Los batacazos electorales del último mes no solo han debilitado a la izquierda rupturista, sino que han abierto la espita para avivar unas guerras internas y entre socios que en buena parte han minado la confianza de quienes habían apostado por ellos con anterioridad. El portavoz de En Marea, Luís Villares, se unió hoy al coro de críticas a Pablo Iglesias, líder de Podemos, al que acusó de estar "empeñado en destruir" la alianza gallega, elevando el tono tras el nuevo conflicto sobre el senador autonómico que corresponde a En Marea. No se quedó ahí y exigió a Iglesias seguir su ejemplo y abrir un proceso para que las bases moradas elijan nueva dirección.

En este nuevo capítulo de las guerras rupturistas existen dos frentes. Por un lado, la elección del senador por designación autonómica que le corresponde a En Marea. Por otro, el ataque de varios actores de la nueva izquierda a Iglesias por el desplome de Podemos y la quiebra de muchas de sus alianzas en todo el territorio, lo que obliga, sostienen, a convocar una asamblea de Podemos para elegir dirección, es decir, que las bases decidan si debe mantener el cetro de los morados.

En Marea posee 14 diputados en el Parlamento gallego, pero Villares solo cuenta con el apoyo de tres. El resto son críticos y forman parte de Podemos, Anova, Esquerda Unida y Compostela Aberta. Aplazada la maniobra de Podemos para apartar al juez en excedencia de la portavocía en la Cámara, otro combate se abre con el mismo choque argumental. Villares alega que es el Consello das Mareas quien posee autoridad sobre el grupo. Sus críticos lo rechazan. El origen del choque se halla en 2016, cuando Podemos y EU aceptaron participar en las autonómicas como integrantes de En Marea-partido instrumental, aunque en realidad no aceptaban sus reglas.

El sábado, el Consello das Mareas comunicó la elección de la profesora Mariló Candedo para asumir el acta en la Cámara Alta tras una reunión de la que no se había informado previamente. Ayer, los críticos rechazaron esa decisión, reclamando que se tomase dentro del grupo parlamentario. Podemos tiene su candidata (Ángela Rodríguez) y Anova busca también su apuesta. Ayer lo dejaron claro en una reunión interna.

El conflicto se prolongará gracias a una decisión del PP, que aplazó el pleno parlamentario en el que se designará a los tres senadores gallegos, de los que dos corresponden a los "populares" y uno a En Marea. En principio, la cuestión se iba a votar en el pleno de la próxima semana, pero el PP, con mayoría absoluta, no lo incluyó en el orden del día. Se celebrará este mes, aseguró Miguel Tellado, secretario xeral y diputado del partido. Una escisión del grupo En Marea le retiraría el derecho a esa representación en el Senado, que pasaría al PSdeG.

Ante este debate interno, Villares atacó los recelos de los críticos. "Mariló Candedo no es mejor ni peor candidata que ninguna otra que se pueda proponer. Pero se trata de una decisión que se ajusta a las normas internas de En Marea. Unas normas de las que nos dotamos para nuestra propia convivencia como proyecto político", expuso esta mañana tras la Junta de Portavoces, reiterando que "Podemos no tiene diputadas en el Parlamento gallego".

Ahí apuntó alto y disparó a Iglesias. "Están empeñados en destruir este grupo parlamentario, la convivencia y la confluencia. Pero En Marea como proyecto político no es propiedad de Pablo Iglesias [...] Hay cosas que no se pueden permitir", criticó.

Como hizo hace tres semanas en una entrevista con FARO, Villares vinculó con la asamblea de Podemos Vistalegre II con la decisión de Iglesias de "romper con las confluencias para construir un partido único a nivel de todo el Estado".

De hecho, en las generales Podemos y EU compitieron al margen de En Marea, al igual que en las municipales y europeas. También hubo divorcios en Madrid o Valencia, por ejemplo. El resultado fue malo en general, con la pérdida simbólica de casi todas las "alcaldías rebeldes", si bien en las generales En Marea sufrió el mayor golpe, al no llegar a 18.000 papeletas.

Villares recurrió a las críticas internas en Podemos hacia Pablo Iglesias para apuntalar sus quejas. "Las denuncias que estos días están haciendo miembros de Podemos como Espinar, Teresa Rodríguez y la propia dirección en Aragón o Castilla-La Mancha son prácticas que en este grupo parlamentario llevamos padeciendo demasiado tiempo y que nos impiden trabajar con normalidad", sostuvo.

Acusó a Podemos de no respetar "la democracia interna" por oponerse a la designación de Candedo, votada en las pasadas primarias de En Marea, apostando por "pactos de despacho". Ahí pulsó un tema sensible. "No entiendo que Iglesias vea bien someter a referendo un asunto privado e irrelevante como la compra de un chalé en la sierra de Madrid y, sin embargo, desprecie las primarias para escoger cargos de representación pública".

En Marea celebrará un plenario el mes que viene tras sus malos resultados electorales y elegirá en primarias nueva dirección en agosto. Villares pidió a Iglesias que siga su ejemplo. "Nosotros asumimos nuestras responsabilidades y estaría bien que los demás asumiesen las suyas", espetó.