El Concello de Vigo autoriza a BorgWarner una ampliación de casi 6.000 metros en Zamáns

La multinacional vuelve a crecer en la zona para aunar pedidos del coche eléctrico y a combustión con una inversión de 1,5 millones

Instalaciones de BorgWarner en Zamáns.

Instalaciones de BorgWarner en Zamáns. / Ricardo Grobas

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

BorgWarner sigue dando pasos para atar su futuro a largo plazo a Vigo. En los últimos meses, la multinacional estadounidense pudo confirmar el primer pedido para realizar componentes del vehículo eléctrico en su planta de Zamáns, anunció una inversión que ascenderá a 20 millones de euros para un nuevo centro de investigación en Porto do Molle (Nigrán) y abrió una nueva factoría con el alquiler de una nave en Porriño. Y, ahora, aumentará su huella en la comarca olívica. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció ayer la autorización para que la empresa pueda ampliar sus principales instalaciones para ganar casi 6.000 metros cuadrados. Según pudo saber FARO, la firma invertirá algo más de 1,5 millones de euros en la obra, que como adelantó el regidor servirá para aunar la producción de piezas para los vehículos a combustión y para los cero emisiones.

Hace casi un año, el proveedor había comunicado al Concello sus intenciones de aumentar la instalación de Zamáns. La idea era la de empezar a construir ya el año pasado, con una ampliación de entre 3.000 y 4.000 metros cuadrados en una parte del aparcamiento que tienen en la parcela.

En aquel momento, la planta de BorgWarner en Vigo, especializada en fabricar módulos EGR (que reducen las emisiones contaminantes, los NOx, de los motores a combustión), se había adjudicado un megapedido para realizar piezas recall para BMW, lo que aseguraba carga de trabajo hasta 2025 y récord de ventas (200 millones de euros). Sin embargo, su salto al eléctrico era inminente gracias a los desarrollos pilotados precisamente desde Vigo, con lo que la necesidad de espacio era importante.

La propuesta final ante Urbanismo se presentó en abril del pasado año. La idea de BorgWarner es la de demoler una nave de menos de 500 metros cuadrados para levantar una que sea contigua a la actual. Esta nueva dispondrá de una superficie total de 5.800 m2, que se repartirá entre un sótano con plazas de aparcamiento y un bajo que se utilizará como almacén.

La solución que utilizó BorgWarner hasta la fecha fue dar uso a parte del parking con una instalación provisional, principalmente destinada a logística. Junto a ello, se había alquilado una finca próxima para que los trabajadores y subcontratas la puedan emplear como aparcamiento (adecuándola y dotándola de seguridad), con un espacio para unos 70 vehículos.

El nuevo edificio contará con un total de 210 plazas para vehículos y el espacio de almacén dejará hueco en la planta para la nueva maquinaria. Otra forma de ganar espacio después de haber externalizado a Porriño parte de la producción. En este caso, fue posible tras el alquiler de la antigua nave de exposición de la granitera Grupimar.

“Otorgamos la licencia de ampliación a la empresa BorgWarner”, trasladó Caballero a los medios. Durante su mensaje, explicó que la empresa “necesita ampliar la capacidad porque durante un tiempo van a coexistir la producción para motores de combustión y motores eléctricos”. “Dado que era posible dar esa licencia nos aplicamos para dársela, porque significa el mantenimiento e incluso el incremento del empleo”, añadió.

Además de esas piezas recall para BMW o los pedidos de los módulos EGR para Stellantis, Ford o Renault, BorgWarner comenzará la producción en serie en 2025 de dos nuevos productos para coches eléctricos: las placas de refrigeración de la batería (battery cool plates) y los refrigeradores para electrónica de potencia (power electronics coolers).

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