Los estereotipos de género, traba para la mujer en ciencia

Facultades e instituciones luchan contra ellos | En Matemáticas, se ha recuperado la matrícula femenina pero en algunas carreras técnicas continúa baja al situarse en el 18 por ciento

Elena Vázquez, decana de  Matemáticas, ayer en  Pontevedra.

Elena Vázquez, decana de Matemáticas, ayer en Pontevedra. / RAFA VÁZQUEZ

Mar Mato

Mar Mato

¿Cuál es el principal impedimento para una mayor presencia de la mujer en la ciencia? Expertas y estudiantes consultadas por FARO apuntan a los estereotipos. No obstante, hay ciertas áreas donde estas son mayoría. La biotecnología es una de ellas y le prestamos atención en el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. “En los últimos años, el porcentaje de mujeres que investigan en Galicia y que trabajan en las empresas de este ecosistema se incrementó notablemente”, defienden desde Bioga, Cluster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida.

Los últimos datos disponibles, de 2020, recogen que en este sector empresarial en Galicia el porcentaje de mujeres dedicadas al I+D+I representa el 55% total de las plantillas, lo que supuso un aumento del 4%.

En el sector investigador, de los 1.616 investigadores vinculados a la biotecnología, más de la mitad (910) son de género femenino en la Comunidad. Ahora mismo, las estudiantes en las carreras de estos estudios en Galicia ya superan el 60% de la matrícula.

Pero no todos los índices convergen en la paridad. “El sesgo de género se hace especialmente patente en los niveles directivos donde las mujeres ocupan el 33% de los puestos” en España, señalan desde Bioga cuya presidenta, no obstante, es mujer, Carme Pampín.

A la hora de integrarse en la empresa, señala que en su carrera “no percibí ninguna dificultad por el hecho de ser mujer”. Cosa diferente fue la conciliación –es madre de dos hijos– que es “complicada para todos, para mí y para mi marido. Aquí fue clave el apoyo familiar de los abuelos”.

Fátima Maarrou, estudiante rematando el grado de Ingeniería Biomédica .   | // F.M.

Carme Pampín, directora de Bioga y empresaria. / Bioga

Pampín reconoce que el sector de la biotecnología presenta unos datos “muy buenos” en cuanto a presencia de la mujer en comparación “con otras áreas más tradicionales donde pueden estar más polarizados. Quizás en las empresas más grandes quede camino”.

No obstante, reconoce que “el sector de la biotecnología es realmente un reducto. Tiene mucho potencial pero sigue siendo pequeño".

Donde también parece haber un cambio de tendencia en positivo es en Matemáticas. Tras años atrás perdiendo presencia en la matrícula las jóvenes en este curso se ha observado un cambio. “La tendencia es bastante positiva en este curso. En primero, el 55% son mujeres cuando cuatro o cinco años atrás se había bajado al 38%”, señala la decana de Matemáticas de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Elena Vázquez,quien ayer participó en el Teatro Principal de Pontevedra por el Día de la Mujer en la Ciencia.

Vázquez también ofrece datos de nueva matrícula de Ingeniería Informática donde también imparte clases. Allí “hay menos mujeres matriculadas pero hubo un pequeño repunte. Ahora, suponen el 18%”.

En cuanto a las causas por las que la presencia femenina en las aulas de ciertos grados de ciencias y tecnológicos, Vázquez puntualiza que “estas generaciones son más gremiales. A veces, los estereotipos se consolidan y los actos que realizamos desde la Facultad y la Universidade de Santiago buscamos que ellas elijan de forma libre, sin estar condicionadas y liberadas de estereotipos”.

Vázquez pide tener “cuidado” con los mensajes que facilitamos porque pueden estar limitando a las jóvenes: “Lo que está más relacionado con el cuidado y la creatividad parece estar más vinculado a lo femenino; pero tenemos que proyectar mejor que en las carreras de ciencias hay mucha creatividad, por ejemplo en Matemática, Física o Informática. Si se conociese esto, creo que habría más mujeres estudiándolas”.

Pero ¿cómo trasladar el mensaje? “El papel de los medios y las redes sociales es determinante. En función de cómo sean los titulares que identifican ciertos estereotipos, propagamos ciertas imágenes. La juventud lo percibe más de lo que nosotras pensamos. En cambio, tenemos que transmitir la imagen de normalidad y cercanía, que hay personas nacidas en sus mismos ambientes y que hicimos una carrera y que estamos satisfechas conlo que hacemos”, reflexiona la decana de la Facultad de Matemática en Compostela.

Elena Vázquez, decana de Matemáticas, ayer en Pontevedra.   | // RAFA VÁZQUEZ

Fátima Maarrou, estudiante rematando el grado de Ingeniería Biomédica. / F.M.

“En grados más técnicos como Ingeniería Mecánica o Automática hay más chicos pero en Ingeniería Biomédica somos más chicas”, reconoce la alumna ferrolana Fátima Maarrou quien acaba de terminar su Trabajo de Final de Grado en Ingeniería Biomédica en Vigo.

Preguntada por la causa, lo achaca como Elena Vázquez a los estereotipos: “Se dice que las mujeres son más válidas para las Letras y las Ciencias de la Salud y que los hombres son más válidos para las carreras técnicas”, resume.

Otra alumna de una carrera de ciencias es María Alborja Valado –quien ha recibido uno de los premos Marie Tharp del Centro de Información á Muller y la Universidade de Vigo– y quien desde el instituto tenía claro que quería ir por ciencias. En su caso, cursó el grado de Biología –donde en clase las mujeres son mayoría– y un máster en Acuicultura. Ahora se encuentra preparando la tesis.

María Alborja Valado,bióloga doctoranda en Acuicultura.   | // M.A.

María Alborja Valado, bióloga doctoranda en Acuicultura. / M.A.

Para ella, una mujer que le sirvió de referente fundamental fue una docente en el instituto. “Fue en segundo de Bachillerato y era mi profesora de Química, Paloma. Era tan guay ver lo que se podía hacer en el laboratorio, lo que ella nos mostraba, que pienso que me gustaría trabajar y enseñar la ciencia como ella lo hacía”, apunta la viguesa Alborja. Por último, esta joven realiza una reflexión sobre el futuro laboral y presente: “No creo que fuera por ser mujer pero me costó la vida encontrar trabajo. De hecho, decidí hacer la tesis porque en ocho meses no encontré”. Aún así, recomienda estudiar una carrera de ciencias. “La investigación es muy competitiva pero te llevas muchas recompensas”, concluye.

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