Entrevista | Antoine Chao Productor radiofónico y músico, fundador de “Mano Negra“

“Mi padre nos inculcó el amor por la música, por Galicia y por la revolución”

“Decidí dejar la música cuando Mano Negra, que era un colectivo musical que funcionaba de manera asamblearia, se convirtió, liderado por Manu, en un grupo profesional al uso”

Antoine Chao

Antoine Chao / Zoé Perrin

Salvador Rodríguez

Salvador Rodríguez

Iba para físico, y para ello estudió la carrera en la Universidad París, pero le pudo más la música primero, la radio después, y la rebeldía siempre. Antoine Chao (París, 1963, el hermano de Manu, sí; el hijo del periodista Ramón, también; el sobrino del teólogo Xosé Chao Rego, igualmente), participó en las fundaciones de Los Carayos y Mano Negra, grupo musical este último que decidió abandonar en 1995. Ese mismo año creaba Frequences Ephemeres, una fábrica de producción de radio que organiza estaciones nómadas y temporales en las que presenta temas sociales y de denuncia.Y en ello continúa. El próximo 5 de agosto vuelve a visitar Galicia para recoger, en Entrimo (Ourense), el premio Arraiano Mayor, otorgado por el Colectivo Arraianos, con el que su padre estuvo muy conectado.

–Su padre, ya fallecido, y su hermano siempre confesaron sentir una gran emoción por Galicia. ¿Le ocurre a usted lo mismo?

–Sí, claro. Galicia era nuestro vínculo con España, aunque mi madre era vasca y llegó también a Francia como exiliada tras la Guerra Civil. Cuando pudimos, aún de niños, empezamos a volver cada verano para pasar unos días, o una temporada, en Vilalba, en casa de la abuela o de las tías. Después, claro, tanto Manu como yo, solos, hemos viajado mucho por España. Ramón nos hablaba mucho de esta tierra cuando éramos pequeños, aunque la pena, eso lo supimos después, fue que no nos enseñase a hablar en gallego, porque en casa él hablaba con nosotros en castellano, aunque solía insistirnos mucho en la cultura gallega y en esa especie de realismo mágico que la caracteriza: le encantaba contarnos historias de meigas.

–¿Qué visión de Galicia tenían de pequeños cuando su padre (exiliado) les hablaba de ella?

–La Galicia que nosotros conocimos de niño era una Galicia todavía muy rural. En el pueblo (Vilalba) la gente aún tenía en sus casas a sus animales, a las vacas, las ovejas, los cerdos…Pero desde aquel entonces (hace ya más de 50 años) a hoy, bien se ve que ha cambiado bastante. Pero esa era la Galicia de la que nos hablaba Ramón, la Galicia de vacas y labranza, y esa visión fue la que nos transmitió.

–La familia Chao está muy vinculada a la música. ¿Qué representa la música en la vida de los Chao?

–Mi padre tocaba el piano muy bien, hasta recibió premios por ello. En casa lo tocaba mucho y aunque no fue su profesión, porque prefirió volcarse en el periodismo y la cultura, siempre le dedicó mucho tiempo. Él fue obviamente quien nos inculcó el amor por la música, y lo logró; lo que no consiguió fue que aprendiésemos a tocar el piano (risas)…Lo nuestro fue desde el principio el rock y el punk, pero siempre muy cerca de la música popular, porque eso sí que nos quedó, y de hecho ya lo plasmamos desde el principio cuando fundamos Los Carayos, en cuya música incluíamos un folklore hispanoamericano aunque con letras rebeldes, que para eso éramos punkies.

–Usted y Manu siempre optaron por la música comprometida, rebelde, reivindicativa…¿Eso fue por influencia de su padre o por propia convicción ante la realidad social que estában viviendo?

