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El COVID eleva hasta un 50% la demanda de fincas edificables en la periferia urbana

Un cartel de venta en una finca en Lalín. J. Bernabé

Un cambio de estilo de vida se está gestando. Por un lado, la pandemia –especialmente el confinamiento severo– y, por otro, el teletrabajo estimulan una reflexión sobre el tipo de hogar en el que quieren residir los ciudadanos.

De media, el precio mínimo en Galicia se sitúa en los 85 euros por metro cuadrado y puede ascender a los 200, dependiendo de la ubicación y la superficie del terreno

Buscan casas, mejor con jardín y se trasladan a las periferias de las ciudades en busca de espacio. Pero el elevado coste que conlleva comprar y reformar una casa, a menudo envejecida, propicia que optar por la nueva construcción se convierta en una resolución cada vez más popular.

Todo ello ha impulsado la demanda de fincas urbanas para construir una vivienda. Su coste, sustancialmente más bajo que el de adquirir y reformar un inmueble, la amplia oferta y el hecho de que el diseño sea a la carta, han desembocado en que la demanda de terrenos urbanizables en Galicia se disparase entre un 20% y un 30% en el primer trimestre del 2021, respecto al mismo trimestre del año anterior, según apuntan las inmobiliarias consultadas. Pese a ello, no son pocas las que elevan este aumento hasta el 50% en términos interanuales.

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La dificultad de acceder a una vivienda con el precio o las características que busca el cliente “empieza a estimular un nicho de mercado: el de la compra de terrenos cercanos a las ciudades para poder construir una vivienda”, explica Carlos Debasa, presidente de la Asociación Gallega de Inmobiliarias (Agalin). Un factor que ha promovido, en paralelo, la proliferación de empresas que ofrecen terrenos en el área metropolitana de las ciudades, con la contratación de un proyecto de para una casa modular al gusto del cliente y en un periodo corto de tiempo, señala Debasa.

Se buscan viviendas unifamiliares. “Quien no encuentra la casa que quiere, se plantea edificar”, explica Josina Silva, gerente de Tovar Sanxenxo. Se trata de un perfil de comprador al que no le encaja la oferta de viviendas disponibles en el mercado o tienen un límite económico justo, “en torno a los 250.000 euros. Las casas que hay con este coste necesitan mucha reforma. Sin embargo, por ese precio, encuentras una finca y puedes construir tu vivienda a tu gusto”, complementa Yanela Maceiro, gerente de la Inmomare en Nigrán.

LAS CLAVES

1- Alza de precio y menos oferta

La alta demanda ha empujado el importe de las fincas próximas a las ciudades un 20%, respecto a hace dos años. Además, han desaparecido las gangas que se encontraban antes.

2-Las zonas más atractivas

Vigo y A Coruña y sus alrededores son las zonas más codiciadas. Baiona Arteixo y Oleiros están en el punto de mira de los interesados. 3-El perfil del comprador

Tiene ahorros, solvencia económica, entre 28 y 45 años y busca más espacio para vivir con su familia.

El importe de cada solar depende de su superficie y de su ubicación. El precio mínimo en Galicia se sitúa en torno a los 85 euros el metro cuadrado, explica el responsable de Valoración de Carteras de Fincas Galicia, Amador Muñoz, y puede llegar a los 200 euros el metro cuadrado de una parcela. Vigo y A Coruña, y sus alrededores, se articulan como las zonas con precios más altos.

“La demanda ha elevado el precio del suelo respecto a hace dos años. Aproximadamente, un 20% más en las zonas cercanas a las ciudades”

Amador Muñoz

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El perfil del comprador tiene entre 28 y 45 años, ya tuvo una vivienda en propiedad en la ciudad y ahora busca un lugar con más espacio para su familia. “Tiene solvencia económica y dispone de ahorros”, apunta Muñoz. Y prefiere sacrificar diez minutos en coche y tener amplitud, complementa Manuel Recamán, administrador de Fincas Carro. “Primavera y verano son las épocas en la que más terrenos se venden”, afirma. Pontevedra y los ayuntamientos colindantes, el mercado en el que se especializa Recamán, muestran precios que oscilan de los 50 y 90 euros por metro cuadrado.

En Sanxenxo, “antes había fincas asequibles. Ahora ya no. Se absorbe toda la oferta, aunque las que más se venden son las que están cerca de la playa y tienen vistas”, explica Silva sobre un mercado caracterizado por ser de segundas residencias. Las más cercanas al mar tienen un precio medio de 250 euros el metro cuadrado, mientras que hacia el interior se recorta a 60 o 100 euros el metro cuadrado.

La controversia en Vigo

El acceso a una finca urbana está condicionado por el lugar en el que se encuentre. En Vigo, concreta Paloma Regueira, gerente de Inmovivienda, “el problema es que tenemos muy poco suelo urbanizable para la demanda que hay”. En Coruxo o Canido “no hay nada por menos de 250.000 euros. En Santa Cristina o Vilaboa puede haber terrenos edificables por 50.000 o 60.000 euros”.

Pero el mercado olívico presenta otros escollos a superar: “para que el banco te de la financiación necesitas, además de comprar el suelo, tener el proyecto y la licencia de obra. No todo el mundo dispone de 150.000 euros de entrada para construir una casa”, explica Estefanía Loureiro, gerente de Grupo Galo.

“Un cliente puede tener un buen presupuesto pero a menudo, el ahorro no llega para hacer todo lo que se requiere en un estadío inicial de construcción de vivienda en Vigo”, reflexiona la directiva. Un combo que deja en manos de grandes inversores el acceso a estos proyectos, indica Loureiro.

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