La culpa no (solo) es del porno

Los expedientes por agresiones sexuales entre menores han aumentado un 116% en 5 años ¿Son los adolescentes de hoy más violentos, o, en cambio, menos tolerantes con una violencia que, ahora sí, se atreven a denunciar? Aunque las lecturas difieren, los expertos coinciden en la necesidad de atajar estos datos: “Hay que hablar más, mejor y antes de educación sexual”

La Fiscalía del Estado denuncia
una “oleada de atentados a la libertad sexual” entre menores. Tres expertos analizan el problema y sus soluciones en un reportaje que nos anima a ampliar el foco

La Fiscalía del Estado denuncia
una “oleada de atentados a la libertad sexual” entre menores. Tres expertos analizan el problema y sus soluciones en un reportaje que nos anima a ampliar el foco / Oscar M Sanchez

María Bueno

María Bueno

La memoria anual de 2022 de la Fiscalía General del Estado se ha convertido en la última voz en dar la “alarma” con respecto a la “oleada de atentados a la libertad sexual” entre menores. Si los expedientes abiertos por agresiones sexuales se han incrementado casi un 50% en el último año, el porcentaje supera el 100% si nos vamos a la serie de los últimos cinco. 

Sin ir más lejos, solo esta semana han trascendido nuevos casos de violencia entre menores como el episodio de los desnudos simulados con IA en Almendralejo; una nueva agresión sexual en grupo en Badalona; o la sobracogedora noticia de los presuntos abusos que involucran a niños de seis años en Badajoz. 

Pero frente a los mismos datos, las interpretaciones varían: ¿vivimos en una sociedad más violenta o, en cambio, en una sociedad que está más sensibilizada con la gravedad de esta violencia? 

“A lo mejor estamos pensando que han aumentado los casos de agresiones sexuales, cuando en realidad lo que ha aumentado es la concienciación”, plantea la psicóloga educativa Belen Montesa Lou; mientras que para José Antonio Rial Boubeta, psicólogo y profesor de la USC, es probable que esten sucediendo “ambas cosas”: “Aunque afortunadamente existe una mayor sensibilización; las investigaciones señalan que el porcentaje de casos de violencia sexual entre menores que se denuncian sigue siendo mínimo, del 10%”. “Lo único que sabemos seguro es que hay más denuncias que antes, no podemos poner la misma seguridad en que exista una mayor violencia. Podría significar una mayor concienciación”, responde por su parte la psicóloga y miembro de la directiva de ASEIA Galicia Vanessa Rodríguez: “En todo caso, haya más violencia o no, los datos son lo suficientemente preocupantes como para atenderlos”. 

Ampliar el foco

El psicologo y profesor de la USC Antonio Rial Boubeta.

El psicologo y profesor de la USC Antonio Rial Boubeta. / Xoán Álvarez

“Lo primero es un modelo que forme a personas con valores desde la base”

Antonio Rial Boubeta

— Psicólogo y profesor de la USC. Expero en adolescentes, tecnología y violencia

Así las cosas y si bien las lecturas pueden diferir, lo que no parece estar en cuestión para los expertos es la gravedad del problema y la necesidad de seguir prestándole más y mejor atención tanto a nivel institucional como social, desde los centros educativos y también en casa. Un contexto en el que nos animan a ampliar el foco: ni toda la culpa es del porno, ni basta con una charla en clase, ni podemos esperar a la adolescencia para empezar a hablar con ellos (y en hablar, ya lo adelantamos, parece estar una de las claves más importantes).  

“Se menciona mucho que el primer contacto con el porno se ha adelantado, pero un niño de diez años no va buscando porno a la red, un niño de diez años se lo encuentra. Los padres debemos de estar muy pendientes y protegerlos de ese océano que es internet”, concede Belén Montesa Lou, que al tiempo quiere matizar: “Pero existen muchos otros contenidos más masivos que, como un goteo, maleducan y van calando en los niños desde pequeños aunque pasen mucho más desapercibidos, como las series, como los modelos de publicidad, como los tiktokers o como los propios deportistas, a los que también hay que prestar atención”. 

Decir que la pornografía es el único motivo de la violencia sería tanto como decir que ver películas con vínculos afectivo-sexuales saludables garantiza relaciones sanas y todos sabemos que no es tan fácil

Vanessa Rodríguez

— Psicóloga y sexóloga (ASEIA)

“Más que de una relación causal, se trata de una relación correlacional; puede influir, pero no es la causa. Decir que la pornografía es el único motivo de la violencia sería tanto como decir que ver películas con vínculos afectivo-sexuales saludables garantiza relaciones sanas y todos sabemos que no es tan fácil”, coincide Rodríguez, que añade: “Culpar a la pornografia también es una forma de desresponsabilizarnos como adultos, pero si tenemos claro que existe un consumo tan alto de este tipo de contenidos, lo primero es abordarlo, fomentar un espíritu crítico entre el alumnado. Tenemos que hablar con ellos porque ellos tienen muchas ganas de hablar. Debemos plantearles: ‘¿qué implican este tipo de relaciones?’, ‘¿qué consecuencias pueden tener?’, ‘¿cuánto hay de real?’. Yo creo que prohibirlo no serviría de nada y sería ingenuo teniendo en cuenta que estamos hablando de adolescentes”. 

