Los cañones frenan a los drones en O Grove

La zona restringida de Con Negro limita la lucha aérea contra el furtivismo

La costa rocosa de Con Negro en la que crecen percebe y mejilla está justo al lado de la batería militar de Puerto Cuaces.

La costa rocosa de Con Negro en la que crecen percebe y mejilla está justo al lado de la batería militar de Puerto Cuaces. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

En cofradías de pescadores como la de O Grove, con socios de esta localidad, Cambados, Meaño, Sanxenxo y Ribadumia, el personal de vigilancia se formó durante meses en el manejo de drones para luchar contra los furtivos y, llegado el momento, supervisar desde el aire el estado y cualquier actividad en la escarpada y peligrosa costa de San Vicente, donde conviven el percebe y la mejilla.

Pero el manejo de esos artefactos requiere de numerosos y complejos trámites administrativos que se complican, más si cabe, en la localidad meca.

Puerto Cuaces

Esto se debe a que en el entorno de Con Negro, donde se encuentra una buena población de percebe y semilla de mejillón, también se localiza la batería militar de Puerto Cuaces.

Quiere esto decir que al existir una zona restringida como ésta, donde aún se ven los cañones apuntando al Atlántico, eso de conseguir permisos para hacer volar los drones se complica enormemente.

No es que nadie vaya a andar a cañonazos contra los drones, ni mucho menos, pero cualquier acción en el entorno de un espacio militar se controla al máximo.

Complejo intermareal

Al igual que resulta más complejo de lo habitual lograr las autorizaciones pertinentes para hacerlo en el otro extremo de la península meca, donde se localiza el Complejo Intermareal Umia-O Grove y, en consecuencia, tienen validez numerosas figuras de protección medioambiental que también suponen un impedimento para los drones de vigilancia.

Un miembro de la policía militar del destacamento de Puerto Cuaces en la zona rocosa de Con Negro, donde crecen el percebe y la mejilla.

Un miembro de la policía militar del destacamento de Puerto Cuaces en la zona rocosa de Con Negro, donde crecen el percebe y la mejilla. / M. Méndez

En este caso es la presencia de aves la que dificulta la utilización de los drones y obliga a gestionar más permisos de lo que suele ser habitual.

En definitiva, que por unas razones u otras, la utilización de estos artefactos voladores a manos de los vigilantes de la cofradía de pescadores San Martiño tendrá que esperar.

Parece que, finalmente, se conseguirán esas autorizaciones, pero el plazo para lograrlas es largo por los motivos aludidos, expuestos desde el propio pósito.

Ocho pilotos en San Martiño

Según se explicó el pasado mes de octubre desde la cofradía mancomunada de San Martiño, el programa de formación en drones llevado a cabo en la entidad se había centrado en la lucha contra el furtivismo.

Recolección de mejilla en San Vicente de O Grove, ayer.

Recolección de mejilla en San Vicente de O Grove, ayer. / M.M.

Su intención era, y sigue siendo, usar al menos un dron para vigilar las zonas más escarpadas de la costa rocosa de San Vicente y llegar a lugares de difícil acceso para los vigilantes, protegiendo la población de percebe.

Aunque los drones tendrán otras muchas aplicaciones, también en el sector pesquero y marisquero.

Un vigilante de la cofradía y un miembro de la empresa encargada de la formación en manejo de drones.

Un vigilante de la cofradía y un miembro de la empresa encargada de la formación en manejo de drones. / Manuel Méndez

Con estas naves es posible un control aéreo exhaustivo en pocos minutos, abarcando una mayor cantidad de terreno e incluyendo zonas rocosas donde la vigilancia a pie es dificultosa”.

Para manejarlos, este pósito dispone de ocho vigilantes sobradamente capacitados para hacer volar este tipo de naves y custodiar las zonas más amenazadas, después de la formación recibida a manos del personal de la empresa Aerocámaras.

Vigilados por tierra y mar

Con drones o sin ellos, el personal de vigilancia de la Consellería do Mar y las cofradías de pescadores han intensificado, por jemplo, los controles en las zonas de extracción de percebe, en las que también abunda la mejilla.

"Nos vamos a matar", claman los bateeiros que recogen mejilla

Manuel Méndez

Tanto estos efectivos como los propios percebeiros vigilan por tierra y mar a los bateeiros en lugares como Baiona, Cangas, San Vicente de O Grove, Muros, Carnota, Lira y otros puntos de la costa atlántica gallega en los que se busca cría.

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