Un estudio refleja el uso del móvil para controlar a la pareja entre adolescentes

Galicia plantea restringir los móviles en colegios e institutos incluso en el tiempo de ocio del alumnado tras la vuelta de vacaciones de Navidad. Estas semanas el Gobierno se ha reunido con la comunidad educativa para analizar la aplicación de una medida con la que la Xunta pretende mejorar la convivencia en los centros educativos, porque el ciberacoso es una de las caras del mal uso de las nuevas tecnologías. Pero no la única.

Un estudio realizado entre 400 estudiantes gallegos de 15 a 19 años de ESO y Bachillerato revela que las nuevas tecnologías también pueden servir de instrumento de control en parejas de adolescentes y que se detecta una “normalización” de estas conductas de supervisión. Lo recoge el trabajo “Percepción de violencia en el noviazgo entre los adolescentes. Estudio transversal”, publicado en la Revista Española de Salud Pública.

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Romantización del control

El artículo refleja que entre los ítems analizados –definidos por una batería de preguntas que buscan averiguar qué comportamientos consideran el alumnado “normal” y hasta qué punto– es en el control ejercido por la pareja vinculado a las nuevas tecnologías donde se observa “mayor normalización” de las conductas. Según el análisis, “únicamente” el 27,9% de los chicos y el 28,7% de las chicas considera que “no es nunca normal enviar varios mensajes a la pareja para controlar lo que está haciendo”. Una explicación “plausible”, recoge el informe, “puede ser la romantización” del control. Al respecto, aluden a estudios sobre violencia de género en el colectivo que destacan la normalización de actitudes de control mediante las TIC, “blanqueadas como pruebas de amor y confianza”.

Vigilar a la pareja a través de las nuevas tecnologías sería, tal y como indica el trabajo, “muy común” en adolescentes de ambos sexos. En ese sentido, alegan que casi un 47% del alumnado encuestado (perteneciente a cuatro centros de A Coruña) conoce “algún caso que envía varios mensajes al día para conocer qué está haciendo la pareja” y casi un 34%, que controla su “conexión” en las redes sociales. Los autores, del área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la USC, refieren que algunos estudios “parecen mostrar” que conductas de “control, amenaza y/o humillación a través de herramientas electrónicas” han pasado a “formar parte de la comunicación habitual” de los adolescentes y avisan que ese control se asocia a “mayor depresión y ansiedad para las víctimas”, entre otros efectos, por lo que se ve “necesario” actuar desde la educación para evitar que este tipo de violencia siga yendo a más.

Vestimenta y amistades

El artículo analiza otros aspectos: por ejemplo, el 99% de las chicas considera que “nunca” es normal controlar la vestimenta de la pareja, mientras que en ellos el porcentaje baja al 88%, y algo similar ocurre con el control de amistades (87,6% frente a 73,1%). “La presencia de violencia en el noviazgo reconocida” por el alumnado “fue alta” en indicadores relacionados con el “control, violencia psicológica y violencia verbal” y mostraría una “menor aceptación de la violencia física”.

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Tras el análisis, que revela asimismo que un 21,7% de encuestados refirió “conocer casos que sentían miedo de su pareja”, el artículo concluye que “la percepción de violencia en el noviazgo es mayor por parte del sexo femenino”. Pese a que los autores juzgan que la “elevada” participación “sugiere” que los datos “podrían ser representativos de escolares gallegos de estas edades”, admiten que el tipo de trabajo no permite generalizar las conclusiones. Aluden a nuevas tecnologías, pero casi todos los adolescentes gallegos tienen móvil con datos.

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