Víctor Moscoso, el artista gallego de la psicodelia

El Instituto Cervantes de Nueva York dedica una gran exposición a este representante de la Contracultura y el Underground

Víctor Moscoso es otro hijo del exilio español provocado por la guerra civil. Después de recibir amenazas de falangistas, sus padres se marcharon en 1940 de la villa coruñesa de Oleiros a Nueva York cuando él tenía tres años (había nacido en Vilaboa, parroquia de Valdoviño) y se instalaron en el barrio de Brooklyn. La elección de Nueva York fue decisión de su padre, que había nacido en Nueva Jersey hijo de emigrantes gallegos antes de volver a España. Víctor estudió Arte en la Universidad de Yale, fue alumno de Josef Albers, de la Bauhaus, pero su espíritu bohemio, influido por la generación Beat y por obras como “On The Road” de Jack Kerouac lo llevó a la costa oeste del país en los años sesenta, un territorio donde se estaba gestando el arte y la música de la contracultura que luego se expandió al mundo.

Fueron los años más vibrantes de aquella década ya de por sí vertiginosa. Y fueron los jóvenes de la última posguerra mundial quienes tomaron la iniciativa en las modas, las costumbres, el arte y la cultura, que giraban alrededor de nuevas manifestaciones cuya principal característica era la ruptura. Una estética que adoptó el movimiento hippie. En aquel panorama apareció la Psicodelia, una nueva manifestación artística relacionada fundamentalmente con la música pero con derivaciones en las artes plásticas, el diseño y el cine. La Psicodelia relacionaba lo espiritual con una nueva forma de creación artística que supuestamente nacía en un estadio del inconsciente al que se llegaba a través de sustancias como el LSD. El término “psicodelia” había sido acuñado una década atrás por el psicólogo británico Humphry Osmond y significa, etimológicamente, “lo que manifiesta el alma”.

En esta página y la anterior, algunas de las obras, carteles de conciertos y portadas de discos realizadas por Víctor Moscoso. | // FDV

Una de las obras realizadas por Víctor Moscoso / FDV

Los grupos de rock cantaban temas sobre aquel mundo. Los más representativos tenían nombres peculiares: Jefferson Airplane, Love, Doors, Jimi Hendrix Experience, Traffic, Big Brother and the Holding Company (con Janis Joplin), Quicksilver Messenger Service o Grateful Dead. Este último estaba liderado por un guitarrista y cantante también de origen gallego llamado Jerry García, de quien uno de sus mejores amigos era Víctor Moscoso, que pintó las portadas de varios discos del grupo, además de otras para los Doors, Herbie Hancock, Talkin Heads, o The Who.

Moscoso siguió estudios de arte en la Universidad de San Francisco y se convirtió en uno de los mejores creadores de aquel movimiento, a la misma altura de Michael Ferguson (a quien se atribuye la autoría del primer poster de rock psicodélico), Wes Wilson, Anton Kelley, Stanley Mouse, Rick Griffin… que dejaron su impronta en fotografías, posters, comics, revistas, portadas de discos y anuncios de publicidad sobre todo de conciertos y de festivales como los de Monterey y Altamont y los de Woodstock y la isla de Wight. Los carteles de Moscoso, de figuras estridentes y colores intensos en tonos rosa y neón, eran los que causaban más impacto. En 1967, durante lo que se conoce como el Verano del Amor, se podían ver en todas las comunas hippies y centros contraculturales. Además, en la Galería More de San Francisco se abrió durante aquellos meses la exposición “Joint Show”, con obras de Robert Crumb, Alton Kelly, Stanley Mouse, Wes Wilson y Víctor Moscoso. “En realidad lo que yo quería –publicaba el FARO DE VIGO en 2017– era que los carteles se parecieran al tipo de música que tocaban los grupos, y si los grupos recurrían a los amplificadores hasta el punto de que estallasen los tímpanos, yo quería hacer lo mismo con los globos oculares de quienes viesen los carteles”. Durante ocho meses de 1966 creó tres carteles cada semana para salas como The Matrix y Avalon Ballroom. Estos carteles se han convertido con el tiempo en valiosas piezas perseguidas por coleccionistas y museos de todo el mundo.

Victor Moscoso, en su estudio de San Francisco.

Victor Moscoso, en su estudio de San Francisco. / FDV

Otros géneros en los que Moscoso brilló a gran altura fueron el fotomontaje y el diseño gráfico para camisetas, vallas y anuncios de publicidad. También el comic underground (con Robert Crumb fundó en 1968 la revista “Zap Comix”, que duró hasta 2014). Publicó en revistas como “Rolling Stone” y “Play Boy” y recibió premios de prestigio. En el comic sobresalieron sus dibujos paródicos e irreverentes de los personajes de Walt Disney. Creó su propia empresa, Neon Rose, para editar sus carteles y ejercer un control efectivo sobre los derechos de autor de sus producciones. Actualmente se pueden ver obras de Moscoso en las colecciones permanentes de museos como el MoMA de Nueva York, el Louvre de París o el Victoria & Albert de Londres.

VÍCTOR MOSCOSO EL ARTISTA GALLEGO DE LA PSICODELIA

Una de las obras realizadas por Víctor Moscoso / FDV

La primera visita de Moscoso a Galicia fue en 1965 para conocer a sus abuelos. Después volvería varias veces pero nunca con proyectos artísticos. La Fundación Luis Seoane de A Coruña dedicó en 2021 una gran exposición retrospectiva a esta figura del arte americano de vanguardia titulada “Moscoso Cosmos. El universo visual de Víctor Moscoso”, el mismo título de la muestra que acaba de inaugurar el Instituto Cervantes de Nueva York, para la que el artista realizó un cartel especial. A sus 88 años Víctor Moscoso sigue viviendo en Valle San Jerónimo, cerca de San Francisco, sin atender llamadas de periodistas ni conceder entrevistas. Sin embargo accedió a participar en la inauguración de la exposición del Cervantes de Nueva York el pasado 7 de diciembre con el crítico de arte y escritor Steven Heller, autor de la introducción del último libro de Moscoso. La exposición está comisariada por el diseñador y dibujante gallego David Carballal.

Suscríbete para seguir leyendo