–Ramón tuvo mucho que ver, evidentemente, porque en casa siempre se vivió un ambiente digamos que revolucionario. Él solía viajar a Cuba y nos contaba lo que estaba pasando en América Latina, donde conocía a muchos de sus principales intelectuales, y era muy amigo de escritores como García Márquez y Eduardo Galeano. Y esas ideas también las conocimos por parte de nuestra madre: su padre fue republicano y luchó hasta el último día por la Segunda República y contra el franquismo y el fascismo. Todo eso influyó lógicamente en nosotros, en que nos metiésemos en el mundillo de la música alternativa en París y, también, a participar mucho del movimiento Okupa, a hacer trabajo social en los barrios más desfavorecidos….Eso fue sin duda un legado de Ramón, y de Felisa.

–Cuando Mano Negra estaba en la cumbre, usted abandonó el grupo y, profesionalmente, también la música. ¿Por qué?

–Verás. Al principio, Mano Negra, más que un grupo era un colectivo de músicos que funcionaba de modo asambleario pero, poco a poco, Manu acabó liderando la banda, con lo cual la idea ya no era la misma, ya no estábamos en un colectivo de músicos alternativos, sino prácticamente en un grupo profesional. A algunos de nosotros ese cambio no nos molaba y optamos abandonar Mano Negra y dejar vía libre a Manu que, por otra parte, hizo muy bien, porque él sí tenía vocación de musico profesional y, por supuesto, madera de líder. Yo dejé la música en parte por eso y en parte también porque nunca me consideré un músico profesional. Aprendí a tocar la trompeta de manera autodidacta y siempre me lo tomé como un hobby; el tiempo había pasado y yo tampoco tenía ya ganas de montar otra banda como Los Carayos o Mano Negra, así que me fui por otros caminos: trabajé en teatro callejero, hasta que conocí la radio y aquí estoy, conservando, eso sí, mi vocación de contar historias diferentes. Y he descubierto que me gusta más contar esas historias que tocar toda mi vida en Mano Negra.

–O sea, que descubrió una vocación de escritor.

–Yo escribo, pero con micrófonos (risas). Cada semana cuento historias diferentes.

–¿Qué tiene la radio que a pesar de Internet o la televisión todavía conserva su fuerza?

–Es la fuerza del audio, proviene del vínculo que tenemos con el mundo. Todos los seres humanos escuchamos ruidos desde que estamos en el vientre de nuestras madres y esas son nuestras primeras emociones. La radio tiene una fuerza que a mí me parece más rotunda que la de televisión e incluso, por extensión, del audiovisual, y del propio Internet.

–Concretamente ¿qué hace usted en sus programas?

–Puede decirse que hago reportajes con escritura radiofónica. En ese sentido, en estos últimos años, con el podcast, se abrieron nuevos caminos y en ellos las nuevas generaciones aprenden de todo lo que se hizo antes. Son cien años de radio y en Francia rse ealizó un trabajo bastante fuerte, al punto de haber inventado algo así como el arte radiofónico. Yo doy clases de escritura de guion radiófonico y tengo alumnos que se apasionan por la radio. A mí me parece muy bonito que siga existiendo la radio, y no solo eso, que siga estando muy viva.

–¿Qué características debe tener un buen texto radiófonico para ser “bien escuchado”?

–No hay que confundir la escritura con la dramaturgia radiofónica. Lo que yo hago es documentar la realidad de la vida pero en audio. Son textos, historias, que puedo contar yo o ser contadas por la gente. Yo estoy muy comprometido con las luchas sociales y procuro hacerme eco de las “tormentas” del mundo, esa es mi materia principal.

–Una especie de periodismo, vaya.

–No soy estrictamente lo que se llama un periodista. Yo hago documentales en los que cuento lo que veo de lo que está pasando. Bueno, si eso es ser periodista, entonces sí que lo soy.

"Los franceses están hartos de lo que se les impone desde un Gobierno, el de Macron, que recurre a la mano dura contra los movimientos sociales”

Antoine Chao

— Productor y músico

Antoine Chao, con una grabadora Nagra IV. //zoé perrin

Antoine Chao, con una grabadora Nagra IV / Zoé Perrin

–A ver si puede ejercernos de “corresponsal”: Chalecos amarillos, movilizaciones de los pensionistas, movilizaciones contra el asesinado de un joven por un policía... movilizaciones muy violentas además ¿Qué ocurre en Francia que está tan convulsa?

