El mejillón de río revisa su censo

La USC estudiará su densidad en 28 tramos de los ríos Ulla, Deza, Arnego, Furelos y Asneiro

Un pescador, cerca de los restos de la Tosta de Martínez, en Cira.

Un pescador, cerca de los restos de la Tosta de Martínez, en Cira. / BERNABE/JAVIER LALIN

Salomé Soutelo

Salomé Soutelo

La USC dispone de cinco meses para actualizar la información sobre la distribución y abundancia del mejillón de río en más de 60 cauces gallegos. La universidad compostelana fue la adjudicataria de un servicio que contrató la Xunta por 64.170 euros y que permitirá conocer las localizaciones y el tamaño de esta especie amenazada. El gobierno autonómico cumple, así, con la pauta de un seguimiento cada tres años, marcado por el Comité de Flora y Fauna Silvestres de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad.

La actualización del censo tendrá lugar sobre 63 ríos. Por cada 15 kilómetros de cauce, se escogerán tramos de 5 kilómetros. Esos tramos, a su vez, se subdividen en trechos de un kilómetro, donde los técnicos realizarán entre dos y cinco recorridos de control donde se entiende que las características del hábitat son idóneas para la Margaritifera margaritifera. Así, se examinará la densidad de mejillón de río en 8 tramos del río Asneiro, 6 del Furelos, otros 6 del Arnego, 7 del Ulla y uno del Deza. Son, en total, 28 tramos.

Pero además, habrá una segunda fase, donde se seleccionarán transectos (son áreas de muestreo alargadas donde se examinan las características del suelo) en las que se hará la recogida de datos. Esta recogida afecta a una superficie de 3.979 metros cuadrados del Arnego, 2.274 del Ulla, 2.000 del Furelos y 274 del Deza.

Valoración de adultos y juveniles

Estos trabajos de campo van a incluir la geolocalización de todos los puntos de prospección del mejillón de río, tanto aquellos donde hay población como donde se detectó ausencia de esta especie. Los técnicos determinarán, además, el número de ejemplares adultos y juveniles, así como de conchas vacías. Habrá que registrar, también, la presencia de ejemplares de cualquier otra especie de náyade o comentarios que el equipo considere relevantes sobre incidencias en estos trabajos de campo y en el diagnóstico de las poblaciones estudiadas.

El equipo contará con un equipo de tres personas, formadas en titulaciones de ámbito ambiental o ingeniería forestal. Este actuación está cofinanciada al 75% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feder) y, de algún modo, da continuidad al Programa Margall-Ulla, que puso en marcha la Xunta entre 2010 y 2015 y que permitió varias actuaciones para recuperar la población del mejillón de río en el Ulla y varios de sus afluentes. En este caso, el proyecto también contaba con un respaldo económico de la UE.

Una de esas medidas para recuperar y asentar la población de mejillón fue el derribo de varias tostas, en concreto 18, vinculados a concesiones hidroeléctricas que ya estaban caducadas. La retirada de estos obstáculos favoreció la recuperación de esta especie y también del topillo de río, además de contribuir a que la remontada de la fauna piscícola fuese más cómoda. Pero la eliminación de estas tostas no estuvo exenta de polémica: en mayo de 2016, vecinos de Gres y de Cira alertaban de que el derribo de dos presas sobre el Deza, la Tosta de García y la Tosta de Martínez, había obviado los informes de Patrimonio, según los que, si se eliminaba la tosta, el molino quedaba desconectado del cauce. Y añadían que causaban más peligro los vertidos que de forma periódica padecían, y padecen, el Asneiro y el Deza. Estos vertidos suelen proceder de industrias, y a principios de este mes hubo un incidente similar en el curso alto del río Lérez, a su paso por Forcarei.

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