Un despacho vacío en Príncipe

El club no descarta finalizar el verano sin cubrir la vacante de la dirección general tras el plantón dado por Fran Canal y prolongar la situación actual con Marián Mouriño asumiendo buena parte de las competencias

Oficinas de la sede del Celta.

Oficinas de la sede del Celta. / GSV

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Un despacho de Príncipe espera inquilino desde hace casi dos meses cuando Antonio Chaves recogió sus pertenencias y puso fin de forma repentina a quince años en el club. La tarea de reemplazarle y nombrar un nuevo director general –una de las tareas más urgentes que había en la larga lista de cometidos veraniegos que tenía la entidad– ha sufrido esta semana un importante revés que va a convertir lo que parecía puntual en algo más duradero. El Celta ya no descarta completar el siempre complejo verano sin cubrir esa vacante y estirar la situación de provisionalidad hasta más allá de agosto.

La culpa de esta reorganización de los tiempos la tiene la decisión de Fran Canal de quedarse en el Osasuna y dejar plantado al Celta después de comprometerse con Marián Mouriño a convertirse en su Antonio Chaves. El primer revés serio para la nueva dirección del club que, pese a la situación delicada con la que se había finalizado la temporada, parecía haber serenado el ambiente con sus primeras decisiones. La llegada de Rafa Benítez, el orgullo reforzado con el himno de C.Tangana, algún fichaje inesperado (por lo prometedor) como el de Bamba, una campaña de abonados razonable...la contratación de Fran Canal iba en esa misma línea “optimista” que parecía reinar en el ambiente.

En el club sabían de la importancia de la elección y el ourensano cumplía con lo que se buscaba y sonaba bien en los oídos siempre delicados de los aficionados. Canal era una de las caras visibles del éxito del Osasuna en las últimas temporadas en las que ha sabido asentar un proyecto modesto pero sin dejar de avanzar, arraigado a la tierra, ejemplar dentro y fuera del campo. Su llegada era fácil de vender a nivel interno y externo. Pero en el último momento sucedió lo inesperado. Canal le comunicó a Marián Mouriño que no sería el director general del Celta porque había tomado la decisión de seguir en el Osasuna junto a Luis Zabalza. Apeló, tal como hizo en la rueda de prensa que protagonizó horas después, a la lealtad con el club y con el presidente del conjunto navarro. La noticia no sentó bien en el Celta en cuyas oficinas la cara de Fran Canal ya era conocida porque hace solo un par de semanas estuvo en la ciudad conociendo el entorno en el que iba a trabajar e incluso se reunió con alguno de los directores del club.

Fran Canal y Luis Zabalza, antes de la rueda de prensa del pasado martes en Pamplona. |  // EFE

Fran Canal y Luis Zabalza, antes de la rueda de prensa del pasado martes en Pamplona. | // EFE / j.c.a.

Ahora el panorama es complejo a nivel de organización interna. En junio el club se había centrado en encontrar en un plazo más o menos corto un entrenador y un director general que fuesen sinónimo de solvencia. Eran temas resueltos y la atención ya estaba puesta en otras cuestiones, sobre todo en la de terminar de confeccionar una plantilla al gusto del nuevo entrenador. Aún queda mucho trabajo pendiente: cuatro o cinco llegadas y unas cuantas salidas. Aunque el club retomará pronto las conversaciones con aquellos candidatos que fueron descartados por la aparición de Fran Canal, no parece el contexto actual el ideal para encarar de nuevo la búsqueda urgente de un director general. Por eso en el Celta no descartan ningún escenario y se hace más grande la posibilidad de que el club concluya este verano sin ocupar el habitáculo en el que hace nada estaba Antonio Chaves. En estos meses ha sido Marián Mouriño (oficialmente CEO de Galicia Sport 360 aunque ya ejerza como presidente in pectore) quien ha asumido buena parte de las competencias que corresponden al director general del Celta. A estas alturas ya confiaba haber trasladado a Fran Canal buena parte de ellas para centrarse más en las cuestiones que tienen que ver con la confección de la plantilla. Pero primero el recurso de Osasuna ante la UEFA (la primera razón que dio Canal para no incorporarse de forma inmediata a comienzos de julio) y posteriormente el giro radical dado por el ejecutivo ourensano obligan a convertir en más duradera una situación que se consideraba provisional y que a estas alturas estaban convencidos de que estaría solucionada. Un revés considerable en un verano que estaba siendo demasiado tranquilo para el Celta.

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