Los responsables de recursos humanos de Stellantis entregaron ayer a los sindicatos la memoria explicativa del nuevo ERTE, por un máximo de 60 días de suspensión a contar a partir de la Semana Santa y hasta finales de año. Fuentes de la empresa insistieron en que su objetivo es que el ERTE se consuma solo después de agotar los días de adecuación y la bolsa de horas, por lo que el impacto en los primeros 30 días del expediente sería muy bajo (calcula que afectaría a un máximo de 250 personas en un solo sistema).
Dos trabajadores de PSA manejan los chasis del nuevo todocamino Peugeot 2008, el nuevo modelo estrella de Balaídos Víctor Cameselle
Al igual que Stellantis, Seat, Volkswagen, Mercedes, Ford, Renault… todos los fabricantes de coches han recurrido a la figura del ERTE como colchón para adaptarse a los desajustes de producción por la falta de microchips. Y por extensión, también la industria de componentes. Aquí en el área de Vigo ya habían optado por esta medida fábricas como las de Denso o Faurecia Asientos de Galicia, y ahora le toca el turno a las de Benteler, Akwel (antes MGI Coutier) y Componentes de Vehículos de Galicia (del Grupo Copo). Fuentes sindicales calculan que habrá unos 10.000 trabajadores acogidos a unos ERTE cuya aplicación a la postre dependerá de la evolución de la crisis de los semiconductores. Ya ocurrió el año pasado que de los días de ERTE solicitados por las empresas, al final se consumen menos de una cuarta parte al mejorar la situación.
Los microchips
Una tecnología clave en los coches
Los semiconductores, la mayoría importados desde China, están presentes en todo tipo de componentes tecnológicos a bordo del automóvil y bajo el capó.
La crisis paraliza varios sectores
No es un problema que solo afecte al automóvil. Fabricantes de móviles, videoconsolas, PC, etc., también están sufriendo la escasez de microchips.
La escasez global de microchips podría recrudecerse incluso más en las próximas semanas tras el incendio que sufrió el fabricante japonés Renesas Electronics esta semana en la ciudad nipona de Naka, que tardará al menos un mes en reanudar la producción de estos preciados componentes. Este suceso amenaza con tensionar todavía más el suministro mundial de semiconductores, disparado por el bum del consumo de productos tecnológicos (móviles, PC, tablets, videoconsolas, etc.) en plena pandemia. Para no parar la producción de coches en Vigo, el grupo Stellantis ha estado fletando casi un avión diario desde Macedonia con componentes que integran estos chips, pero esto no ha evitado que haya paradas productivas. De hecho, el Sistema 1 no trabajará en lo que resta de semana.