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El inicio de la reforma de La Panificadora ya tiene fecha

Vista de La Panificadora y de su entorno.

“Recuperamos un espacio que algunos dejaron desaparecer”

Abel Caballero

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La segunda juventud de La Panificadora está cada vez más cerca. Con el expediente de expropiación ya “avanzado”, Concello y Zona Franca han cerrado el documento inicial del convenio entre ambas partes: establece que las edificaciones y la parcela que corresponden a La Panificadora serán expropiadas y rehabilitadas por el Consorcio olívico: se encargará del coste, pero la entidad local llevará la gestión. Los terrenos que se sitúan entre la calle Santiago y el edificio municipal de la Praza do Rei serán expropiados por el Concello, que, además, llevará a cabo la urbanización y las obras del entorno. El objetivo, en palabras del alcalde, Abel Caballero, es “recuperar un nuevo espacio para la ciudad que algunos dejaron desaparecer”.

También se han dado a conocer los plazos: la firma del convenio se espera para este verano; la toma de posesión del espacio, es decir, la finalización de las expropiaciones, para principios del año que viene; la redacción del proyecto, primer semestre del 2022; la licitación, a lo largo de ese mismo ejercicio; y el inicio de las obras se fija “hacia el 2023”. “Por primera vez en la historia de la ciudad, se recupera un espacio industrial para la memoria, creando plazas y zonas de disfrute que permitirán a los ciudadanos viajar en el tiempo: a medianos del siglo pasado”, explica el delegado estatal en el Consorcio de la Zona Franca de Vigo, David Regades.

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Así era la Panificadora en sus años de esplendor

En el documento, también se determinan los usos que tendrán los espacios. Y es que, a punto de cumplir 100 años de vida –puso sus motores en marcha por primera vez entre octubre y noviembre de 1924–, este emblemático complejo, pieza clave del skyline olívico, pide a gritos una reforma integral que le permita revivir en una parte nuclear de la ciudad. El proyecto maneja un presupuesto de 20 millones de euros para construir una residencia para mayores y jóvenes en el edificio más próximo a Falperra, que supera los 4.000 metros cuadrados. Un segundo bloque, con una superficie aproximada de 5.000 metros cuadrados, albergará un centro de innovación gastronómica y enología –para el que, a lo largo de los últimos años, han sonado diferentes ubicaciones, como la ETEA, el pazo del Marqués de Valladares, el antiguo Rectorado o el Tinglado–. De este modo, La Panificadora cumplirá con unas de las condiciones establecidas por Zona Franca para levantar la sede del centro culinario: que se localizase en el casco histórico de la metrópolis olívica. Además, en la planta superior, se proyecta un restaurante: seguirá una filosofía similar a la del Basque Culinary Center, instalación de Donostia referente a nivel internacional.

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    Millones de euros de inversión
    La recuperación de La Panificadora contempla una inversión de 20 millones de euros, entre la expropiación de los terrenos y las obras.

La idea trazada apunta a que el segundo bloque estará dedicado también al emprendimiento y al mundo empresarial. A pie de calle, se plantea una especie de salón multiusos que funcione como escaparate para su actividad. Un tercer ámbito –el más próximo a Praza do Rei, que tendría una superficie que supera los 3.000 metros cuadrados– se centrará en dos mundos: la salud y el deporte. En este espacio, Concello y Zona Franca estudian poner a disposición de vigueses y visitantes un gimnasio con piscina y servicios y actividades relacionados con la práctica de ejercicio físico. Los arquitectos Jorge Salgado Cortizas y Celso López Martín firman el proyecto para devolver la vida a La Panificadora –cerrada desde 1981– tras vencer en el concurso de ideas lanzado por el Concello.

La reforma de La Panificadora es parte fundamental de la regeneración del entorno del Paseo de Alfonso junto con la urbanización del Barrio do Cura. Precisamente, esta misma semana, el alcalde, Abel Caballero, dio a conocer que este último proyecto ya cuenta con el visto bueno de la Dirección General de la Costa y el Mar, por lo que está más cerca el paso de sacarlo del papel para ponerse manos a la obra: se trata, en palabras del regidor, de una noticia “excepcionalmente importante para el desarrollo” de la ciudad olívica.

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Con la rehabilitación del Barrio do Cura, de unos 23.000 metros cuadrados, Vigo ganará casi 4.000 metros cuadrados de zonas verdes y áreas de ocio de uso público, casi 3.000 metros cuadrados de equipamiento público, una escuela infantil y un espacio público de 5.500 metros cuadrados, así como 1.137 plazas de aparcamiento. El porcentaje de vivienda protegida alcanzará el 30%.

Una vez se completen las obras de La Panificadora, la urbe recuperará una pieza clave de su patrimonio industrial que, a pesar de su valor e historia, lleva deteriorándose desde que cerró sus puertas: a comienzos de la década de 1980 tras 56 años de actividad. 

Maqueta en la que se refleja el proyecto de reforma de La Panificadora de Vigo

Reconocimiento de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo

La Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU), convocada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en colaboración con el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y la Fundación Arquia, presentó los primeros resultados de la convocatoria Panorama de Obras de Arquitectura y Urbanismo, que premiará lo más relevante de la arquitectura y el urbanismo de los últimos tres años con una selección de 20 proyectos que se darán a conocer como pistoletazo de salida de esta 15.ª edición de la BEAU.

Se presentaron 581 propuestas, de las cuales fueron seleccionadas 100. Un total de 70 resultaron elegidas finalistas para esta cita cultural convocada por el Ministerio. Entre ellas, se encuentra el proyecto de reforma de La Panificadora, así como el edificio de la Universidad de Vigo en la Praza do Berbés: es una de las primeras obras públicas construidas con madera, lo que ya supuso un ahorro mínimo medioambiental equivalente a eliminar 250 coches de las calles de la ciudad durante todo un año.

Verja de La Panificadora, en la calle Falperra. Marta G. Brea

La Bienal se celebrará este verano de manera paralela en una doble sede: del 28 de junio al 16 de septiembre, en el Pabellón de Barcelona; y del 2 de julio al 23 de septiembre, en el Patio Herreriano de Valladolid. El objetivo es “servir de punto de encuentro entre la ciudadanía la arquitectura y el urbanismo y reivindicar el valor social de ambas disciplinas”, según indica el Ministerio.

Las obras seleccionadas y finalistas de esta convocatoria fueron elegidas según criterios de “calidad, pertinencia, vocación social y cultural o innovación”. “Responden a los retos de la sociedad, se vinculan y enraízan con los lugares donde se asientan y aportan soluciones para mejorar el contexto social y cultural en el que operan”, concretó el jurado de este certamen.

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