Está claro que el alquiler está de moda. Quizá no tanto por voluntad propia, sino más bien por las pocas facilidades que tiene la gente de a pie –fundamentalmente joven– para hacerse con un hogar a tocateja o incluso acceder a una hipoteca. Por lo que respecta a Vigo, en los últimos años se han disparado tanto las viviendas que se encuentran a disposición de inquilinos temporales como su precio. El incesante auge del arrendamiento genera 62,5 millones más que hace un lustro y todo apunta a que la tendencia seguirá in crescendo (al menos en el corto plazo) según fuentes del sector. Pero en la ciudad olívica este fenómeno podría ir a más. La subida cuantitativa de las rentas percibidas por la cesión de viviendas en la urbe es mayor que la suma conjunta del crecimiento registrado en Pontevedra, Lugo, Ourense, Ferrol y Santiago (52,8 millones para las 5).
Cruzando los datos de precios del Observatorio da Vivenda en Galicia (OVG) y el número de hogares que declararon gastos en alquiler por un domicilio principal, según la última entrega de la encuesta estructural del Instituto Galego de Estadística (IGE), puede extraerse que el alquiler generó en Vigo más de 179,16 millones durante 2020 frente a los 116,51 que produjo en 2016.
Al mes, la diferencia asciende a unos 5,22 millones; 174.000 euros extra al día, 7.250 cada hora, 120 al minuto y dos más por segundo. La explicación a este fenómeno es lógica y responde a dos circunstancias que se han dado en paralelo. Por un lado, que el número de hogares en Vigo que declararon gastos en alquiler por una vivienda principal ha aumentado de manera sustancial, pasando de 22.760 a 28.712 (5.952 más o, lo que es lo mismo, un crecimiento del 26,5%). Por el otro, que el precio medio de los arrendamientos se ha elevado progresivamente en la urbe. De los 426,6 euros que costaba de media alquilar una vivienda a los 520 euros del año que explotó la pandemia de la COVID (93,4 euros más, es decir, un 21,89%).
Cabe resaltar que la incidencia de viviendas en la ciudad (el porcentaje de hogares con un gasto en alquiler sobre el total de domicilios) es la segunda más alta registrada desde que se tiene constancia. Para el último año analizado es del 24,97%, únicamente superada por la del 2019, cuando dicha variable alcanzó el 26,58%.
El mercado del arrendamiento generó un 53,77 % más de ingresos en el último lustro. Tomando como referencia el 2018, el auge del alquiler de viviendas generaba 27 millones más que en 2014. Ahora, tomando como punto de partida 2020, el alquiler genera 62,5 millones más que en 2016. En dos años, según exponen los últimos datos de ambas entidades, el aumento de las ganancias ha ascendido más del doble (exactamente un 131,48%).
Por ciudades, Vigo es la segunda con mayor aumento porcentual en el periodo comprendido entre 2016 y 2020, solo superada por Pontevedra (con un 94.3 %). A nivel cuantitativo, es la que más creció de todas, pero no la que más ingresos genera. Nuevamente es la segunda, puesto que A Coruña, por muy poco, logra arrebatarle el primer puesto (con 179,71 millones al año).
El mercado del alquiler en los siete grandes municipios gallegos creció en el último lustro algo más de 152 millones de euros (hasta los 543,44 millones). Del incremento total, el 41,22% está vinculado a Vigo. Y del cómputo de ingresos generados por el alquiler en las ciudades de Galicia, el 32,96% pertenece en exclusiva a la ciudad olívica.
Un aumento considerable
Si se tiene en cuenta el incremento de los ingresos provenientes del alquiler en el último año del que se tiene constancia, el de Vigo (62,5 millones) es superior al aumento conjunto registrado en Ferrol (3,37 millones), Santiago (13,05 millones), Lugo (7,86 millones), Ourense (8,99 millones) y Pontevedra (19,53 millones): concretamente 52,8 millones entre las 5. Asimismo, en relación a la cantidad de dinero que mueve el mercado de los arrendamientos, Vigo (con 179,16 millones) se queda cerca del dinero que mueven en su conjunto Ferrol (21,1 millones), Santiago (48,47 millones), Lugo (30,21 millones), Ourense (44,54 millones) y Pontevedra (40,24 millones): exactamente 184,57 millones entre las cinco.
La tendencia seguirá al alza hasta el término de 2022
A ojos de Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), el auge del alquiler de vivienda en Vigo se debe a dos factores fundamentales. Por un lado, que en los últimos años la ciudad ha registrado una “mayor movilidad laboral”. Desde 2016 “no ha parado de crecer”, indica, sobre la creación de empleo en la urbe y alrededores, señalando que paralelamente está el hecho evidente de que la gente opta por un alquiler al no poder tener una vivienda en propiedad debido a la ausencia de ahorro o financiación.
Ante esta situación, evidencia que desde su entidad llevan reclamando que se aceleren las normas urbanísticas para poder “promocionar vivienda de protección oficial”. Es necesaria “una apuesta seria y firme” en este sentido, reconoce el responsable, apuntando que “de aquí a final de año” seguirá creciendo el dinero que se mueve dentro de dicho mercado. Respecto a una previsión enfocada al medio-largo plazo, manifiesta que no es posible saber aún qué es lo que pasará de cara a 2023 debido a la “coyuntura económica tan cambiante”.
