Gran Vigo

Urbanismo otorga la primera licencia del Barrio do Cura para poder iniciar obras

El edificio “Ardora”, junto al Berbés, albergará 100 pisos, un tercio de protección

Aún está pendiente otro permiso para dos bloques de 200 viviendas, párquines y uso comercial

Excavadoras trabajando en el futuro Barrio do Cura, ayer.

Excavadoras trabajando en el futuro Barrio do Cura, ayer. / José Lores

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Después de un periplo judicial, urbanístico y financiero de más de dos décadas, el Barrio do Cura obtiene luz verde para “empezar a hacer la obra de manera inminente”. La Xerencia de Urbanismo concedió este viernes la primera licencia para levantar el complejo residencial y comercial promovido por Gestilar y que “coserá” la ciudad entre el Casco Vello, O Castro y Torrecedeira.

El edificio “Ardora”, que será el primero de los tres en construirse, está situado en la parte más próxima a O Berbés “como un reflejo del mar” que estará rodeado por un parque en sus dos caras gracias a su condición lineal. El 30% del centenar de viviendas que acoge tendrán protección y la gran mayoría contaran con vistas a la ría.

Para lograr este permiso la promotora ha presentado el proyecto básico, el penúltimo documento antes de que las excavadoras puedan entrar con paso firme en estos terrenos. El proyecto de ejecución –con cuestiones técnicas sobre infraestructuras, instalaciones y movimientos de tierras– ya está redactado y será entregado “de forma inmediata” para avanzar.

Próximamente se otorgará la segunda licencia para los dos que faltan: “Estrela” y “Lúa”. Entre ambos suman otros dos centenares de pisos y toda la zona comercial que dará vida al barrio. Además, contará con 613 plazas de aparcamiento, de las cuáles 313 serán residenciales.

Para una fase posterior y a cargo del Concello de Vigo quedarían pendientes el aparcamiento público de 300 plazas y cuatro sótanos ubicado junto al túnel y la nueva guardería infantil de la calle Santa Marta.

Arriba, maqueta del Barrio do Cura con el edificio Ardora en primer término. Abajo, estado actual de los terrenos.  | // JOSÉ LORES

Maqueta del Barrio do Cura con el edificio Ardora en primer término. / Víctor P. Currás

A pesar de que el objetivo inicial de la promotora era iniciar las obras antes de que terminara el pasado año, la concesión de esta primera licencia se ha demorado durante meses para garantizar que todos los permisos estaban en regla.

En noviembre se aprobaba definitivamente el proyecto que abarcará más de 15.000 metros cuadrados, mientras que el pasado 25 de mayo era el turno del proyecto de normalización de fincas en el ámbito del suelo urbano consolidado una vez superado el proceso de información pública y la presentación de alegaciones.

Largo periplo para lograrlo

De esta forma se pone fin a uno de los proyectos urbanísticos con mayor recorrido en la historia moderna de la ciudad. Hace un cuarto de siglo que las Hermanas de los Ancianos Desesperados iniciaron su traslado a la actual residencia ubicada en Alcabre para garantizar su supervivencia, abandonado el asilo del Paseo de Alfonso XII en el año 2001 sin estar claro su destino.

Ni la compra de los terrenos por parte de Valeri Karpin y Míchel Salgado en junio del 2004, expandiendo la urbanización hasta el Berbés, ni la incorporación del túnel desde Porta do Sol –como el que se está construyendo ahora– evitaron que la recuperación de la más céntrica de las parcelas abandonadas de la ciudad saliera adelante.

La crisis económica e inmobiliaria y la caída en desgracia del Plan Xeral situaron en un limbo a la urbanización hasta que Gestilar la adquirió en el verano de 2018 e inició los trámites necesarios para poder levantar por fin el nuevo Barrio do Cura.

El proyecto, que lleva la firma del afamado arquitecto Alfonso Penela, esconde en su ADN la idea de convertir el Barrio do Cura en un “punto de encuentro para los ciudadanos que abarcará comercio, zona residencial y una variedad de espacios cívicos”. Tendrá más de 260 nuevas unidades residenciales, de las cuales más de un 45% serán viviendas de tres y cuatro dormitorios “pensando en una convivencia familiar”.

Las catas arqueológicas descartan restos y las primeras viviendas estarían en 30 meses

En abril de este año el Concello ya avanzó que las “prospecciones arqueológicas pendientes irían acompasadas con el desarrollo de la obra” .

El fin de los trabajos en esta parte inferior ha descartado la presencia de cualquier tipo de resto relevante o anterior al siglo XX, por lo que no será necesario prolongar su control. La complejidad orográfica del terreno obligó a los arqueólogos a tomar la decisión de dividir la actuación en dos partes.

De esta manera los propietarios podrán ir ocupando de forma progresiva las viviendas de una urbanización que contaba con un 70% de su oferta ya vendida a finales del año pasado. El objetivo de la promotora es entregar las primeras a finales de 2025 o comienzos de 2026.

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