“Unas instalaciones que asientan el futuro del club, que ahora es más esperanzador y halagüeño”. Así saludaba el presidente del Celta, Carlos Mouriño, a la nueva ciudad deportiva del club en Mos y cuya primera fase, que permitirá el traslado desde A Madroa de la estructura profesional, fue inaugurada ayer. Mouriño, que siempre defendió la necesidad de dotar al Celta de una instalación que acabase con las apreturas de A Madroa, vivió ayer uno de sus grandes días desde que en 2006 accedió a la presidencia del club. Así lo transmitió en un sencillo acto al que acudieron algo más de cincuenta personas entre las que se encontraban el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el conselleiro de Medio Rural, José González; el presidente del Parlamento, Miguel Santalices; la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández Tapias; la alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo; el secretario xeral para ó Deporte, José Ramón Lete Lasa; el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales; el presidente de la Gallega, Rafael Louzán; el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza; y casi toda la familia céltica representada por los capitanes del primer equipo, el consejo, los responsable de la Federación de Peñas y alguna leyenda como el gran Manolo.

Aunque el primer equipo lleva desde el jueves entrenando en Mos, la apertura oficial se produjo ayer. En esta primera fase el club ha invertido diez millones de euros que se destinan a tres campos y al edificio en el que tienen cabida buena parte de las dependencias de los futbolistas, gimnasio, despachos, sala de prensa. Queda pendiente aún desarrollar el resto de la obra hasta llegar a los nueve campos, el pequeño estadio en el que jugará el filial, el pabellón multiusos y otros servicios como la Universidad del Deporte.

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El Celta de Vigo inaugura su nueva ciudad deportiva en Mos R.C. CELTA

En su intervención Carlos Mouriño se reafirmó en su compromiso con la ciudad deportiva y no perdió la oportunidad de aludir, sin citarlo de forma expresa, al enfrentamiento y las diferencias que ha tenido con el Concello de Vigo en general y con el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, en particular. El presidente del Celta aseguró que "este proyecto nace de horas interminables de trabajo y estudio, de momentos difíciles en los que la solución más fácil era rendirse. Seguimos levantándonos cada vez que intentaban tirarnos. El ruido de fondo no pudo con la valentía, la palabra y el honor propio de un proyecto claro y beneficioso para todos. El ruido de fondo intenta dividirnos, dividir un sentimiento por su ubicación en el mapa y se olvida que esto va más allá, que el Real Club Celta de Vigo. Con esta obra el club está a la altura de la ciudad y no por debajo de ella, va mucho más allá de su lugar de nacimiento".

El presidente del Celta se mostró especialmente agradecido al Concello de Mos por la colaboración que siempre encontró en ellos: "Hace días recibimos un premio por estrategia y expansión internacional. Por eso decimos desde aquí que todo el que sienta estos colores, crea en nuestros proyectos y nos haga mejores puede unirse a esta gran familia celtista. Como lo hizo el ayuntamiento de Mos que con su trabajo, su pasión y su valentía decidió recibirnos con los brazos abiertos para que nos instalásemos en su casa. Gente que como nosotros no se deja someter, que no sigue la corriente para recibir el aplauso fácil y la sonrisa falsa; gente que busca un crecimiento colectivo sin necesidad de derribar al otro. Los que buscan lo contrario, los que sólo buscan cumplir caprichos e impedir el crecimiento de nuestro club...nunca, jamás estarán con nosotros".

Tampoco quiso olvidarse Mourinho de los aficionados del club "una fuerza superior a la física, capaz de levantar un equipo derrotado en el descanso y hacer temblar las calles con sus cánticos y banderas; una afición exigente de la que me acuerdo un día como hoy. Así como los abonados que en este tiempo de pandemia colaboran con el club. Quiero que sepáis que todo eso no será en vano".

Mouriño puso en valor la situación actual del club y destacó el importante papel que para él tiene poner en marcha la nueva ciudad deportiva: "Seguimos creciendo. Llevamos nueve años seguidos en Primera, tenemos unas cuentas cuentas saneadas, una gran sede en el centro de Vigo y ahora una ciudad deportiva que lleva camino de ser de lo mejor de España. El acto de colocación de primera piedra significó la puesta en marcha de un proyecto. Pero como dije hace un año, nuestra piedra no se colocó, sino que se pantó para que floreciese este sueño que por fin hacemos realidad. De esta piedra brotaron unas instalaciones que asientan el futuro del club que ahora es más esperanzador y halagüeño. En ellas viven desde este momento nuestras ilusiones".

Tuvo palabras Mouriño para las generaciones de canteranos de otro tiempo, para las actuales y para las que se asentarán en el futuro y defendió el carácter integrador de la instalación en el paisaje. Eso se quiso simbolizar con la plantación de un carballo por parte del capitán, Hugo Mallo; de Germán, miembro del equipo benjamín; y de Jorge Lorenzo, presidente de la Comunidad de Montes de Pereiras, terrenos en los que se asienta esta primera fase de la ciudad deportiva.

Se despidió Mouriño, que describió la ciudad deportiva como una prueba de la buena sintonía que puede alcanzarse entre lo público y lo privado, casi con una reivindicación personal: "Me llamaron iluso por soñar en grande. Pero iluso es el que no se esfuerza ni lucha por sus sueños. Yo seguiré soñando".