La meditación y el yoga ganan adeptos en A Estrada

Cada vez son más los que recurren a estas prácticas para paliar los efectos del estrés, la ansiedad y el insomnio, entre otros

Gorís en la Clínica Alameda, donde imparte sus clases.

Gorís en la Clínica Alameda, donde imparte sus clases. / // BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

La vida va tan de prisa que a veces sentimos la necesidad de seguirle el ritmo porque parar podría situarnos ante un terrible abismo. El estrés del día a día, del trabajo, de la falta de tiempo o el exceso de este, las preocupaciones económicas o los problemas sentimentales, nuestra mente trabaja a mil por hora como un malabarista constantemente al borde de perder el equilibro. Es por ello que a veces pulsar la tecla de “pausa” y silenciar los pensamientos es lo único que puede evitar que, efectivamente, todas las bolas acaben por caerse.

En eso consiste el yoga y la meditación, dos actividades que han ido ganando numerosos adeptos en A Estrada en los últimos tiempos, como arma para combatir todos esos trastornos que se gestan en el alma pero acaba pagando el cuerpo.

Uno de los lugares donde se puede aprender sobre estas prácticas es la Clínica Alameda, donde Pilar Gorís, instructora de yoga y meditación desde hace ocho años, descubre a su alumnado los entresijos para aprender a canalizar la atención y la energía hacia para eliminar el ruido y la tensión.

Sus clases constan de una duración de hora y media. Los primeros sesenta minutos están dedicados al yoga, donde se trabaja la respiración, la fuerza y la flexibilidad, entre otras, a través de diferentes posiciones. Los últimos treinta minutos son, por otra parte, para permanecer pausados y meditar, un ejercicio que no a todos les resulta sencillo, pero que a base de repetición y concentración, puede dominarse y resulta de gran ayuda para combatir el estrés o la ansiedad.

“El yoga es una disciplina cuyo objetivo es el de cuidar la relación entre el cuerpo y la mente, es un trabajo de estiramiento para preparar la flexibilidad, la resistencia… y lo único que necesitas es a ti mismo y una esterilla” cuenta Gorís, que continúa: “Debes realizar las posturas concentrado en ti y en tu respiración, sentir tu cuerpo y sentirte a ti mismo en la postura, irte transformando en cada asana”.

Gorís es una profesora, pero también una guía en ese proceso de meditación. Para ella la clave está en aprender a “estar con uno mismo” y “dejar que tu respiración te respire”. Por ello no intenta forzar esos treinta minutos finales sobre nadie y permite que cada uno decida libremente si quiere o no participar: “Soy flexible porque entiendo que no todo el mundo es capaz de realizar la meditación, así que hay gente que viene a la primera hora de yoga, estira y se va” relata.

En cualquiera de los casos, en los últimos tres años ejerciendo profesionalmente en A Estrada, Pilar Gorís ha notado un importante incremento en el número de gente que se ha ido anotando a sus clases. “Desde que empecé dando clases online en la pandemia he visto un cambio brutal, ahora se presta mucha más atención al bienestar” sostiene, y añade: “La gran mayoría llega por recomendación médica para intentar combatir algún problema de salud, generalmente vinculado al estrés, como la ansiedad o el insomnio, pero también por temas de postura, y luego se quedan y se convierten en fieles a la disciplina”. En este sentido, muchos de sus aprendices le han confesado que solo se arrepienten de no haber empezado antes.

Por último, si se tiene en cuenta que cada vez hay más practicantes de estas disciplinas y que la gran mayoría recurren a ellas cuando ya sufren algún tipo de problema, resulta sencillo trazar una línea de causa y efecto que radica, en última instancia, en que cada vez hay más gente con problemas relacionados con el estrés. Gorís opina a este respecto: “estamos viviendo muy deprisa, es la época de la inmediatez, la gente no sabe esperar, ya no nos paramos a observar pero es que si nos paramos a hacerlo igual descubrimos que lo que vemos no nos gusta, por eso es importante cuidarse, entender que está bien no hacer nada, pausar”.

Fisioterapeutas y acupuntores advierten del impacto de estos trastornos en el cuerpo

Cuando la mente no puede soportar el nivel de tensión, este colapso se manifiesta en el cuerpo, generando dolor o través de otros síntomas. El fisioterapeuta estradense Jorge Freitas, atiende en su clínica numerosos casos de este tipo: “Diría que el 90% de los problemas que presentan mis pacientes están relacionados con el estrés y los pensamientos”. Entre las dolencias que suelen aparecer están las lumbalgias, dolores cervicales, dorsalgias... etc. Aunque Freitas extiende estas afecciones a otras áreas como migrañas, cefaleas, problemas estomacales o tensión ocular. Una percepción que coincide con la de el acupuntor Carlos Moimenta, quien está en contacto diario con dolencias de este tipo generadas a causa del estrés y la ansiedad. De este modo, si bien ambos manifiestan que para evitar llegar al punto en el que se presenta el dolor es importante la prevención mediante sesiones de masajes o acupuntura, tanto Freitas como Moimenta advierten de que lo más importante es mantener hábitos de vida saludables y establecer una buena relación entre el cuerpo y la mente. “Los problemas de estrés, muchas veces somos nosotros quienes los buscamos al dejarnos llegar al límite”, dice Moimenta, que insiste en la importancia de cuidarse y gestionar la fuente de estrés o cómo se procesa. Mientras, Freitas reflexiona en la misma línea: “Si justificamos aquello que nos produce tensión lo que hacemos es evitar solucionarlo y alargar el problema”.

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