Antes de presentar el pasado marzo su plan estratégico Dare Forward 2030, el gigante de la automoción Stellantis había anunciado una fuerte inversión de 30.000 millones de euros hasta 2026 para adaptar sus fábricas de cara a la revolución eléctrica y construir gigafactorías de baterías. El director general de la compañía, Carlos Tavares, anunció también la creación de nuevas plataformas industriales, denominadas STLA , sobre las que se montarán los futuros modelos. Aunque el portugués aseguró que todas las plantas darían el paso, la factoría de Vigo se mantiene en stand by, a la espera de una solución en forma de ayudas del Gobierno a través de la segunda convocatoria anunciada para el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Los meses pasan, y pese a que existen promesas desde la Administración española, la realidad es que Stellantis se está centrando en repartir estas inversiones clave en las plantas de otros países.
Y de las más altas hasta la fecha se acaba de adjudicar a un competidor directo como es Marruecos. La compañía anunció que duplicará la producción en la factoría low-cost de Kénitra tras una inversión de más de 300 millones de euros, que además supondrá la instalación de una de las nuevas plataformas que aún espera Balaídos.
Marruecos es desde hace unos años la referencia en automoción de todo el continente africano PSA (actual Stellantis tras la fusión con FCA) anunciada en 2015. La factoría de Kénitra (a 35 kilómetros al norte de Rabat), inició su producción tres años más tarde con una capacidad para 200.000 vehículos para 2025, además de la intención de concretar este mismo año una millonaria inversión para una gigafactoría de baterías.
La inyección de 300 millones de euros comunicada por el propio Tavares al jefe de Gobierno del país, Aziz Ajanuch , supondrá que la factoría pasará a tener una capacidad de 400.000 vehículos, a los que se suman las 50.000 unidades de los microcoches eléctricos Citroën Ami y Opel Rocks-e, al que también se podría sumar una versión de Fiat, el Topolino. De igual forma, la plantilla pasará de los cerca de 3.000 trabajadores que hay en la actualidad a rozar los 5.000, ya que la inversión pretende la creación de 2.000 nuevos puestos de trabajo.
La plantilla de la factoría de Kénitra pasará de los cerca de 3.000 trabajadores que hay en la actualidad a rozar los 5.000, ya que la inversión pretende la creación de 2.000 nuevos puestos de trabajo.
Más allá de estas grandes cifras, el anuncio por parte de Stellantis escondía otra pata clave para el futuro de Balaídos. Si en 2019 Kénitra pasó a compartir la plataforma industrial que ya venía usando Vigo, en esta ocasión es la de Marruecos la que se adelanta. El grupo comunicó que implantará en la factoría africana una de las plataformas presentadas en su día. En concreto, será la Smart car, pensada para países emergentes, cuyo estreno oficial fue de la mano del nuevo Citroën C3 asignado el año pasado a las fábricas que el grupo tiene en India, aunque también se producirán en las de Sudamérica (Brasil, en concreto).
Además de modelos como el C3, este tipo de vehículos comparten muchos componentes con aquellos que se fabrican sobre la plataforma CMP, incluido el Peugeot 208 que en la actualidad se produce en Kénitra. África y Oriente Medio.
De esta forma, Tavares activa una nueva batalla en materia de competitividad entre sus plantas, con Stellantis Vigo en la terna al ser de las que todavía resulta sin recibir la adjudicación de una de las nuevas plataformas. De ellas, la planta continúa peleando para intentar que encaje la inversión para una de hecho, cifrada en unos 600 millones de euros , en el marco de los del Perte que maneja España tras el chasco que supuso la primera convocatoria (se quedaron fondos sin adjudicar más de 2.000 millones) y que hizo que el Ministerio de Industria anunciase la creación de una segunda. En días diez, el 21 de noviembre, habrá una reunión del grupo de trabajo centrado en este y otros problemas que tiene la fábrica olívica (como la necesidad de alta tensión o las cuotas que abona a Zona Franca).
En 2021, la planta marroquí de Stellantis produjo tan solo 66.028 coches, mientras que la de Vigo, pese a sufrir parones por la escasez de componentes, alcanzó los 406.600, cifra que con esta inversión podría alcanzar también Kénitra. El plan de Tavares es que la región de Oriente Medio y África contribuye “a crear un tercer motor para Stellantis, además de América del Norte y Europa”. De hecho, el anhelo del luso es llegar a fabricar en esta región un millón de vehículos en 2030, con la planta de Marruecos como punta de lanza.
La escasez de chips vuelve a golpear a Vigo
La factoría viguesa de la compañía automovilística Stellantis volverá a parar su producción en el Sistema 1, donde se montan las superventas Peugeot 2008, así como el Citroën C-Elysée y el Peugeot 301. El motivo es, una vez más, la escasez de componentes, lo que hará que la factoría tenga que parar los próximos lunes y martes, 14 y 15 de noviembre. De esta forma, la plantilla de Stellantis Vigo cuenta con volver a la actividad en este sistema a partir del miércoles, 16 de noviembre, a las 6.00 horas.
“Por causa de fuerza mayor, a consecuencia de la falta de aprovisionamientos, se suspende la actividad del Sistema 1 en las jornadas del lunes, 14 de noviembre, y martes 15”, han informado desde la compañía a los trabajadores. Por otro lado, también se cancela el turno del sábado 26 en el Sistema 2, habilitando en su lugar el turno de noche del domingo 27.
Precisamente sobre Stellantis Vigo habló ayer en rueda de prensa el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, que mencionó la noticia adelantada por FARO en la que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se abre ahora a revisar los planes energéticos y dispara las posibilidades de que la alta tensión llegue a Vigo en 2023. “Lo dije hace un mes y lo quiero volver a repetir”, reivindicó Caballero, que no dio más detalles sobre esta infraestructura, pero insistió en que Stellantis sí o sí contó con ella.
