Santymar echa su red en la industria del mar

La compañía crece con una nueva nave de 1.700 metros en Gondomar para centralizar su producción y ser más eficiente | Fabricará 100 toneladas de puertas de arrastre cada año

Otro profesional suelda una de las piezas a reparar.

Otro profesional suelda una de las piezas a reparar. / Alba Villar

A comienzos de siglo, Santymar decidió cambiar de aires y se lanzó al polígono industrial de A Pasaxe (Gondomar), un lugar al que primero llevó las instalaciones donde crea sus redes y que ahora contará con un espacio gemelo para calderería naval y oxicorte. Se trata de una nave de más de 1.700 metros cuadrados que está a pocos metros de la que ya poseen y que la firma de Santiago Martín ha adquirido este año con el objetivo de centralizar su producción y ser más eficiente. “Desde julio empezamos con el traspaso –la sección metalúrgica hasta ahora estaba en Coruxo, cerca del puerto– y esperamos que en septiembre esté operando a pleno rendimiento”, cuenta su hija y adjunta a la dirección, Jennifer Martín. En octubre llegan unos de sus mayores clientes, los barcos de capital gallego que faenan en las Malvinas, y entonces su carga laboral aumentará como ha crecido la firma viguesa, que desde sus inicios a la actualidad ha pasado de una superficie de 8.000 metros cuadrados a una de 17.000.

Radial en mano, un profesional de Santymar perfila el borde de una puerta de arrastre (Vigo).

Radial en mano, un profesional de Santymar perfila el borde de una puerta de arrastre (Vigo). / jorge garnelo

Solo en este último movimiento la inversión realizada es considerable, pues la compañía ha comprado y reformado una planta que hasta hace no mucho se dedicaba al granito. Debido a esta particularidad, los trabajadores han aprovechado los meses de menor actividad para adaptarla. Cambiando su suelo y pintándola, adecuándola, pero también introduciendo numerosas máquinas especializadas en los trabajos que están llevando a cabo.

Allí han colocado un semipórtico, un puente grúa o sistemas de tratamiento de gases y humos, entre otros dispositivos. A mayores, están pendientes de confeccionar la parte de almacenaje, acomodar una cabina de pintura y señalizar la nueva fábrica. En ella, conforme remarcan desde la empresa, la plantilla se orientará a la fabricación y reparación de puertas de arrastre. Esas sólidas planchas de acero que mantienen abierta la boca de las redes mientras los arrastreros pescan.

Empezamos con unas que eran planas, de madera, y poco a poco hemos ido evolucionando gracias a la introducción de nuevas tecnologías. Al principio esa progresión se reflejaba en cuestiones como la estabilidad, aunque ya hace bastante que nos centramos en intentar que no sean tan agresivas con los lechos marinos”, señala Eduardo Iglesias, técnico de Santymar. Esta apuesta por la innovación se ha visto reforzada por la unión estratégica de la marca Injector adquirida por el grupo Morenot Fishery, destinando mucho tiempo y recursos en I+D colaborando con los usuarios finales.

En sus recién estrenadas instalaciones, la compañía prevé fabricar unas 100 toneladas de puertas de arrastre cada año; equipos que van para la flota de Malvinas, Argentina, África y otros caladeros como Gran Sol e incluso el Mediterráneo, donde están implementando unos que no tienen contacto con el fondo. Al mismo tiempo, la nave más veterana trabaja a buen ritmo, con producciones de lo más variopintas que se escapan de las míticas redes de mar.

Una máquina trabajando dentro de las instalaciones. // Alba Villar | // ALBA VILLAR

Una máquina trabajando dentro de las instalaciones. / Alba Villar

Al polígono gondomareño, por ejemplo, llegan encargos del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Tras haber ganado distintos concursos, la empresa ha llevado y lleva a cabo el mantenimiento y diseño de aparejos para buques de investigación como el Ramón Margalef, el Miguel Oliver, el Vizconde de Eza, el Ángeles Alvariño o el Emma Bardán, siendo uno de sus últimos proyectos un dispositivo de escape para delfines dirigido a evitar que sean capturados accidentalmente mientras se desarrollan campañas que analizan el estado de otras especies.

De la pesca al deporte

Más iniciativas en las que trabaja Santymar son las artes que están preparando para la costa de Portugal –concretamente para pequeños arrastreros de unos 500 caballos que van a la gamba roja–, aunque no todo lo que hacen está relacionado con la pesca. Esta firma nacida en Vigo elabora las redes que se emplean en parques y estadios, la mayoría de la ciudad y su área de influencia que cualquiera puede encontrarse en las porterías y canastas de diferentes campos deportivos.

“Tenemos muchísimos pedidos de este estilo”, comenta Fernando Martín, otro de los técnicos, destacando que en el caso del mar buscan construir aparejos “más eficientes” y que además de los que producen les llegan útiles usados para reparar. En el plano naval, agrega, uno de los proyectos que acaban de rematar es una red de protección para las barandillas de una de las cubiertas del megayate Renaissance construido por Freire Shipyard. De dimensiones suficientes como para cubrir 60 metros lineales de pasamanos, este sistema tiene como objetivo cerrar los huecos que tiene el mismo empleando para ello múltiples sujeciones y enganches. En este espacio está contemplado que accedan pequeños y que lo hagan de la manera más segura posible.

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