El crac en ventas del 70% agudiza la “crítica” posición de Atunlo a 20 días de votar su plan

La dirección constata la “pérdida de confianza” de clientes y proveedores: ingresos de 12 millones y compras por 27,5

Pedirá a Inpesca otro ajuste en su deuda para el año 2034

Empleadas de Atunlo en la planta de Cambados, con porciones de atún para envasar.

Empleadas de Atunlo en la planta de Cambados, con porciones de atún para envasar. / FDV

Lara Graña

Lara Graña

En el ejercicio fiscal de 2021 el grupo Atunes y Lomos (Atunlo) comercializó cerca de 78.000 toneladas de mercancía. Al ejercicio siguiente redujo sus volúmenes en un 17%, pero incrementó su facturación. El motivo fue doble: el adelgazamiento del negocio de los lomos de atún precocidos, destinados al mercado de la conserva, por su nula rentabilidad, y una estrategia más centrada en productos de mayor valor añadido. Aquello funcionó, pero solo en parte. Porque las ventas han continuado menguando por razones bien distintas: Atunlo incurrió en octubre en un escenario de insolvencia (incapacidad de hacer frente a pagos corrientes), perdió suministro de materia prima y la “confianza de clientes y proveedores”. La situación ahora es “muy crítica”. La facturación del ejercicio 2023 ya anotó un descenso próximo al 30% (160 millones de euros), pero en el primer trimestre del año en curso el desplome se aproxima al 70%, según se desprende del plan de viabilidad remitido a los acreedores y al que ha tenido acceso este periódico. Los números rojos, solo para el periodo comprendido entre enero y marzo, rebasan los 32 millones de euros.

Hay un factor clave a tener en cuenta y que también aflora en las cuentas del primer trimestre: las ventas no llegaron a los 12 millones pero el coste en aprovisionamientos sumó 27,5 millones de euros. Atunlo tiene tres accionistas, y la vasca Compañía Internacional de Pesca y Derivados (Inpesca), con cinco buques operativos, tiene la obligación de suministrar 20.000 toneladas anuales de túnidos a la compañía. No lo está cumpliendo. Dejó de enviar pescado a Vigo a comienzos de febrero por la guerra total abierta con los otros dos socios, Comercial Pernas (Coper) y Marpesca, y porque acumula ya facturas sin cobrar de Atunlo por más de 40 millones de euros, como asegura la propia armadora con base en Mundaka. En ningún punto del plan de reestructuración, de más de 180 páginas, se atisba señal alguna que haga pensar que Inpesca lo vaya a apoyar. Es más, hay sonoras críticas a su proceder durante esta crisis. “En el momento de confeccionar este PR –reza el documento– se ha requerido fehacientemente al socio [Inpesca] el cumplimiento de su obligación de aportación de 20.000 toneladas [...] advirtiéndole de las consecuencias de su incumplimiento”.

El factor Inpesca

Como ya desveló FARO, este plan –se votará el 20 de mayo– es el segundo, porque la primera versión fue rechazada por Inpesca y la banca acreedora. “La falta de consenso entre los socios de la compañía ha situado a ésta en una situación más crítica”, dice. “Si los socios no unen sus esfuerzos, será imposible plantear la viabilidad de la sociedad”. Y la atunera vasca no está en esta ecuación, porque el informe determina que sí hay un acuerdo del 60% del capital social por llevar a cabo todas las medidas necesarias para rescatar Atunlo. Se refiere a la viguesa Coper (40% del capital) y a la panameña Marpesca (20% restante). Pero Inpesca es determinante por cuanto capitaliza el listado de acreedores comerciales subordinados, que representan el 44% de la deuda sujeta a reestructuración (120 millones). Se han dado pasos para reducir los elementos de fricción entre los accionistas, pero el propio escrito alude a una presión ejercida sobre el consejo de administración “para adoptar decisiones de riesgo en perjuicio de los acreedores”.

Del consejo de administración han salido dos personas capitales dentro del organigrama de Atunlo. En primer lugar, de Guillermo Arrién, que fue presidente de Inpesca y uno de los actores más beligerantes contra la dirección de la compañía, que se ejercía desde Vigo, y en favor del cierre de las fábricas de O Grove y Santoña. En segundo lugar, del propio José Pernas, vicepresidente y consejero delegado. Han sido reemplazados por Igor Muniategui y Laura Pernas, respectivamente.El accionariado de la armadora vasca está compuesto por más de 30 socios, entre los que sobresalen Albacora y Echebastar. A ellos se le pide lo siguiente: una quita del 50% en la deuda y cobrar a finales del año 2034. Con una salvedad relevante que consta en el plan de viabilidad: “la parte correspondiente a los créditos subordinados podrán ser objeto de renegociación mediante una novación o capitalización”, esto es, reajustando de nuevo el importe a pagar o convirtiendo la deuda en capital. “En su caso –prosigue– podrá plantearse la constitución de un préstamo participativo por la parte de la deuda que se mantiene con los acreedores subordinados”, entre los que, además de Inpesca, de forma más residual figuran también Marpesca o la filial Central Lomera Portuguesa (3 millones de euros), participada junto a Marfrío.

El reparto entre tipos de acreedores obliga a un entendimiento conjunto para ejecutar este plan de reestructuración 2024-2031, concebido como un “último intento” para eludir la quiebra. “Si no se dispone de su unanimidad [por los socios] en la adopción de decisiones y medidas empresariales, será muy complicado poder continuar el negocio y generar confianza en las entidades financieras, y mucho menos el apoyo de nuestros proveedores y acreedores [...] su esfuerzo financiero y su capacidad de comprensión se espera que sea el sendero necesario para revertir esta situación [...] Un proceso concursal –zanja el informe, firmado ante notario por José Pernas– situaría a la sociedad en un escenario irreversible y un estado de liquidación”.

BBVA y Sabadell concentran el 30% de la deuda financiera con casi 13 millones

Una fusión entre entidades financieras implica –casi siempre– la generación de sinergias y una concentración de riesgos. En este sentido, el avance en las negociaciones entre BBVA y Banco Sabadell para su integración no es la mejor noticia para Atunlo. La deuda financiera que contempla el plan de reestructuración, y que será sometida a una quita del 50%, asciende a algo más de 47 millones de euros. Equivale al 35% de todo el pasivo. De este importe, cerca de 13 millones de euros son con BBVA o Sabadell, con cuentas corrientes (una de ellas, con descubierto), líneas de descuento o confirming.

Esto sitúa el banco resultante de una eventual fusión como el líder absoluto del pool de entidades acreedoras de la pesquera viguesa: concentraría en torno a un 30% de todo el pasivo financiero. Una de las líneas, por importe de 2,98 millones, está mancomunada a partes iguales entre los tres socios primigenios de Atunlo (Coper, Inpesca y la también armadora vasca Pevasa). Banco Santander, CaixaBank, Caja Rural de Navarra, Abanca o Cajamar también son acreedores.

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