Los “megaproyectos” de la automoción tumban la excusa del salario “low-cost”

La dispersión de “gigafactorías” de baterías o vehículos muestran la falta de atractivo en Galicia más allá del coste laboral

Las ayudas públicas o la energía más barata, claves

Una trabajadora en la plantade Tesla en Berlín.   | // TESLA

Una trabajadora en la plantade Tesla en Berlín. | // TESLA / Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La primera convocatoria del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado), aun con las restricciones que fijaban sus bases, dejó claro que los principales proyectos del sector de la automoción se alejaban de Galicia. Solo Stellantis Vigo puso encima de la mesa una inversión, aunque de mínimos al no poder incluir la nueva plataforma industrial del grupo. Ahora, con la segunda ventanilla de este Perte a punto de abrir, la situación volverá a depender de la fábrica de Balaídos que, esta vez sí, todo apunta que podrá incluir la STLA Small para amarrar la fabricación de la siguiente generación del Peugeot 2008. Sin embargo, más allá de eso, el resto de los megaproyectos de la industria se alejan de la comunidad, huérfana de gigafactorías de baterías y que ve como otros países o regiones se llevan las grandes inversiones. La última fue la Comunitat Valenciana, con la fábrica de Tesla, que una vez más tumba el argumento más citado cuando una de estas significativas iniciativas no cae en Galicia: la competencia de los salarios low-cost.

Hasta la fecha, y a la espera de ver qué otros proyectos se presentan a la segunda convocatoria del Perte VEC, hay en liza al menos tres gigafactorías de baterías y ninguna de ellas para la comunidad gallega. Inobat piensa en Valladolid, Envision insiste con Extremadura y Tata Motors baraja Aragón. A ello se suma el reciente interés de la firma que dirige Elon Musk por instalarse en el área de Valencia.

Son proyectos que se quedan en España, no se van al norte de Portugal o a Marruecos, por ejemplo, donde siempre se dice que juegan con la baza de los sueldos bajos para atraer a las compañías. De hecho, se da el caso de que entre las cuatro comunidades que recibirían estas inversiones de miles de millones de euros, tan solo una cuenta con un salario medio anual en el sector industrial mucho más bajo que el gallego: Extremadura, con 16.906 euros.

En las otras tres, Castilla y León, Aragón y la Comunitat Valenciana, la situación es diferente. Si en Galicia son 22.903 euros, en la comunidad que acogería a la eslovaca Inobat son 24.869, mientras que la que quiere seducir a la india Tata es de nada menos que 25.322, la quinta más alta del país.

En lo que respecta a la región levantina, el salario medio es ligeramente inferior, 22.420. Sin embargo, ¿por qué con coste laborales similares una inversión como la de Tesla se decanta por Valencia amenazando así la posición de Vigo como puntal en automoción? Según recoge el Levante-EMV, periódico del mismo grupo editorial al que pertenece FARO y que adelantó la noticia, la firma norteamericana valoró mucho la disposición de terrenos, puertos potentes para exportar vehículos y acceso a energía barata, como la nuclear (1.063 MW), o renovable, como la eólica (1.400 MW) y solar (300 MW).

Galicia está ofreciendo a las grandes inversiones que piensan en instalarse en la comunidad terrenos como el de la Plisan. Además, la comunidad es potencia en energía eólica y se está perfilando para la instalación de molinos en el mar, al tiempo que cuenta con el puerto de Vigo como vía de salida para los coches producidos.

Sin embargo, hay otra pata que pesa mucho a la hora de tomar estas decisiones: las ayudas públicas. El ejemplo claro es el de la gigafactoría de PowerCo que se levanta en Sagunt. La firma de Volkswagen se adjudicó 357 millones de euros del Perte VEC, pero a mayores, y vía real decreto, la Comunitat dispuso de otros 90 millones para esta iniciativa.

El propio CEO de Stellantis, Carlos Tavares, señaló en muchas ocasiones que estos apoyos son vitales para la industria. De hecho, la comparativa con los salarios también se cae en este punto, ya que hasta el momento las fábricas de baterías anunciadas por el grupo con planta en Vigo recayeron en Italia, Francia, Alemania, EE UU y Canadá.

Por el momento, a Galicia le toca seguir peleando por amarrar dos grandes proyectos. Por un lado, la fábrica de coches de la china BYD, que también baraja Asturias pese a contar con un salario medio de 29.705 euros; por otro, la fábrica de llantas de Citic Dicastal, que otea el norte de Portugal y que hizo lo propio con Castilla y León. Y eso, sin olvidar la fábrica de neumáticos de Sentury en As Pontes, todavía por confirmar.

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Tesla anunció ayer un acuerdo con General Motors Co. para que sus vehículos eléctricos utilicen su red de carga. Sin embargo, esta compañía no fue la primera en llegar a un acuerdo con la firma que dirige Elon Musk.

La primera fue Ford, multinacional con la que compartirá territorio en Valencia de confirmar la inversión de 4.500 millones de euros en una región que, además, ya conoce muy bien por los éxitos de la Universidad Politécnica de Valencia en los concursos que lanza la empresa norteamericana para mejoras y problemas técnicos, en este caso organizados por las empresas SpaceX o Hyperloop, también comandadas por Musk.

Por cierto, el multimillonario, muy dado a airear en Twitter sus planes, mantiene un silencio total en sus redes sociales sobre el interés de la firma en la Comunitat.

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