Malestar entre proveedores y trabajadores de Stellantis Vigo por el reparto de chips del grupo

Las paradas rozan este año el mes en total con la suma de turnos anulados mientras otras plantas siguen con normalidad

Trabajadores de Stellantis Vigo en su regreso tras las vacaciones.

Trabajadores de Stellantis Vigo en su regreso tras las vacaciones. / Javier Teniente

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La previsión de Stellantis Vigo es acabar el año con fuerza, marcando ritmos de producción con alta capacidad y logrando acabar con una cifra final de unidades que deje bien atrás las casi 405.000 alcanzadas el año pasado. Sin embargo, un viejo fantasma volvió a generar malestar tanto entre la plantilla de Balaídos como entre los proveedores que suministran componentes. “Por causa de fuerza mayor”, el Sistema 2, que se encarga de la producción de las furgonetas K9 con sus cinco siluetas, se vio forzado a suspender la actividad en los turnos de tarde y noche del martes y el turno de mañana de ayer, además de la jornada matutina del sábado, una de las últimas de carácter voluntario antes de la vuelta del cuarto turno el próximo 16 septiembre. El reparto de semiconductores del grupo sigue penalizando a Stellantis Vigo.

Aunque la situación es mucho más estable que la que se dio el año pasado, la escasez de piezas clave para la fabricación de vehículos ha hecho que la planta se viese forzada a paralizar casi un mes su actividad con la suma de turnos anulados. Según fuentes sindicales, el Sistema 1, que se encarga del exitoso Peugeot 2008, se vio afectado en al menos una quincena de jornadas, mientras que la línea que se encarga de los vehículos comerciales ligeros tuvo que parar al menos otros ocho días. Ayer mismo, por carretera, llegaron algunas de las piezas necesarias para retomar la “normalidad”.

Si bien nunca se especifica cuál es el componente en cuestión que falta, desde hace meses se considera que aquellos que más escasean son los que tienen semiconductores, un bien que empezó a faltar a raíz del COVID, por la alta demanda de otro tipo de productos (principalmente electrodomésticos, ordenadores, videoconsolas, tablets...) que se generó entonces.

Afectación

El propio CEO de Stellantis, Carlos Tavares, da por casi solventada esta llamada crisis de los microchips, como señaló en algunas de sus últimas intervenciones, en la que afirma que culminará hacia finales de año. Sin embargo, la planta de Vigo sigue viéndose afectada de tanto en tanto. Y más que otras plantas del grupo, tanto en España como fuera de ella.

Según fuentes consultadas por FARO, uno de los motivos que podrían explicar esta situación es el alto consumo de componentes que precisa la factoría olívica. En 2021 fue la fábrica que más vehículos produjo de Europa y la que más de todo el mundo dentro del grupo, superando a la brasileña Fiat Betim. Con sus dos sistemas a pleno rendimiento, lo normal es que supere el medio millón de coches. Un liderazgo que la separa mucho de las plantas como las que se sitúan en bastiones para el grupo como Francia o Italia.

De hecho, el cálculo está en que parar Vigo evita que se paralicen otras tres factorías de menor tamaño de la empresa que pilota Tavares. Sin ir más lejos, al igual que la de Vigo se reactivó la factoría de Figueruelas, Zaragoza, a pleno rendimiento y con más volumen de trabajo. Y en el caso e Villaverde (Madrid), la intención era la de retomar el turno de noche después del verano al verse aliviada la crisis de semiconductores. En ninguna de las dos plantas se han reportado paradas esta semana por falta de componentes.

Hastío

Otras fuentes explican, como ya se explicó en otras ocasiones, que este tipo de vehículos que produce Stellantis Vigo. En momentos en los que el mercado estuvo mucho más parado, el grupo habría preferido apostar por dirigir los escasos semiconductores disponibles a las plantas que se encargan de facturar coches premium, unidades que dejan mayor retorno económico que los vehículos comerciales ligeros o el todocamino y los sedanes (Peugeot 301 y Citroën C-Elysée) que se fabrican aquí.

Sea como sea, los vaivenes en la producción a raíz en la falta de piezas vienen causando un malestar entre los trabajadores que se intensificó estos días al coincidir las nuevas paradas con el regreso de las vacaciones. De hecho, ya antes de verano algunos de los sindicatos propusieron que, en caso de haber escasez, los turnos afectados fuesen los del fin de semana. Un hastío que también llega a los proveedores de componentes que ven afectados sus ritmos de producción y suministro. Más aun cuando las causas son ajenas.

Un socio en China para abordar el mercado

Stellantis está sondeando la posibilidad de asociarse con una empresa china de coches eléctricos. La noticia, adelantada por Bloomberg, refleja que el grupo busca reforzar su presencia en el mayor mercado automovilístico del mundo. Según fuentes cercanas a la negociación, entre las marcas con la que podría asociarse deslizan el nombre de Zhejiang Leapmotor Technologies, compañía fundada en 2015 y que comercializa cuatro modelos 100% eléctricos.

De esta forma, Stellantis seguiría los pasos de rivales como Volkswagen, que también expresó su interés en una posible asociación con Leapmotor. Stellantis todavía tiene una joint venture con Dongfeng Motor Group para vender coches Peugeot y Citroën en China.

El año pasado el grupo dejó de producir sus modelos Jeep allí en medio de una estrategia de “reducción de activos” en el país y sopesara poner fin a toda la fabricación de automóviles en el país.

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