La amenaza judicial a Jácome que tensiona al PP

En el Concello de Ourense nunca es un año fácil. En enero había un microgobierno –el alcalde más dos ediles– y, en junio, el PP se reconciliaba con Jácome después de haber roto su relación, en septiembre de 2020, por sombras y sospechas de malversación ante supuestas donaciones forzosas de asesores al regidor ourensano. Esa denuncia de sus antiguos afines fue archivada. Pero la Fiscalía ya investigaba otra causa que se centraba en la retirada de dinero por valor de 60.000 euros y en el pago de otros 40.000 desde la cuenta del partido a nombre de Gonzalo Pérez Jácome.

Cuando la segunda investigación judicial por supuesta malversación estalló, el PP ya formaba parte del gobierno y las tensiones empezaron a aflorar, pero los populares, esta vez sí, aludieron a la presunción de inocencia del alcalde. Un discurso contrapuesto al de septiembre de 2020, cuando lo instaron a dimitir para no quebrar el pacto de gobierno.

A día de hoy, siguen existiendo esas tensiones. Un ejemplo son las obras del termalismo público de la ciudad. Antes estaban en manos de Flora Moure y ahora las dirige un asesor de Jácome que es ingeniero de caminos. El líder de DO nunca se mostró preocupado por las investigaciones de la Fiscalía y aseveró en varias ocasiones que colaboraría con la justicia en todo. Sin embargo, presentó un recurso de apelación para que la causa que investiga retiradas de dinero y pagos por valor de 100.000 euros se archivara. La Audiencia Provincial no estimó el recurso y el magistrado de Instrucción 2 investiga las cuentas de DO y en particular esos movimientos que se fechan entre 2015 y 2018.

Jácome tuvo que declarar ante el juez el día 28 de diciembre. No fue ninguna broma, fue real y lo hizo en calidad de investigado.

La amenaza judicial que se cierne sobre el regidor ourensano tensiona el seno de un gobierno que está en minoría y ve cómo los asuntos estratégicos municipales son materia de divergencia en las que mostrar sus diferencias. El PXOM, la cultura, la movilidad o el termalismo erosionan el pacto entre DO y PP, unos socios entre los que cada vez hay más cruces de acusaciones y más tirantez en la relación. Todo esto sumado a una causa judicial que deberá dirimir si Gonzalo Pérez Jácome cometió un delito de malversación al financiar con dinero del partido su televisión Auria TV. Él considera que es legal y, ya con la causa abierta, aseguró en una rueda de prensa que seguiría haciéndolo.

La renuncia del líder de los díscolos

Miguel Caride pasó de asesorar a Jácome en sus cruzadas judiciales a posicionarse contra él y, finalmente, a dimitir.

Sigue en la retina un acto de campaña de Democracia Ourensana, en las municipales de 2019, en el que el líder del partido, Gonzalo Jácome, y uno de sus principales allegados, Miguel Caride, comparecieron junto a un robot para visibilizar una de las principales propuestas electorales: la creación de un centro de inteligencia artificial. Caride comenzó como concejal con poderes, al frente del departamento de obras, pero, en septiembre de 2020, fue la cabeza activa del movimiento de varios ediles de DO contra el alcalde. Denunciaron en la Fiscalía presuntas irregularidades en el manejo de fondos del partido, hechos por los que ahora será investigado el regidor tras una querella de la Fiscalía. Caride aguantó más de un año a la contra de Jácome, en el grupo de los no adscritos. A principios de diciembre, anunció su renuncia como edil y diputado provincial. “Ya no podía más y me sentía inútil, ahora estoy liberado”, aseguró Caride, abogado de profesión y músico por devoción.