Suma y sigue. Stellantis prosigue con sus planes para reforzar su posicionamiento en el norte africano y situarlo como su tercer mercado de referencia. Si a comienzos de noviembre concretó una inversión de 300 millones de euros para colocar la factoría de Kénitra a la altura de las instalaciones europeas en cuanto a capacidad (400.000 vehículos y 50.000 microcoches), el grupo que dirige Carlos Tavares hace ahora lo propio a menos de 600 kilómetros de la planta marroquí. El país vecino de este, Argelia, acogerá una fábrica con una capacidad inicial para 90.000 coches de la marca Fiat, que se instalará en una superficie de 400.000 metros cuadrados en Tafraoui, muy cerca de la ciudad costera de Orán, a tan solo 170 kilómetros de la Península Ibérica. Todo ello, con los planes para España en stand by, pendientes todavía de una segunda reunión con el Gobierno para resolver las posibilidades del grupo y la nueva plataforma industrial para Balaídos en el marco de la segunda convocatoria en el marco del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC).
La historia de Stellantis y Argelia comenzó en 2017, cuando PSA firmó entonces un acuerdo estratégico para crear una planta explotada por una joint venture con las locales Condor Electronics, Palpa Pro y Entreprise Nationale de Production de Machines-Outils, de la que PSA controlaría un 49% del capital. La idea era montar allí los Peugeot 301 y Citroën C-Elysée, fabricados en Vigo, a partir de 2019, algo que con el tiempo se fue retrasando, con la planta todavía en construcción cuando estalló la pandemia de COVID.
Desde entonces, los últimos reportes de prensa, tanto de la propia Stellantis como de medios locales especializados en automoción, dan a entender que la planta no llegó a arrancar. Por el medio, el CEO de su socia Condor, Abderrahmane Benhamadi, así como otros miembros de su familia, fueron detenidos y acusados de corrupción y lavado de dinero.
Con la creación de Stellantis tras la fusión de PSA y FCA, el planteamiento para la fábrica de Argelia ha dado un vuelco. El pasado 13 de octubre autoridades del país firmaron un acuerdo marco con la empresa para la producción local de vehículos y al desarrollo del sector del automóvil en el área. “La calidad de las conversaciones en curso nos hace confiar en las perspectivas de desarrollo de la marca Fiat, que estará dispuesta a satisfacer las expectativas de los clientes argelinos”, decía entonces el patrón de la firma, Carlos Tavares.
Poco más se supo de lo que significada aquella rúbrica. Hasta esta semana. El responsable de Stellantis para Argelia, Túnez y Libia, Hakim Boutehra, firmó un acuerdo con la Agencia de Promoción de Inversiones de Argelia (APII) “para la puesta en marcha de un proyecto de montaje y fabricación de vehículos Fiat”.
En el acto de firma estaba presente también el director ejecutivo de Operaciones en África y Oriente Medio del grupo, Samir Cherfan, que adelantó los planes de la compañía, cuya intención es la de “comenzar la producción antes de que finalice el próximo año”. “Vamos a empezar con 10 vehículos/hora, lo que corresponde a 60.000 vehículos/año. Ampliaremos rápidamente esta capacidad a 15 vehículos/hora, lo que corresponde a 90.000 vehículos/año”, señaló.
Para ello, la fábrica de Stellantis estará ubicada en un polígono del municipio de Tafraoui, al sur de Orán. Dispondrá de una superficie de 400.000 metros cuadrados, e incorporará otros 800.000 adyacentes para proveedores locales y empresas subcontratistas. De hecho, Argelia demandaba una integración de al menos un 30%, mientras que el grupo calcula llegar a un 70%.
Con este movimiento, Stellantis refuerza su posicionamiento en la región, sumándose al importante despliegue en Kénitra, al acuerdo con la local Stafim en Túnez y a la firma de un acuerdo con el grupo Mansour para crear una planta de coches eléctricos en Egipto.
Más allá de eso, supone un avance en sus planes para reorganizar el grupo tras la fusión y, sobre todo, para continuar con su plan para modernizar factorías de cara a introducirse de lleno en la fabricación de vehículos eléctricos. El gran paso para ello es la instalación de las nuevas plataformas industriales, las STLA. De momento, Stellantis ya anunció inversiones en varias plantas europeas para incorporarlas a sus líneas. En España, y en Vigo en particular, el plan depende de los fondos del Perte VEC, cuya segunda convocatoria todavía está por definir. Eso sí, el tiempo apremia, ya que el grupo tiene que decidir ya.
Industria y empresa quieren cerrar el borrador del esquema de ayudas para Vigo en semanas
Stellantis y el Ministerio de Industria quieren tener enfilado el borrador del esquema de ayudas para la prórroga del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) antes de final de año. En la reunión celebrada el pasado 21 de noviembre, la multinacional que pilota Carlos Tavares se comprometió a https://www.farodevigo.es/economia/2022/11/22/stellantis-mete-prisa-industria-decidira-78886315.html susceptibles de recibir subvenciones del Perte, tras lo que el ministerio que aún dirige Reyes Maroto se centraría en preparar un borrador del esquema de ayudas. Una vez definido, ambas partes volverían a sentarse para tratar de sellar un acuerdo. El problema sigue siendo el mismo que al principio de todo el proceso: que la Unión Europea (UE) solo permite financiar proyectos de Innovación y Desarrollo (I+D) y Sostenibilidad. Es decir, nada de ladrillo. Y Bruselas tampoco ha dado su brazo a torcer en lo que respecta al periodo de ejecución de las ayudas, que fue precisamente lo que dejó fuera la nueva plataforma modular para coches eléctricos a la que aspira y de la que depende el futuro de Balaídos. La propia Maroto se había comprometido a un porcentaje de ayuda del 25% sobre la inversión ante los responsables de Stellantis en España, por lo que de los 600 millones que se necesitan para esta plataforma STLA, el grupo pide 200. Stellantis también quiere incluir en el acuerdo la conexión de Balaídos a la Alta Tensión y una rebaja en las tasas que abona a la Zona Franca.