Nuevo paso para la recuperación de uno de los espacios más emblemáticos y codiciados de Vigo. La gerencia de Urbanismo recibirá este martes el convenio relativo a La Panificadora para su recuperación e integración en el entorno.

Así lo anunció hoy en rueda de prensa el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, quien destacó que servirá para "protegerla arquitectónicamente, abrirla al público, permitir la visita y crear espacios nuevos espacios".

Zona Franca y Concello se repartirán esta actuación en dos fases. La primera, a cargo del gobierno local, afectará al espacio entre rúa de Santiago y la Praza do Rei. En total, unos 2.500 metros cuadrados destinados a espacios libres y zonas verdes; en los que tendrán que asumir la expropiación y adecuación.

La joya de la corona, el edificio que cesó su actividad en 1980, correrá a cargo de Zona Franca. Los más de 7.000 metros cuadrados ubicados en los edificios 26 y 28 y todo el espacio vinculado serán asumidos por el consorcio para su expropiación y uso posterior.

El objetivo es conectarlo de una forma sencilla con el Barrio do Cura, que ya ha comercializado el 60% de sus viviendas, y el Casco Vello. De esta forma, el centro quedará conectado en una trama urbana continua por primera vez.

En estos momentos ya se están agilizando los trámites de expropiación y las pertinentes licencias de obra. El plazo máximo de vigencia del convenio es de cuatro años, por lo que en 2026 deberá estar la obra finalizada por completo.

Los usos futuros

En el documento, también se determinan los usos que tendrán los espacios. Y es que, a punto de cumplir 100 años de vida –puso sus motores en marcha por primera vez entre octubre y noviembre de 1924–, este emblemático complejo, pieza clave del skyline olívico, pide a gritos una reforma integral que le permita revivir en una parte nuclear de la ciudad. El proyecto maneja un presupuesto de 20 millones de euros para construir una residencia para mayores y jóvenes en el edificio más próximo a Falperra, que supera los 4.000 metros cuadrados.

Un segundo bloque, con una superficie aproximada de 5.000 metros cuadrados, albergará un centro de innovación gastronómica y enología –para el que, a lo largo de los últimos años, han sonado diferentes ubicaciones, como la ETEA, el pazo del Marqués de Valladares, el antiguo Rectorado o el Tinglado–.

De este modo, La Panificadora cumplirá con unas de las condiciones establecidas por Zona Franca para levantar la sede del centro culinario: que se localizase en el casco histórico de la metrópolis olívica. Además, en la planta superior, se proyecta un restaurante: seguirá una filosofía similar a la del Basque Culinary Center, instalación de Donostia referente a nivel internacional.

“Por primera vez en la historia de la ciudad, se recupera un espacio industrial para la memoria, creando plazas y zonas de disfrute que permitirán a los ciudadanos viajar en el tiempo: a medianos del siglo pasado”, explicaba hace un año el delegado estatal en el Consorcio de la Zona Franca de Vigo, David Regades.