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Casi medio millar de alumnos se beneficiaron del plan para evitar absentismo y abandono escolar

La Xunta prevé que la Rede de Acompañamento de Orientación persoal e familiar de Galicia esté operativa durante dos años más

Niños en un colegio. | // ALBA VILLAR

El COVID no solo se ha llevado –y lo sigue haciendo– vidas, sino que también ha tenido una incidencia sobre el aprendizaje y el estado anímico de los alumnos, como aseguran muchos docentes. En el contexto de la pandemia, la Consellería de Educación puso en marcha el denominado Plan Recupera para “blindar la calidad del sistema educativo y evitar que nadie se quede atrás”, sobre todo teniendo en cuenta la situación sociosanitaria vivida. Entre las iniciativas impulsadas al amparo del plan estuvo el refuerzo docente desplegado el pasado curso o Raogal, la Rede de Acompañamento e Orientación Persoal e Familiar de Galicia, una propuesta encaminada a “prevenir el absentismo escolar y reducir el abandono” educativo entre los alumnos “más vulnerables”, como explican desde el departamento dirigido por Román Rodríguez.

Esa red protectora que nació con carácter experimental, pero que la Xunta pretende mantener operativa dos cursos más, ha dado cobijo ya solo en su primer año de funcionamiento a casi medio millar de alumnos. En concreto, Educación eleva los beneficiarios a 481 escolares pertenecientes a 333 centros diferentes –casi uno de cada tres colegios e institutos públicos gallegos– y 330 familias.

El dato de las familias no es accesorio ya que, según la Administración gallega, “el alumnado beneficiario es aquel socioeducativamente más vulnerable con el objetivo de prevenir el absentismo escolar y reducir el abandono escolar” y “se trabaja” con él “y con las familias siempre en colaboración con los departamentos de orientación de los centros que solicitan su intervención”.

Expansión del programa

Raogal, por sus siglas, nació conformada por 32 docentes distribuidos en otros tantos centros base encargados de realizar actuaciones de “apoyo y seguimiento” del alumnado con “dificultades” y “más vulnerable” a lo largo de su zona geográfica de influencia. En la convocatoria para este curso la Xunta busca ampliar la red a una decena más de centros y reorganiza las áreas en doce. A los responsables de estas unidades –con dedicación exclusiva para su tarea– se les pide formación específica acreditada en mediación, habilidades sociales y educación emocional y su labor consiste en “acompañar las trayectorias educativas del alumnado más vulnerable y sus familias para prevenir fracasos y promover el aprendizaje y éxito escolar”.

En lo que respecta a abandono educativo temprano, Galicia es líder por abajo, es decir, las cifras son buenas, y lo mismo en absentismo. Según los últimos datos de PISA –que se centra en alumnado de 15 años– los escolares gallegos son los que menos absentismo registraban de todo el Estado. Aun así, en el curso preCOVID, Educación abrió 340 expedientes por ausencias no justificadas de las aulas y desde que hizo su irrupción el virus la Xunta tuvo que habilitar un sistema específico de comisiones provinciales para dirimir hasta qué punto ciertas ausencias de las clases presenciales pueden considerarse excusadas.

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