Educación sexual y sexo no son lo mismo

Vanessa Rodríguez, psicóloga y miembro de la directiva de ASEIA Galicia.

Vanessa Rodríguez, psicóloga y miembro de la directiva de ASEIA Galicia. / INAKI OSORIO

“Se trata de hacerles pensar más que
de decirles lo que tienen que hacer”

Vanessa Rodríguez

— Psicóloga y sexóloga (ASEIA)

El refuerzo de las horas y los contenidos de educación afectivo sexual en las aulas es, en efecto, otro de los puntos clave a los que se mira a la hora de atajar datos como los que encabezan este artículo, pero ¿sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de educación afectivo - sexual?, ¿lo saben las familias?, ¿y los docentes?, ¿consiste en limitarse a hablar de preservativos?, ¿y si no en eso, en qué entonces?

“Poco a poco, estamos avanzando. Si antes la sexología estaba demasiado limitada a los riesgos, ahora sí se abre a otros temas tan importantes o más como la aceptación del propio cuerpo, las relaciones con los demás o la busqueda del placer”, celebra Vanessa Rodríguez, aunque sigue quedando camino por delante: “A menudo confundimos educacion sexual como sinónimo de sexo cuando este representa solo una parte. La educación sexual también se refiere a lo afectivo, también tiene que ver con aprender a conocerse, con aprender a relacionarse, con los cuidados…”, aclara la psicóloga y sexóloga, para quien esta realidad debería ser imperativa en las escuelas, siempre adaptada a cada edad, lejos de moralidades, e implicando desde el principio a las familias: “Primero, porque conocer con qué contenidos van a estar en contacto sus hijos va a suponer un factor de tranquilidad para ellas y, segundo, porque es normal que ellas también tengan dudas, nadie nace aprendido y hay que darles un espacio para que puedan expresar sus preguntas y sus miedos”. 

También es afectiva

Belén Montesa Lou, psicóloga educativa.

Belén Montesa Lou, psicóloga educativa. / Cedida

“La educación sexual empieza
en casa y desde pequeños”

Belén Montesa Lou

— Psicóloga educativa

Y es que es fundamental, le coge ahora el testigo Montesa Lou, que la educación sexual pase por la educación emocional pues, nos dice, la segunda no puede existir sin la primera, y esta empieza en casa y desde pequeños: “¿La solución es la educación afectiva sexual en las aulas? Sí, es verdad, pero el compromiso tiene que ser mucho más amplio”. El respeto, la empatía, el ponerse en el lugar del otro o los cuidados son clave en cualquier relación. 

¿Qué es lo que hace que un chaval de 15 años crea que divertirse consiste en emborracharse toda la noche y salir ‘a cazar’? Esto no es un problema (o no solo) del chaval, esto es un problema social y grave; y frente al cómodo ‘la culpa la tiene…’, lo que debemos preguntarnos todos es: ‘¿qué puedo hacer yo?’

Antonio Rial Boubeta

— Psicólogo y profesor de la USC

“Hay que apostar por políticas de prevención y necesitamos un cambio en los proyectos educativos”, esgrime por su parte Rial Boubeta. “El objetivo, en Educación Primaria sobre todo, es formar a individuos con valores y una buena salud mental, capaces de desarrollar empatía, de convivir de forma sana. Esa es la base y después podemos reforzar y consolidar esa labor en Secundaria, pero hay que iniciarla antes”, añade y reflexiona: “Es importante hacer un ejercicio de autocrítica y de responsabilidad. ¿Qué es lo que hace que un chaval de 15 años crea que divertirse consiste en emborracharse toda la noche y salir ‘a cazar’? Esto no es un problema (o no solo) del chaval, esto es un problema social y grave; y frente al cómodo ‘la culpa la tiene…’, lo que debemos preguntarnos todos es: ‘¿qué puedo hacer yo?’. Hay que establecer normas y límites y hay que predicar con el ejemplo”.  

La justicia, el último recurso

En los centros escolares, antes de actuar, hay que comprender, escuchar a todas las partes y, sobre todo, intervenir de forma proporcional y restaurativa porque el agresor o la agresora es un menor al que, como sociedad, también tenemos la responsabilidad de proteger

Belén Montesa Lou

— Psicóloga educativa

Por eso, añade, es preferible priorizar los cambios en el sistema educativo que en el sistema penal: “Al final estamos hablando de menores, donde puede haber una parte de víctima, de cómo se ha llegado a normalizar eso”. Para Montesa Lou la justicia debe ser el último recurso: “Nosotros decimos: ‘Caso a caso, cada caso con su contexto’. En los centros escolares, antes de actuar, hay que comprender, escuchar a todas las partes y, sobre todo, intervenir de forma proporcional y restaurativa porque el agresor o la agresora es un menor al que, como sociedad, también tenemos la responsabilidad de proteger”.