La última carrera electoral en tres años

Las europeas del 9-J suponen un test marcado por la confrontación estatal para medir las fuerzas tras las autonómicas

PP y BNG aspiran a consolidar su posición y el PSdeG busca recuperarse

Pablo Gómez, Francisco Millán Mon, Paula Prado y Adrián Vázquez, ayer, en la sede del PPdeG. |   // X. ÁLVAREZ

Pablo Gómez, Francisco Millán Mon, Paula Prado y Adrián Vázquez, ayer, en la sede del PPdeG. | // X. ÁLVAREZ

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Si todo transcurre con normalidad y no vuelve a haber adelanto de las generales, los comicios europeos del 9 de junio, cuya campaña arranca esta noche, serán la última cita con las urnas hasta dentro de tres años, poniendo punto y final a un ciclo intenso desde las municipales del año pasado, a las que siguieron las generales y las autonómicas del pasado mes de febrero. Los partidos gallegos se agarran al 9-J para consolidar posiciones o tratar de remontar, con puntos de partida muy diferentes entre sí.

Tal es el cansancio de votaciones, que en privado incluso el PP, que cuenta con el mayor ejército de militantes y la maquinaria más engrasada, reconoce en privado, por boca de uno de sus dirigentes, que tiene problemas para encontrar interventores para la jornada electoral que elegirá a los integrantes del Parlamento Europeo. “La gente está cansada”, colegía este alto cargo ante esa respuesta de sus bases.

Las europeas constituyen unos comicios marcados por el ambiente estatal, especialmente en este momento de una legislatura que se antoja impredecible, especialmente tras unas catalanas que han dejado tocado a ERC y, si como es previsible no logra ser investido presidente de la Generalitat, a Carles Puigdemont. El resultado en Cataluña ha insuflado aire en las velas socialistas en un momento de incertidumbre, hasta el punto de que el Gobierno rechazó directamente abordar la negociación de los presupuestos de este año.

Los cinco días de meditación de Pedro Sánchez para decidir si continuaba en la Presidencia o no, su tensión creciente con el PP a propósito de las investigaciones a su mujer, las crisis diplomáticas con Argentina e Israel... Los mensajes sobre las políticas a llevar a cabo en Bruselas para sectores estratégicos para Galicia como la pesca o la automoción tendrán difícil cabida en la campaña que se inicia esta noche.

El PP gallego se encuentra eufórico tras su éxito en febrero, cuando logró la primera mayoría absoluta de Alfonso Rueda como líder con casi el 48% de los votos y 40 escaños –dos menos que en 2020–. En privado, se admite que el 9-J genera menos movilización y que quien más se la juega es Feijóo porque si el Gobierno desgasta, la oposición, mucho más.

El expresidente del Ejecutivo gallego protagonizará actos por las cuatro provincias en campaña y el sábado 1 de junio en la tradicional romería que el partido celebra en O Pino (A Coruña).

Sus mensajes serán claros, atacará al BNG por su alianza con Bildu –ambas fuerzas tuvieron sus mejores resultados autonómicos este año– relacionándolos con ETA y al PSOE lo acusará de plegarse a los intereses de Pedro Sánchez, a pesar de que parece haberse rebajado la tensión entre Moncloa y Monte Pío tras la reciente coincidencia del ministro de Transporte, Óscar Puente, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda.

El Bloque de Ana Pontón se aferra a la inercia de las autonómicas, donde logró 25 escaños, superando el récord de 19 de 2020. Su candidata, Ana Miranda, es una experta en los recovecos de Bruselas y figura como tercera candidata en la coalición Ahora Repúblicas, con ERC, Bildu y Ara Més.

Su líder se volcará en campaña y aspiran a tener un resultado lo suficientemente importante como para garantizarse un escaño completo los cinco años de legislatura y no un período rotatorio que se reparte de manera proporcional al resultado. El lastre puede ser ERC, que en las catalanas sufrió un duro revés. Su mensaje será, cómo no, “a voz galega en Europa” y recordará que fue Miranda la que llevó, por ejemplo, el caso Angrois a las instancias europeas.

Su programa encierra duras críticas a una UE que ve como brazo ejecutor de las políticas neoliberales y a la que critica por su apoyo a Ucrania, agredida por Rusia. Censura sus “designios expansionistas hacia el este en connivencia con los dictados de la OTAN y al servicio de los intereses de los Estados Unidos”, lo que la ha sumido en una “espiral belicista cada vez más desenfrenada”.

La tercera pata de la política gallega –teniendo en cuenta las fuerzas con presencia en O Hórreo– es un PSdeG que necesita una inyección de moral tras el golpe de las autonómicas gallegas, en las que perdió cinco actas y se quedó en 9.

El éxito en las catalanas parece haber revitalizado al PSOE estatal, contento con la tarea de Nicolás González Casares, que repite como cuota gallega en los puestos de salida para la Eurocámara.

El líder gallego, José Ramón Gómez Besteiro, necesita cambiar la inercia del partido, donde la confianza en su papel como apuesta de futuro puede derivar en dudas si se produce otro mal resultado.

Para impulsar su marca, es previsible el desembarco en la comunidad de miembros del Gobierno y de la cabeza de lista socialista, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que, junto con Pedro Sánchez y Nadia Calviño, son los españoles más reconocidos en la UE, insiste el PSOE.

Los populares apelan a la movilización para “mandar un mensaje claro” a Pedro Sánchez

El PPdeG presentó ayer su campaña para las europeas y puso los focos sobre sus tres candidatos en las listas: Francisco Millán Mon, que ha cumplido ya dos décadas como europarlamentario, el ex de Ciudadanos Adrián Vázquez y Pablo Gómez Cedrón. Los dos primeros figuran en los puestos 8 y 10, por lo que su elección es segura, mientras que el último está en el número 59. Los populares, expuso Paula Prado, secretaria xeral del partido, defenderán el lema “A túa resposta” y confían en repetir “éxito” electoral de febrero el 9-J.

Defenderán su proyecto como “la respuesta” a los problemas de los gallegos frente a un BNG “en coalición con independentistas y con herederos de ETA” –el número 2 de la coalición en la que figura el Bloque fue condenado por su relación con la banda– y un PSOE que “socava cada vez más el Estado de Derecho”. Adrián Vázquez fijó a Sánchez como objetivo: “Necesitamos salir todos a votar, movilizarnos, mandar un mensaje claro al señor Sánchez, pero también a Europa. Necesitamos ser la delegación del PP más potente en el Parlamento Europeo para arreglar, para contrarrestar los constantes ataques que vemos que hace el señor Sánchez y su Gobierno a Galicia”.