Una vez más, Vigo se vuelve a jugar su futuro en materia de infraestructuras. Y lo hará en una maratón de –al menos– cinco meses en los que espera desbloquear o poner en marcha los próximos hitos que mejorarán su comunicación en ferrocarril.
La gran mayoría de ellos acumulan varios años de retraso y tentativas fallidas, pero los sucesivos cambios de gobierno, crisis y limitaciones técnicas han provocado que deban definirse casi a la vez.
Los dos más esperados son aquellos que, además, no entrarían en funcionamiento hasta dentro de una década. La variante de Cerdedo que uniría mediante una nueva línea de Alta Velocidad a la provincia con Ourense ha finalizado el estudio hidrogeológico encargado hace tres años por el Ministerio de Transportes para definir su idoneidad.
En junio del año pasado, la entonces presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, confirmaba la viabilidad del recorrido a pesar de atravesar 504 puntos de agua en sus 54 kilómetros.
Ahora se abre un plazo en el que su Secretaría de Estado deberá recibir y analizar toda la información antes de pronunciarse, algo que previsiblemente no ocurrirá hasta otoño.
La segunda obra, desarrollada principalmente en el término municipal, tiene en noviembre el horizonte de finalización para la redacción de su estudio de alternativas.
La ansiada Salida Sur ferroviaria prolongará más allá de Urzáiz el actual túnel de As Maceiras, permitiendo establecer servicios pasantes en la estación de Thom Mayne.
Por el momento se desconoce si este informe incluirá un ramal al puerto de Bouzas o se extenderá hasta el futuro nuevo puente internacional sobre el río Miño, pero Abel Caballero ya ha anunciado su deseo de que el trayecto hasta O Porriño sea mediante un túnel de más de 10 kilómetros de largo.
El tercer punto ha saltado al debate político en el último mes. Los retrasos en la llegada de los nuevos trenes Avril que permitirán reducir en 20 minutos los tiempos de viaje entre las ciudades atlánticas y Madrid han generado importantes fricciones entre la Xunta y el Ministerio de Transportes, quien los había comprometido para este verano.
Ayer mismo, el Consejo de Administración de la operadora pública informaba a Talgo de que le reclamará 116 millones de euros por los perjuicios generados en estos retrasos.
Las primeras entregas estaban programadas para comienzos de 2021, por lo que no se ha podido recuperar la demanda previa a la pandemia ni atenderla en las nuevas líneas.
Estos trenes de la serie 106 no estarán disponibles, al menos, hasta el primer trimestre de 2023 y a pesar de ofrecer mejores tiempos y más plazas no está previsto que aumente las frecuencias.
Dentro del ámbito autonómico, la Declaración de la Red de Adif para este 2022 contemplaba para el último trimestre la puesta en funcionamiento definitiva del sistema ERTMS en el Eje Atlántico que estaba previsto para hace cuatro años.
Este software de seguridad debía reducir los tiempos de viaje a Santiago y A Coruña, pero actualmente solo permitiría recuperar los “colchones” que se han esfumado ante el elevado tiempo de parada en cada estación y las limitaciones temporales de velocidad en algunos tramos.
Los retrasos y problemas han sido tan importantes que la formación recibida por algunos maquinistas ya ha caducado, mientras que otros directamente ya están jubilados.
También en el Eje Atlántico, pero en su línea convencional, se espera aprobar las obras entre la estación de Guixar y Arcade que podrían conllevar cortes en la línea.
El objetivo es electrificar los ocho kilómetros entre la bifurcación de la línea de Alta Velocidad y Redondela que impiden que el servicio internacional desde Oporto pueda operarse también hacia el norte de Vigo con trenes eléctricos.
Junto con la homogeneización de la catenaria entre Guixar y Tui a 25kV en lugar de los 3kV actuales se podrían emplear nuevos trenes más modernos y veloces que el “camello” actual.
Por último, se esperaba que con la inauguración del nuevo túnel entre las estaciones de Chamartín y Puerta de Atocha se pudieran estrenar los nuevos trenes transversales sin origen ni destino en Madrid.
Sin embargo, las presiones de los políticos alicantinos ha retrasado el nuevo AVE directo entre Ourense y Levante hasta septiembre, mientras que las frecuencias anunciadas por la francesa Ouigo desde la estación que sirve de entrada a los gallegos en la capital no permiten un enlace rápido en tiempo.