El proveedor SMRC se queda solo con las K9 al perder el pedido para el nuevo 2008

Informa a la plantilla de la decisión de Stellantis

Aspiraba a piezas del portón trasero y paneles de puertas

La antigua Reydel fabrica los salpicaderos de las furgonetas

La factoría de SMRC, antes Reydel, en Salceda de Caselas.

La factoría de SMRC, antes Reydel, en Salceda de Caselas. / FDV

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El proveedor SMRC Automotive Interiors Spain se une a Denso y al resto de proveedores que se quedan fuera de la nueva plataforma industrial de Stellantis Vigo, la STLA Small, y del futuro modelo asociado, el próximo Peugeot 2008. La dirección de la antigua Reydel ha comunicado ya a los trabajadores que no lograron el pedido para las piezas que aspiraban a facturar del SUV, por lo que únicamente trabajarán para las furgonetas K9. La factoría de Salceda de Caselas, en la que trabajan 250 personas, aspiraba a producir los paneles de puertas y componentes del portón trasero del vehículo.

La empresa, que pertenece a la firma india Motherson Sumi Systems desde 2018, tenía un hueco en su producción tras la salida del monovolumen Citroën Grand C4 Spacetourer de la factoría de Balaídos en el verano de 2022. Para este vehículo, la planta de Salceda se encargaba de producir paneles de la puerta, por lo que la dirección tenía la intención de incluir en su lugar las piezas para el proyecto SP1, nombre interno del nuevo vehículo de Stellantis Vigo.

Fuentes conocedoras de la situación explican que la factoría, que cuenta con más de medio siglo de presencia en el área como proveedor de Balaídos, se quedar ahora exclusivamente con la producción de las furgonetas K9 (Citroën Berlingo, Peugeot Partner, Opel Combo, Fiat Doblò y Toyota Proace City), correspondiente a las planchas de a bordo de las furgonetas, es decir, el módulo base sobre el que se integran elementos como el volante o el salpicadero.

Con la ampliación de la vida de fábrica de los vehículos comerciales ligeros, de 2028 hasta por lo menos 2030 (si es que no se amplía todavía más), la planta tiene viabilidad para seguir en activo hasta el reemplazo de la generación. Lo que temen en la plantilla es que la dirección opte por “ajustar el cinturón” para no volver a perder un pedido en el futuro. De igual forma, hay malestar, como sucede en otros proveedores, por la forma en la que Stellantis aprieta a las empresas, “algo que no sucede con ningún otro fabricante”.

Los orígenes de SMRC se remontan a 1971, cuando la planta se fundó bajo el nombre de Fundiyacto. En 1999, la factoría fue adquirida por la compañía norteamericana Visteon, que más tarde la vendió a un fondo de inversión, adoptando el nombre de Reydel Automotive hasta 2018. En aquel año, Motherson se hizo con la empresa y la rebautizó como SMRC Automotive Interiors Spain.

Además de en Salceda, el proveedor cuenta con otras 16 plantas en el mundo, incluyendo en Igualada (Barcelona) y Medina de Rioseco (Valladolid), además de en Tánger (Marruecos), país low-clost que representa toda una amenaza para la automoción.

Dos empresas confirmadas y muchas a la espera

La no adjudicación a SMRC del pedido para componentes de la plataforma STLA Small y del próximo Peugeot 2008 eléctrico que fabricará Stellantis Vigo se une a los reveses ya publicados por este medio de Denso Sistemas Térmicos o ZF Vigo. La planta del grupo japonés perdió el contrato para facturar los climatizadores del todocamino, mientras que la de ZF perdió un primer lote de piezas.

Por contra, hay dos factorías que han despejado ya su futuro con la planta de Balaídos. Una fue Benteler Mos, que se adjudicó el año pasado la fabricación de los ejes traseros de la plataforma; otra es la de Componentes de Vehículos de Galicia, de Grupo Copo, que hará las alfombras (moqueta) del coche y los paneles de aislamiento acústicos.

Sin embargo, ahora son muchas las empresas que se mantienen en tensión por lo que pueda pasar, ya que muchas optan tanto a la STLA Small, clave para asegurar su futuro, como a la Smart Car, la plataforma low-cost<em> </em>asignada, por ejemplo, a la planta de Kénitra, en Marruecos, donde los proveedores tienen prácticamente imposible poder participar por la política de compras del grupo.

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