Stellantis invierte 650 millones en un año en África con Vigo en fase de “stand by”

A la ampliación en Marruecos se suma la planta de Argelia y una última en Sudáfrica, en la que el grupo invertirá 150 millones para ensamblar hasta 90.000 unidades al año

La factoría de Stellantis en Argelia, en construcción.

La factoría de Stellantis en Argelia, en construcción. / Stellantis

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Stellantis tiene claro que la competencia es hoy mayor que nunca. La revolución del vehículo eléctrico y la imposición del fin de los motores a combustión está haciendo que los fabricantes chinos vayan ganando partes del pastel que supone el mercado europeo. Sea justa o no está “invasión” asiática –la UE investiga si lo hacen con subvenciones ilegales de su gobierno–, la situación está poniendo en alerta los fabricantes, que ocupan posiciones para protegerse y buscan abaratar el coste de sus vehículos. El grupo que pilota Carlos Tavares, por ejemplo, anunció que desde países como la India o Eslovaquia fabricarán los modelos cero emisiones “a precio asequible” para intentar no quedarse atrás, lo que hace que las inversiones para estas plantas de tipo low-cost se disparen. La última en sumarse a esta lista es Sudáfrica, donde la compañía planea invertir un total de 3.000 millones de rands sudafricanos (150 millones de euros al cambio actual) para levantar una nueva planta. De hecho, África es clave para el desarrollo de Stellantis: en un año anunció inversiones por valor de más de 650 millones en el continente. Todo ello, mientras la factoría de Balaídos espera por una buena resolución del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado) para que el grupo adjudique definitivamente la nueva plataforma industrial, la STLA Small.

Tavares clavó su primera pica en África cuando dirigía PSA, antes de la fusión con FCA. Aprovechando las ganas del gobierno marroquí por amarrar un segundo fabricante (junto a Renault) y sus facilidades en forma de terreno y mano de obra baratas, el grupo anunció en 2015 la construcción de una factoría en Kénitra, al norte de Rabat. Allí concretó una inversión de más de 550 millones de euros para una planta cuya producción arrancó justo antes de la pandemia de COVID, en 2019.

Ya como Stellantis, y tras el veto europeo a la venta de coches con motores de combustión a partir de 2035, la apuesta por el continente africano se redobló en pleno proceso de electrificación de la automoción. En especial, en el último año.

El Fiat Topolino, el último modelo asignado a Stellantis Kénitra

El Fiat Topolino, el último modelo asignado a Stellantis Kénitra / Stellantis

La primera en recibir más fondos fue la propia planta de Kénitra. Allí se anunció en noviembre de 2022 una inversión de en torno a 300 millones de euros para duplicar la capacidad de producción, llegando a los 400.000 coches y 50.000 microcoches eléctricos. A ello se le sumó la implantación de la plataforma Smart car, pensada para países emergentes, cuyo estreno oficial fue de la mano del nuevo Citroën C3 asignado a las fábricas del grupo en India y que se acompañó en octubre con el ëC3 en Trnava, Eslovaquia.

Solo unos días más tarde, Stellantis retomó el viejo anhelo de PSA de asaltar Argelia y avanzó la construcción de una fábrica de Fiat. Tomando como referencia el frustrado plan de 2017 con una joint venture con socios locales, el grupo anunció una inversión de 200 millones de euros para la producción de hasta 90.000 coches de la marca Fiat, incluida la Doblò, la furgoneta K9 que se ensambla en Vigo y que se enviará al país del norte africano por piezas (los CKD).

A la espera de que cristalicen otras iniciativas como la sondeada en Egipto (se llegó a firmar un memorando de entendimiento con el Gobierno), la próxima planta en sumarse al ecosistema Stellantis en el continente estará en el otro extremo, en Sudáfrica. Allí el director de operaciones para Oriente Medio y África de la compañía, Samir Cherfan, anunció la inversión de 150 millones para levantar una planta muy cerca de la ciudad costera de Puerto Elizabeth.

Similar a la de Argelia, la instalación dará trabajo a un millar de personas y estará operativa en 2025. La idea es que el primer modelo desarrollado sea una camioneta tipo pick-up. Se ensamblarán hasta 50.000 unidades a través de CKD, aunque se podrá llegar a los 90.000 vehículos.

El auge y rapidez para confirmar inversiones en los países low-cost choca con la dilación en el anuncio de los planes de la península ibérica, todavía a la espera de la confirmación de la gigafactoría de Zaragoza y las nuevas plataformas industriales para Vigo y Figueruelas. En las próximas semanas, las resoluciones de la segunda convocatoria del Perte VEC serán claves. Y definitivas.

Uno de los manifestantes de Unifor frente a una planta de Stellantis en Ontario

Uno de los manifestantes de Unifor frente a una planta de Stellantis en Ontario / Unifor

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El sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW) logró alzas en el salario que superan el 30% tras paralizar durante 44 días a los tres principales fabricantes del país, General Motors, Ford y Stellantis. Con la compañía que dirige Carlos Tavares, la central consiguió, además de un alza mínimo del 25%, que el grupo comprometiese inversiones por valor de 18,9 millones de dólares (unos 17.600 millones de euros al cambio actual) en los próximos cuatro años, lo que incluiría una tercera gigafactoría de baterías en el país y la reapertura del a planta de Belvidere, cerca de Chicago. Ahora, sus homólogos en Canadá, el sindicato Unifor, lograron también que Stellantis comprometa inversiones por valor de 3.000 millones de dólares (unos 2.800 millones de euros) en dos plantas, además de la asignación de modelos.

Así, las plantas de ensamblaje situadas en Ontario asegurarían su futuro. La de Windsor seguirá fabricando el Chrysler Pacifica y sumará la próxima generación de muscle cars de la marca Dodge, mientras que la de Brampton empezará a fabricar el Jeep Compass una vez finalizada la remodelación, según publica la CBC tras acceder a los documentos del acuerdo.

Unifor distribuyó los detalles a sus miembros. “Nuestro objetivo era conseguir inversiones y seguridad laboral para los próximos años y décadas”, avanzaron. De esta forma, en Windsor volverán a trabajar a tres turnos con 4.700 puestos de trabajo en 2025, según el sindicato, mientras que en Brampton la idea de Stellantis es que fabriquen la próxima generación del Jeep Compass con la nueva plataforma STLA Medium. Allí estarán con tres turnos en el tercer trimestre de 2026, con 2.730 empleados.

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