La competencia que viene en tren: de los 70 euros del Madrid-Vigo a los 15 a Barcelona o Valencia

La llegada de Iryo y Ouigo a otras líneas en España desplomó los precios para viajar en Alta Velocidad | El aval de la Comisión Europea a su ruta entre Lisboa y A Coruña reduciría a la mitad el tiempo actual

Trenes de Ouigo e Iryo, competencia de Renfe y el AVE, en la estación de Valencia Joaquín Sorolla

Trenes de Ouigo e Iryo, competencia de Renfe y el AVE, en la estación de Valencia Joaquín Sorolla / M. A. Montesinos

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

El aval de la Comisión Europea a la propuesta de Iryo de unir Galicia y Lisboa con un nuevo servicio transfronterizo supone un hito histórico para el ansiado tren rápido. De esta forma, desde Bruselas no solamente se apoyará la construcción de la línea de Alta Velocidad entre Vigo y Oportocuyo horizonte se fija entre el 2030 y el 2040 como máximo– sino que también se actuará en la otra pata de la conectividad de una eurorregión con 10 millones de habitantes: la entrada de nuevos operadores en las rutas.

Si algún viajero quisiera realizar este viaje a lo largo del oeste peninsular tendría que planear un auténtico Interraíl, comenzando por lograr una plaza en alguno de los saturados trenes del Eje Atlántico entre A Coruña y Vigo.

Después de un cambio de convoy –o incluso de estación en la ciudad olívica– deberá tomar el vetusto Tren Celta para cruzar la frontera antes de recalar en la estación de Oporto-Campanhã.

Allí se asume un nuevo transbordo, aunque las frecuencias de los Alfa Pendular son mucho mayores, y “solamente” quedaría un viaje de casi 3 horas a la capital lisboeta.

Con las obras de electrificación planificadas en el lado gallego actualmente podría reducirse los transbordos e incluso aumentar las combinaciones hacia Oporto. Sin embargo, el verdadero salto no llegará hasta el 2030 con la finalización (prevista) de la Salida Sur de Vigo y las líneas de Alta Velocidad Nine-Valença y Oporto-Soure. En ese momento, las siete horas de la mejor combinación actual se reducirían a la mitad.

Pero la verdadera novedad llegaría en el precio, ya que la entrada de Ouigo e Iryo en las líneas Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia ha permtido reducir un 44% el precio medio de los billetes y captar nuevos viajeros para el tren. Una búsqueda rápida en las tres compañías que compiten en ambos corredores lo deja bien claro.

Si mañana hubiera que tomar un Alvia desde Chamartín hacia Vigo, además de tener una oferta limitada –cuatro directos y cuatro enlaces– y unos tiempos de viaje que aún no compiten con el avión, los precios oscilarían entre los 40 y los 90 euros.

En cambio, en las otras dos rutas hacia la estación de Sants o Joaquín Sorolla encontramos 24 y 18 frecuencias de AVE y AVLO, la marca low cost de Renfe con precios medios de algo más de 50 euros.

Las tarifas, no obstante, se desploman al buscar con las nuevas competidoras: la francesa low cost desde los 25 euros y la hispanoitaliana, desde los 18. Esto se debe a que el tren funciona ya bajo el revenue management que “penaliza” las compras sin antelación o en fechas de mayor demanda, como son los viernes y domingos.

Sin embargo, si hacemos la misma búsqueda a un mes vista –viernes 3 de marzo– los precios se reducen aún más. Si las nuevas marcas caen hasta los 15 y 18 euros en las mejores ofertas, la operadora pública difícilmente deja su “suelo” por debajo de los 30 o 40 euros. Actualmente, Renfe tiene bloqueados a la venta los billetes entre Galicia y Madrid a partir del 21 de marzo.

Un modelo de liberalización a seguir en Europa

La liberalización diseñada en los últimos años entre el Gobierno y Adif se ha convertido en todo un modelo para el resto de Europa. Las infraestructuras –estaciones, vías, suministro eléctrico– seguirán siendo de gestión estatal, mientras que los operadores –públicos y privados– pagarán un canon por su uso y harán uso de las franjas horarias (los surcos) que éste les adjudique.

Proyectos piloto de la Comisión Europea para trenes transfronterizos

Proyectos piloto de la Comisión Europea para trenes transfronterizos

El modelo contrasta la estrepitosa privatización de los ferrocarriles británicos planteada por Margaret Thatcher en los años 80, cuando se “troceó” la red en distintas concesionarias, y que ya ha provocado rescates milmillonarios desde el gobierno inglés.

En otros países de nuestro entorno es posible ver a nuevas compañías operando en las grandes líneas de Alta Velocidad contra las compañías públicas (Trenitalia e Italo) o mejorando las conexiones regionales (Le Train en Francia y Flixtrain en Alemania).

En nuestro país este proceso dará un nuevo paso en 2026 con la primera convocatoria para las Obligaciones de Servicio Público (OSP), que podría ser licitada por comunidades autónomas como Andalucía o Galicia, ya que ambas han mostrado su interés en crear nuevos servicios metropolitanos.

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