–La violencia está en los dos bandos y, sí, la sociedad francesa está muy convulsa pero, sobre todo, está harta de lo que se le impone desde un Gobierno que ha optado por recurrir a la mano dura contra los movimientos sociales, por eso hay mucha represión y mucha violencia de Estado. He estado en manifestaciones, incluso ecologistas, en las que la policía nos acribilla con material militar. Es una locura. El de Macron es un Gobierno que está manteniendo su poder con la fuerza.

"Se ha alimentado a la extrema derecha para que no pueda ganar la izquierda. Y ahora, claro, sabemos que en cualquier momento puede ganar el frente nacional”

Antoine Chao

— Productor y músico

–Todo parece indicar que en cualquier momento la ultraderecha puede ganar las elecciones en Francia. ¿Qué ha pasado para que en un país históricamente tan progresista se corra ese riesgo?

–En estos últimos veinte años ha surgido un juego político bastante jodido en el sentido de que se ha utilizado a la extrema derecha para que no pueda ganar la izquierda. Y, por si fuera poco, la extrema derecha también ha sido utilizada por los socialistas para que la izquierda alternativa no pueda acudir a las segundas vueltas de las elecciones. En mi opinión Francia tiene un régimen electoral, sí, pero antidemocrático. Macron no es presidente porque lo hayamos elegido, sino porque se votó contra el Frente Nacional, no a favor de Macron.

Sexta noche consecutiva de disturbios en Francia

Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EFE

–Al punto de que el Frente Nacional puede ganar unas elecciones.

–Estamos en una situación ambigua en la que se acepta a una extrema derecha que es apoyada por ciertos sectores mediáticos y económicos. Hay gente interesada en que exista la ultraderecha, y ¡claro que puede ganar! Y si así sucediera veríamos qué pasaba con estos sectores. Lo lamentable es que este peligro se ha expandido en toda Europa.

– Tanto usted como Manu mostraron simpatías con movimientos como el 15M. En España, con la caída de Podemos, la gente se ha frustrado. ¿En Francia Mélenchon (líder de Francia Insumisa)_mantiene la esperanza? ¿Representan él y su movimiento las expectivas del 15-M?

–Lo representa, sí, pero lo que ocurre es que Mélenchon no es precisamente un jovencito del 15M (risas). Hay gente joven que trabaja en ese movimiento que es muy interesante, y que tiene mucho que ver con las ideas del 15M en España, pero ahora lo difícil es que los líderes como Mélenchon dejen paso a la nueva generación. Aquí lo que esperamos es que en las próximas elecciones el movimiento sea encabezado por alguno de los nuevos líderes del movimiento. Pero va a ser difícil. Hay muchas luchas internas.

–Me decía en una entrevista Ignacio Ramonet, gran amigo de Ramón, que la izquierda europea debería fijarse mucho en la izquierda latinoamericana. Usted conoce muy bien Latinoamérica. ¿Estás de acuerdo con Ramonet?

–Hace veinte años que, por lo visto, queremos aprender de ese socialismo del siglo XXI pero, bueno, cada país y cada continente tienen sus propias realidades. A mí me gusta más la palabra inventar que copiar o imitar. No, no necesariamente hay que copiar, hay que inventar.

–En general ¿la sociedad francesa se interesa por lo que pasa en España?

–Si uno quiere, puede saber más o menos lo que ocurre en España porque grandes medios de comunicación franceses, como Le Monde y otros, lo reflejan. Pero, si la pregunta va por la sociedad francesa pues, lo siento mucho, me parece que no está muy al tanto ni le preocupa lo que pasa en España, ni siquiera en el resto de Europa: aquí solo hablan de España cuando se van de vacaciones.

Suscríbete para seguir leyendo