenes Arco reformados en esta línea, lo que aumentaría su velocidad, mientras que Renfe abrió un proceso de formación para ampliar su plantilla.

Sin embargo, son los impedimentos técnicos los que frenan estas opciones a corto plazo y siembran dudas a medio. Para que los servicios se puedan extender más allá de Vigo es necesario electrificar un pequeño tramo entre Redondela y Arcade, obra para la cual Adif aún no ha adjudicado las obras. Además, el sistema de seguridad ferroviario portugués (Convel) se encuentra descatalogado y tanto Comboios de Portugal como las nuevas operadoras están a la espera del desarrollo de su alternativa para equiparla en los trenes. Es por ello que en Renfe no fijan un horizonte para este inicio de la actividad, aunque confían en que llegue antes del 2027.

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