El pionero negocio de las conservas de percebe es un éxito. Hace solo dos meses que la empresa Mar de Silleiro, integrada por 25 percebeiros de Baiona y otros dos de A Guarda, lanzó al mercado sus botes de producto al natural con o sin uña, en paté y en paté con algas y ya ha vendido un millar por toda la geografía española. La aceptación inicial lleva a la compañía a buscar nuevas oportunidades en Asia. Por eso negocia con la distribuidora Spanish Gourmet para llevar el crustáceo manufacturado a países como Singapur, Malasia y Tailandia.

La marca "27 percebeiros" causa furor especialmente en el norte. "Tenemos muchos pedidos de toda Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco", señala la Susana González, responsable de Mar de Silleiro, quien asegura que el producto que más triunfa es el paté, en especial el mezclado con algas ecológicas.

Sus mejores clientes son por el momento las tiendas de delicatessen o las vinotecas, que les formulan los pedidos vía telefónica. "Según nos cuentan, el percebe al natural con uña gusta mucho también en las vinotecas catalanas. Los clientes reclaman el producto para tomarlo con vinos", indica.

Pero la web mardesilleiro.com también echa humo. Los particulares solicitan lotes de conservas. En la campaña de Navidad, "vendimos muchas cajas, sobre todo para hacer regalos de empresa y compromisos". Incluso cuentan con varios blogs de cocina que solicitan las latas para realizar experimentos y luego publicar las recetas, apunta.

Este buen comienzo lleva a los percebeiros que integran la empresa al optimismo. Susana González prefiere ser prudente y se conforma con vender 5.000 o 6.000 botes en este primer año de actividad, aunque en la presentación del producto anunciaron que lanzarían inicialmente 25.000.

El éxito ha hecho que los precios originales de venta al público hayan subido en solo dos meses. "Las tiendas nos lo demandaban para contar con un mayor margen". Así, el bote de percebe al natural con uña cuesta ya 21,50 euros, mientras que sin uña se vende a 20,50. El de paté sale a 13 euros y el de paté con algas, a 11.

La única pega de llevar el producto a Asia será la inversión en una nueva etiqueta. "Tendremos que poner la composición en inglés", afirma González. Pero seguro que merecerá la pena.