Los viejos oficios: Christopher Castrodá, zapatero y artesano del cuero

Pasos con huella

Su abuelo ya era zapatero y Christopher Castrodá sigue su senda. A su juventud suma apostar por el rural y por revivir el oficio dando clases de maestro. A Enxebre Taller Artesano de San Sadurniño llegan encargos de todos los rincones. El cine se ha fijado en él y hará todo el calzado y parte del vestuario de un film de época

Nadie, ni él mismo, podía predecir que se acabaría dedicando a un oficio iniciado por el abuelo José Luis, que en los años cincuenta vendía los zapatos que elaboraba recorriendo España en una furgoneta. Ahora es el nieto quien lo hace, aunque antes de volcarse en la artesanía, cuya pasión tenía latente desde siempre aún sin saberlo, Christopher Castrodá ejerció otras profesiones como la de fotoperiodista. Natural de Caldas de Reis, este joven de 32 años reside en Naraío (San Sadurniño), donde tiene local, casa y familia. Enxebre Taller Artesano es su marca.

Durante el invierno Christopher se encierra entre tiras de cuero y una amplia gama de herramientas como sacabocados, leznas, tenazas, martillo o hilo para diseñar y confeccionar sus piezas. Y aprovecha los meses de primavera y verano para acudir a los principales mercados a vender su obra y recoger encargos. Confecciona cualquier objeto de cuero, desde carteras a bolsos, cinturones, sombreros, maletines e incluso armaduras porque muchas veces le piden vestuario o complementos de indumentaria medieval. Este año va más allá, ya que se encargará de todo el calzado y parte de la vestimenta de una película, un reto al que se enfrenta “con ilusión y muchas ganas”.

Los zapatos y botas a medida son sus productos estrella. Es capaz de modificar las hormas corrientes para adaptarlas al pie de cada persona, a sus necesidades y gustos. Utiliza piel de curtido vegetal que tiñe de forma manual con predominio de tonos marrones muy parecidos al cuero natural, porque “es lo que los clientes más demandan, zapatos y botas de corte clásico”, explica.

Christopher es de los escasísimos artesanos que elaboran “todo el zapato de cuero como hace cien años, incluso la suela”. Quien prueba suele repetir por la comodidad y la flexibilidad que da al pie la piel a medida. Y con la seguridad de que el calzado va a durar años porque una de las características del cuero es su resistencia al paso del tiempo.

El joven Christopher ya sabía hacer zapatos aunque se fue a Madrid a perfeccionar la técnica con un experto artesano. Reconoce que son muchas las horas que hay que dedicar hasta llegar a tener una mínima experiencia y adquirir seguridad pero si hay pasión, como es su caso, “uno se vuelca en lo que le gusta”. Además de calzado elabora y repara sillas de montar, guarniciones para caballerías o accesorios para jinetes como zahones. Este año se ha estrenado como formador impartiendo clases de iniciación al cuero en Valdoviño y en una tienda de Ferrol. Pero quiere ir más allá y, volcado en que el oficio no se pierda, a partir de mayo trabajará en un local acondicionado con pequeños grupos interesados en aprender esta artesanía secular. Algunos de sus variados trabajos pueden verse en su perfil de Instagram: enxebre taller artesano.

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