La familia de Déborah pide que se vuelva a analizar el ADN del exnovio de la joven

Instan a la jueza a que se le tome otra muestra para comparar con un pelo hallado en el cadáver ya que, denuncian, la que aportó en 2002 “no se documentó” y otra de 2010 no fue examinada

La hermana y amigos de Déborah, en 2021, con carteles de la joven.

La hermana y amigos de Déborah, en 2021, con carteles de la joven. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

El tesón de la familia de Déborah para que no se deje ni un solo cabo suelto en la investigación judicial y policial por la desaparición y muerte de la joven viguesa hace ya más de dos décadas sigue siendo clave en el caso. La jueza, en una resolución notificada esta semana y a petición del equipo de abogados de los padres y los hermanos de la víctima, ha citado para el próximo 8 de junio a Aitor Curiel, el médico forense y criminólogo que, ya en 2021, determinó que el fallecimiento fue de etiología homicida. Y esta no es la única diligencia solicitada porque los letrados también instan a que se vuelva a tomar una muestra de ADN al exnovio de Déborah, el único investigado en esta causa judicial, de cara a que se compare con vestigios hallados en o junto al cadáver, especialmente con un pelo encontrado en el cuerpo.

“Nuestra obligación es pedir que se practiquen todas las pruebas que en su día no se hicieron bien”, resume Ramón Pérez Amoedo, uno de los abogados de la familia de Déborah. La solicitud de que se vuelva a analizar el ADN del investigado es la primera vez que, formalmente, la ponen sobre la mesa. Este vigués aportó una muestra genética el 9 de mayo de 2002 –un día antes del hallazgo del cadáver de la víctima– con motivo de su comparecencia en esa fecha ante la Policía Nacional en calidad de testigo y se le volvió a recoger otra en 2010, cuando las pesquisas se reactivaron en el marco de la Operación Arcano. Pero, denuncia la familia en un comunicado, la primera extracción “no está documentada” – “en ese acta no consta la firma suya, ni su huella dactilar ni la cadena de custodia de la remisión al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid”, explica el abogado– y la de 2010 “de modo sorprendente no se envió a analizar”. “Ni consta enviada ni consta el resultado”, concreta Amoedo. Ese año también se tomaron muestras de ADN al padre y a dos amigos del hoy investigado, cuya remisión sí aparece reflejada en el sumario.

Derecho fundamental

De determinarlo la jueza, ésta sería la tercera vez que se tomaría dicha muestra genética al exnovio: podría aportarla voluntariamente o, si se negase, judicialmente a raíz de una reforma legal de 2015 se podría ordenar la obtención coactiva. De forma previa a adoptar una resolución, la magistrada ha dado traslado al fiscal para que se manifieste sobre la procedencia o no de esta diligencia, informe que resulta preceptivo por entrar en juego un derecho fundamental. Los abogados de la familia de Déborah quieren que la muestra se compare con una serie de vestigios, como un pelo hallado en el cadáver de la joven en 2002 del que se logró extraer material genético. También había ADN en una cuerda que estaba bajo el cuerpo, pero en este caso no se logró secuenciar, lo que imposibilitaría realizar una comparación. En relación con el semen que apareció –que ya se determinó en su día que no coincidía genéticamente con el exnovio–, los abogados y la propia Policía Nacional consideraron que fue una pista falsa.

Otras diligencias

A la espera de lo que decida la jueza al respecto, a lo que sí accedió es a la comparecencia del criminólogo que descartó la muerte súbita y determinó que Déborah fue víctima de un homicidio, citación a la que se opuso la defensa del exnovio y que la magistrada había denegado en 2021, cuando se presentó el informe pericial. Este experto declarará el 8 de junio, probablemente por videonconferencia. El juzgado también ordena nuevas pesquisas a la Policía Nacional en relación con las explicaciones que dieron sobre el “examen visual” hecho en su día del teléfono móvil de la joven.

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