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El perito del caso Déborah: “Todas las piezas del puzzle encajan; fue una muerte violenta”

El médico forense y criminólogo Aitor Curiel. | // FDV

“Todo estaba ahí desde el principio; todas las piezas del puzzle encajan, estaban y están colocadas para dar un paso al frente y afirmar con rotundidad y sin ninguna duda que la de Déborah fue una muerte violenta”. Quien así se expresa es Aitor Curiel López de Arcaute, el prestigioso médico forense y criminólogo que, por encargo de la familia de la víctima y sus abogados, elaboró el informe pericial ya en manos del juzgado que descarta la muerte súbita y concluye que el fallecimiento de la joven viguesa acaecido hace 19 años es de etiología homicida. El experto –afincado en Valladolid, volcado en la docencia y la investigación y que ya intervino como perito en 2.000 procedimientos judiciales en toda España entre ellas el del niño Julen fallecido al caer en un pozo en Málaga– concluye que hay “múltiples indicios” en el cadáver que evidencian “una asfixia con un objeto blando” . “Todo, absolutamente todo, apunta a eso”, resume.

Este experto dice que elaboró un “metódico” informe tras estudiar toda la documentación de interés para su pericia que hay en el sumario: “No son hallazgos nuevos, todo estaba ahí desde el principio: la hipótesis, los hallazgos, los indicios... Individualmente quizá tengan poco valor, pero todos juntos no dejan lugar a dudas; pero en su momento nadie se sentó a juntarlos”.

Entre los hallazgos los hay postmortem, pero también lesiones “de carácter vital”. “En las extremidades inferiores, superiores... Pequeñas marcas como hematomas, escoriaciones. De mínima entidad traumática y que podrían ser compatibles con un intento de defensa por parte de la víctima en un ataque en el que habría gran desproporción de fuerzas [entre el agresor y la joven] o que fue sorpresivo”, interpreta.

Y con esta conclusión lo que se debe descartar, indica, es la muerte súbita: “Esa hipótesis solo sería válida si no hubiese ninguna otra causa, y sí la hay, o si existiesen antecedentes de cardiopatía en la joven o en su familia, y no los hay”.

En busca de ADN

Dadas las conclusiones de este informe, la familia ya pidió al juzgado la exhumación del cuerpo de Déborah. Curiel afirma que es una diligencia que debe hacerse. “Es imprevisible lo que vayamos a encontrarnos. Hay cadáveres de hace más de 20 años casi en perfecto estado por el lugar y condiciones de temperatura y humedad; y otros de hace un año en los que es imposible obtener indicios”, explica. Pero, como mínimo, dice, se podrá hacer un estudio de los huesos: “Para comprobar, por ejemplo, si hay alguna fractura”. Lo idóneo es ir más allá y encontrar ADN. Es complicado, admite, “pero hay que intentarlo”.

La de la joven sería la primera exhumación en la última década en Vigo por un crimen

La petición de la familia de exhumar el cadáver de Déborah está pendiente de la autorización de la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui. A la espera de dicha resolución, sería la primera diligencia de estas características que se hace en un caso criminal acaecido en Vigo y su área en la última década. Y es que son del todo excepcionales. Las únicas exhumaciones que sí se efectuaron en los últimos años en la ciudad o en concellos del entorno desde el ámbito judicial son derivadas de demandas civiles de paternidad, para tratar de extraer en huesos como el fémur o en piezas dentales restos de ADN. La familia de Déborah reconoce que la exhumación es un trámite “doloroso”, pero lo ven “necesario” para tratar de esclarecer el crimen.

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