Los monos y las personas no piensan lo mismo cuando no hacen nada: la red neuronal que nos permite soñar despiertos no existe en primates no humanoides, como titíes o macacos, lo que puede explicar la evolución humana hacia el pensamiento abstracto.

¿Cómo explicar algunas de las capacidades cognitivas excepcionales de los humanos? ¿Hay diferencias entre el cerebro de los humanos y el de otros monos?

En un nuevo estudio publicado en Cell Reports, investigadores del CNRS de Francia han demostrado, por primera vez, que una de las redes cerebrales asociadas con habilidades cognitivas muy elaboradas en humanos, no existe de manera idéntica en primates no humanoides, como titíes o macacos.

Ahora se acepta que el cerebro humano está organizado en redes funcionales: diferentes regiones del cerebro se comunican entre sí a través de canales privilegiados.

Este funcionamiento se encuentra en todos los primates; sin embargo, el ser humano se distingue por ciertas habilidades cognitivas, como una fuerte aptitud para el pensamiento abstracto.

Una de las redes más enigmáticas del cerebro es la "red de modo predeterminado" o DMN. Asociada a la introspección, al pensar en uno mismo y a la planificación del futuro, la DMN está activa cuando un sujeto está en reposo, sin movimiento o sin ninguna acción cognitiva particular.

La DMN se activa principalmente cuando una persona participa en actividades introspectivas como soñar despierto, momento durante el cual una persona pierde el contacto con la realidad y experimenta una especie de fantasía visual. Esta experiencia se relaciona frecuentemente con la creatividad.

¿Es esta red exclusiva de los humanos?

Un equipo de investigación, dirigido por Marc Dhenain, investigador del CNRS en asociación con siete laboratorios franceses, canadienses y estadounidenses, caracterizó las redes cerebrales de cuatro especies de primates: el ser humano, el macaco, el tití y el primate más pequeño del mundo, el lémur ratón murino.

Los científicos analizaron imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional de los cerebros de estas especies. Sus resultados muestran que la red de modo predeterminado de los humanos no se encuentra de manera idéntica en los primates no humanos estudiados.

En los humanos, el modo predeterminado se basa en las conexiones entre varias regiones específicas, incluida la corteza prefrontal medial, responsable la gestión de la información, y la corteza cingulada posterior, que actúa como regulador de las interacciones entre las regiones del cerebro.

Los científicos pudieron observar que, en reposo, estas dos regiones se comunican poco entre sí en los primates no humanos estudiados.

Por lo tanto, el modo humano predeterminado, caracterizado por su papel en la introspección y la planificación del futuro, no existe de manera idéntica en los primates no humanoides.

Sin embargo, en cuanto a los grandes simios (gorila, chimpancé, etc.), los investigadores asumen que su modo predeterminado o DMN es cercano al de los humanos.

Evolución humana peculiar

Estos resultados sugieren que la corteza prefrontal medial y la corteza cingulada se han asociado recientemente en la evolución de los primates.

Esta asociación habría dado lugar a nuevas propiedades de esta red de "modo predeterminado" en humanos. Esta reorganización podría haber facilitado la capacidad de pensamiento abstracto y el aumento de las capacidades cognitivas que se observan hoy en día en los humanos.

Hay que tener en cuenta al respecto que la DMN formaría parte de la base neurológica del Yo, ya que permite recopilar información sobre uno mismo e incluso reflexionar sobre el estado emocional de la persona que está en ese estado.

También se piensa que la DMN forma parte de la capacidad de pensar en los demás, de comprender las emociones de otras personas (empatía) y de recordar el pasado y de pensar en el futuro, lo que implica imaginar eventos que podrían suceder en el futuro.

Asimismo, se piensa que podría estar relacionada con trastornos como la enfermedad de Alzheimer, el autismo, la esquizofrenia, la depresión, el dolor crónico, el trastorno de estrés postraumático y otros. Se sabe por último que la DMN está más activa en las personas solitarias, que son más proclives a la demencia y al Alzheimer.

Referencia

An evolutionary gap in primate default mode network organization. Clément M. Garin et al. Cell Reports, volume 39, issue 2, 110669, april 12, 2022. DOI:https://doi.org/10.1016/j.celrep.2022.110669